El filósofo alemán de orígen surcoreano Byung-Hul Han, premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2025, durante la ceremonia de entrega de los Premios Princesa de Asturias, este viernes en el Teatro Campoamor de Oviedo Chema Moya | EFE
El filósofo surcoreano se mostró crítico con varios aspectos de la sociedad actual en su discurso en el teatro Campoamor tras ser reconocido con el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2025
24 oct 2025 . Actualizado a las 19:00 h.
El filósofo, teólogo y ensayista surcoreano Byung-Chul Han ha recibido este viernes en el teatro Campoamor el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2025 a sus 66 años. Con libros tan reconocidos como La sociedad del cansancio, La expulsión de lo distinto y La agonía del eros, Han se caracteriza por su estilo claro y directo en sus textos. Así se ha mostrado en su discurso en Oviedo, de la que ha comenzado diciendo que era para él «una inmensa alegría recibir tan alta distinción en esta histórica ciudad».
Tras estas palabras, comenzó explicando cómo concebía él mismo su labor como filósofo. «Mis textos de crítica social han causado irritación, sembrando nerviosismo e inseguridad, pero al mismo tiempo han desadormecido a muchas personas», afirmando así que él entiende la definición socrática de la filosofía, en la que el filósofo tenía como función agitar a los atenienses y despertarles.
Además, el surcoreano criticó la supuesta libertad que ofrece el neoliberalismo: «Vivimos en un sistema que explota la libertad y convierte a las personas en sus propios verdugos». Y asegura que este modelo es más efectivo aún que la explotación externa «porque genera una falsa sensación de autonomía que termina en agotamiento y colapso». Otro de los puntos que fue crítico fue con la tecnología, aunque aseguró no ser un «pesimista cultural». «No habría problema si lo usáramos como instrumento. Lo que ocurre es que, en realidad, nos hemos convertido en instrumentos de los smartphones. Es el teléfono inteligente el que nos utiliza a nosotros, y no al revés», afirmó.
Otra de las herramientas de las que advirtió su posible peligro fue la Inteligencia Artificial, de la que subrayó no estar en contra pues «puede ser muy útil si se emplea para fines buenos y humanos». Sin embargo, indicó que «existe el enorme riesgo de que el ser humano acabe convertido en esclavo de su propia creación. La Inteligencia Artificial puede ser empleada para manejar, controlar y manipular a las personas», aseveró
Finalmente, reflexionó sobre su labor, de la que dice que «no son pocas las personas a las que mi crítica cultural ha irritado», pero se justifica explicando que «si no hay irritaciones, lo único que sucede es que siempre se repite lo mismo, y eso imposibilita el futuro», sentenció el surcoreano.
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