El precio de los carburantes ha bajado en torno a un 0,5% por segunda semana consecutiva, con lo que mantienen sus mínimos desde el pasado mes de junio tras la bajada del precio del crudo desde el anuncio del alto el fuego en Gaza.
Así lo reflejan los datos del Boletín Petrolero de la Unión Europea recogidos por Servimedia, que muestran que con respecto a hace un año la gasolina cuesta un 2,5% menos mientras que el diésel es un 0,3% más caro. En concreto, el precio medio de la gasolina esta semana en España es de 1,467 euros por litro, lo que supone un descenso del 0,47% con respecto a los 1,474 euros de la semana pasada.
Con ello, es un 7,9% inferior al del inicio del conflicto bélico en Ucrania, en febrero de 2022. Por su parte, el del gasoil es de 1,397 euros por litro, un 0,57% más bajo que los 1,405 euros de la última referencia. En su caso, con respecto a finales de febrero de 2022 baja un 5,5%.
Llenar el depósito de gasolina
Con los precios de la última semana, llenar un depósito de 55 litros de gasolina cuesta 80,69 euros, 38 céntimos menos que la semana anterior, mientras que un depósito de un vehículo de gasóleo conlleva un gasto de 76,84 euros, 44 céntimos menos que en la última referencia.
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De esta manera, el importe medio de la gasolina en España sigue por debajo de la media de la zona euro, donde el precio de venta al público del litro de gasolina se ha fijado en 1,661 euros por litro y el del gasoil también, ya que es de 1,535 euros. También es inferior el de la gasolina a la media de los países de la UE que se sitúa en los 1,615 euros por litro, y el del gasoil, puesto que es de 1,512 euros.
La llegada del impuesto ETS2
Como escenario futuro, entre tanto, los conductores ya valoran cómo afectará a sus bolsillos la entrada en vigor del impuesto ETS2, una nueva normativa europea que se aplicará en 2027 (con posibilidad de aplazarla a 2028) y afectará directamente al transporte por carretera.
Este sistema obligará a los proveedores de combustibles a comprar derechos de emisión por el CO₂ generado por sus productos. Como resultado, ese coste se trasladará al consumidor final. Según estimaciones de la Comisión Europea, el precio de la gasolina podría aumentar en 0,11 euros por litro y el del diésel en 0,13 euros, aunque en escenarios de alta demanda de carbono el incremento podría superar los 0,50 euros por litro.