Javier Sierra, uno de los escritores más reconocidos del panorama literario en español, ha confesado en Ser Aventureros que actualmente trabaja en tres libros a la vez. «No es que quiera sacar uno cada seis meses», aclaró con humor. «Es organización».

Su método es tan sencillo como eficaz: cada vez que inicia un proyecto, abre una carpeta en su ordenador. «Ahí voy metiendo la documentación, las notas, fotografías, mapas… todo el universo que va a configurar ese libro», explicó. En este momento, tiene tres carpetas abiertas que le ocupan y le interesan. «Luego cuál de ellas será la que se abra… eso es una lotería», reconoció. Incluso admitió que a veces ninguna de esas tres termina siendo el libro que publica, porque «se te cruza un chispazo y te pones a trabajar».

Más información

De hecho, El plan maestro, su última novela, nació de una carpeta que llevaba abierta trece años. «La abrí justo después de publicar El maestro del Prado, porque los lectores se quedaron enganchados con el personaje que desaparecía en la historia. Quería seguir con ese universo, pero he tardado más de una década en hilvanar la continuación».

Sierra no solo escribe sobre viajes, sino que los vive intensamente. En la entrevista, relató cómo sus expediciones forman parte del proceso de documentación. Desde subir al Monte Ararat con César Pérez de Tudela en busca del Arca de Noé, hasta recorrer los estados del suroeste de EE.UU. con su hijo Martín —que estudia ingeniería aeroespacial en Colorado—, cada desplazamiento tiene una segunda intención: alimentar sus historias.

«Cuando estoy en proceso de documentación de mis novelas hay viajes que prefiero hacer solo, por tener los cinco sentidos puestos en lo que me ocupa», explicó. Pero también hay espacio para compartir. Su familia, especialmente sus hijos, ha heredado esa pasión por explorar. «Los he maleducado», bromeó. «Ahora son ellos los que me sugieren cosas que hacer».

Su próximo destino es la península del Peloponeso, en Grecia, donde planea una circunnavegación para detenerse en todas las ruinas clásicas. ¿Vacaciones? No exactamente. «Siempre tengo una segunda intención», admite. «Cuando mi mujer me pregunta qué interés tengo en ir a ese sitio, al final descubre que tiene que ver con las cosas que me fascinan», concluye.

El código iframe se ha copiado en el portapapeles

La vida oculta del arte

00:00:0054:38

FacebookTwitterLinkedinWhatsAppCerrar