Fascinado por la Sagrada Familia y Barcelona desde su juventud, Jesús Bastante presenta en el foro del periódico su última novela, «El aprendiz de Gaudí», donde la figura del arquitecto modernista y su obra más conocida se entrelazan con una historia de amor en el que es el cuarto trabajo literario de este periodista.
Cumple con su tradición de venir a Zamora a presentar su novela, la cuarta, con el título «El aprendiz de Gaudí». ¿Cómo surgió la historia?
Nace de varias fuentes. La primera es muy personal, porque yo tengo familia en Cataluña e incluso he vivido allí un tiempo. En mi adolescencia, además, visité las obras de la Sagrada Familia justo antes de los Juegos Olímpicos de Barcelona, cuando estaban casi en punto muerto. Me enamoré de la torre de San Bernabé y tuve la suerte de conocer a gente de mi edad que era del barrio y usaba esa torre como su particular casa del árbol. Formaba parte de su lugar de juegos y de aprendizaje. De ahí surgió la idea de narrar en ese lugar una historia de amor, pero no solo en ese escenario, sino dentro de la construcción de una basílica, de una ciudad y de un mundo que estaba cambiando. La verdad es que tanto la Sagrada Familia como Gaudí y Barcelona aportaban mucho a la historia.

CLUB LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA Presentación literaria. «El aprendiz de Gaudí «, de Jesús Bastante / Victor Garrido / LZA
¿Tener de escenario un espacio real le obligó a realizar una exhaustiva labor de documentación?
Siempre me preocupa mucho estar bien documentado, porque la mayoría de mis novelas son ficción histórica y cualquier error te desacredita el texto. Para esta novela también me he documentado mucho en el ámbito arquitectónico, consultando con expertos no solo en arquitectura, sino también en historia de la época o en el lenguaje que se utilizaba, porque no quería que hubiera ningún error de ese tipo. En este sentido, me ocurrió una anécdota curiosa: cuando le pedí al cardenal Omella poder visitar la Sagrada Familia de una manera más privada, uno de los guías era uno de aquellos chavales con los que había hecho amistad en mi adolescencia y que se había hecho historiador del arte. Todo este trabajo también lo hago para ayudar al lector a meterse en la historia, sin que nada le pueda sonar raro, sobre todo si es de Barcelona.
Segunda edición y una gran acogida
Alcanzada la segunda edición, ¿cómo ha sido la acogida del libro?
La presentación la pude hacer en la propia Sagrada Familia, era la primera vez que dejaban presentar una novela allí y lo hizo Carmen Juan, subdirectora del programa «Julia en la Onda», porque es vecina del barrio. Me confesó que le había encantado leerlo, descubriendo aspectos de la Sagrada Familia que ella misma desconocía, a pesar de haberla visto durante toda su infancia y juventud. Así que creo que algo significa si un relato, al menos, es preciso y puede enseñar cosas incluso a quienes han vivido durante tantos años frente a este monumento. La crítica está siendo muy amable y también la participación de los lectores. Me escribe mucha gente que incluso me obliga a releerme la novela, porque descubren cosas que no estaban en mi intención ni en mis pensamientos. Está claro que, al final, las novelas dejan de ser de los autores cuando pasan a las librerías, lo que es algo maravilloso. El lector la completa y te ofrece otras perspectivas de tu propia obra. Yo no quiero darle todo mascado ni obligarle a que vea lo mismo que yo, eso sería muy aburrido e, incluso, limitante.

CLUB LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA Presentación literaria. «El aprendiz de Gaudí «, de Jesús Bastante / Victor Garrido / LZA
¿Confía en que la novela pueda viajar más allá de España, teniendo en cuenta que la Sagrada Familia es mundialmente conocida?
También el propio Gaudí es una figura universal que llama la atención a personalidades de todo tipo. Yo me he topado con una lectora japonesa que es traductora y que se ofreció a traducir la novela a su idioma, por ejemplo. Acercarse ahora a la Sagrada Familia es ciertamente complicado, me refiero a poder hacer una visita tranquila, sin aglomeraciones de turistas, intentando buscar los ecos que hay detrás del sueño de Gaudí. Pero he intentado evocar las ilusiones que le hicieron construir esta maravilla y las razones por las que quiso levantar el templo.
Todos los protagonistas de la novela
Aunque Gaudí no es protagonista, sí que es un personaje secundario importante, pero, ¿qué puede decir del verdadero héroe de la historia?
El arquitecto aparece muchísimo en las páginas de la novela, así como la Sagrada Familia y la propia ciudad de Barcelona, pero los verdaderos protagonistas son Pau, un chico de la calle, y Rosetta, que fue un personaje real, la sobrina del arquitecto, con una personalidad y un carácter muy complicados.
¿Disfruta más escribiendo novelas o elaborando ensayos?
Hace ya tiempo decidí que, a no ser que fuera absolutamente necesario, iba a dejar a un lado los ensayos, porque los periodistas bastante hacemos cuando escribimos, intentando contar verdades. A mí me oxigena escribir novela y, modestamente, creo que tengo un recorrido ya en este ámbito y quiero seguir potenciándolo.
La forma de escribir de un periodista
¿Se escribe de otra manera siendo periodista?
Creo que uno sigue intentando ofrecer datos fiables, hablar con todo el mundo para informarse, aunque sin pervertir esa parte de imaginación y de fantasía que creo que debe tener toda novela. Y, en concreto, las novelas históricas ahora tienden no solo a contar una historia del pasado, sino permitir que el lector se meta en un mundo que existió, aunque no así la trama.

CLUB LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA Presentación literaria. «El aprendiz de Gaudí «, de Jesús Bastante / Victor Garrido / LZA
En su labor de periodista, ¿qué papel desarrolla su medio, Religión Digital, en el panorama nacional?
Suelo decir que somos cabeza de ratón. En un ámbito como el de la religión, que no es precisamente el que copa todos los titulares, excepto si hay escándalos o fallece un papa, tenemos una presencia y una influencia muy estable e importante en nuestro ámbito, no solo en España, sino a nivel mundial. Nos leen en 194 países, estamos presentes en todas partes y somos bastante influyentes, dentro de todo lo influyente que debe ser un periodista, pero ese es otro debate. Intentamos hacer una información profesional sin pertenecer orgánicamente a ninguna institución de la Iglesia.
Un medio de comunicación centrado en la religión
¿Cómo se mantiene?
Religión Digital es una empresa familiar, con cinco accionistas que intentamos ser lo más profesionales posible. Evidentemente, yo soy creyente, pero intento que no me tamice eso más allá de poder perseguir la verdad desde el punto de vista cristiano, que también es muy periodístico. Pero no estamos concernidos a que una diócesis determinada o una congregación nos prohiba escribir algún tema.
La visión que se plantea en los artículos de este medio, ¿ayuda a que la sociedad pueda tener una imagen más cercana de la Iglesia?
No es un objetivo buscado en sí, pero se convierte en una realidad, porque nosotros hacemos entre treinta y cuarenta informaciones al día, aunque no solo de temas litúrgicos y católicos. Hablamos de cultura, de turismo, de la vida en la diócesis, hacemos crítica de libros, hay opinión de teólogos… Intentamos dignificar el hecho religioso como elemento informativo. Y ahí sí que hacemos una labor que creo que no hace nadie más, a través de una información profesional en un ámbito donde no siempre se ha hecho.