La princesa Leonor ha pronunciado su séptimo discurso en el Teatro Campoamor de Oviedo desde que con apenas 13 años ofreció sus primeras palabras ante miles de personas en el Auditorio Príncipe Felipe, en Oviedo. Las palabras de la princesa han tenido lugar después de la intervención de Mario Draghi, Premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional.

En esta ocasión Leonor ha hecho referencia a los tiempos actuales en los que la inmediatez y el mundo virtual están a la orden del día y ha querido dedicar un «envió postal de viva voz» a cada uno de los premiados de esta edición. «Lo hago porque, aun siendo de la generación zeta e hija de una equis y de un boomer, tengo la sensación de que una carta permite pararse, profundizar y pensar más», ha señalado la princesa.

Sus primeras palabras han ido dedicadas a Draghi. Leonor en su intervención ha recordado las palabras del que fuera presidente del Banco Central Europeo en el año 2012 en un momento de tensión en los mercados. «Haremos todo lo que sea necesario… Y créanme, será suficiente», ha repetido Leonor. Las palabras de Draghi, según la princesa, «encerraban un mensaje más profundo que el de la estabilidad financiera: la defensa de los valores europeos, de la solidaridad entre países y de la idea, no por repetida menos valiosa, de que juntos somos más fuertes».

La segunda dedicatoria de la princesa Leonor ha sido para la galardonada con el Premio Princesa de Asturias de los Deportes, Serena Williams. «Nos has demostrado que la grandeza no está en ganar siempre, sino en la capacidad de levantarse, aprender y seguir adelante. Y, ahora, como empresaria sigues demostrando que tu espíritu competitivo también se refleja en la vida», ha elogiado Leonor.

A continuación le ha dedicado unas palabras a Mary-Claire King, Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica y que no ha podido acudir a la gala. Leonor ha recordado su importante labor en la «identificación de una región cromosómica humana que albergaba un gen cuyas mutaciones predisponen al cáncer de mama y de ovario«. De igual manera, también ha señalado que el compromiso de la premiada ha ayudado, al contribuir con sus conocimientos en genética, «a que los nietos de los desaparecidos por la represión de la dictadura argentina hayan podido reunirse con sus familias».

El siguiente comentario de Leonor ha ido dirigido al Museo Nacional de Antropología de México, Premio Princesa de Asturias de la Concordia y que ha estado representado en la gala con Madeleine Bremond (presidenta del Patronato del Museo) y Antonio Saborit (director del Museo). «Proyectáis con vigor la fuerza de un pueblo que se mira a sí mismo con orgullo y que muestra al mundo su generosidad para compartir vuestra gran historia en un ejercicio de concordia».


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Después del premio Concordia, la princesa le ha dedicado unas palabras también al Premio Princesa de Asturias de las Artes, Graciela Iturbide. La princesa ha señalado que Iturbide se trata de «una fotógrafa sin prisa, con vocación de escritora, estudiosa del cine y gran lectora. Una artista que ha plasmado la fuerza de las mujeres».

Sobre Douglas Massey, Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales, ha destacado su labor para reconocer «una realidad tan vigente hoy como son los movimientos migratorios humanos». La princesa Leonor ha añadido que Douglas Massey «desde el rigor académico ha contribuido a rehumanizar la mirada hacia quien deja su país. Su trabajo nos permite comprender en toda su dimensión el gran desafío que tienen hoy muchos gobiernos con la inmigración».

El siguiente comentario ha estado dirigido a Eduardo Mendoza, Premio Princesa de Asturias de las Letras. La princesa ha agradecido al escritor haber despertado su lado más curioso con palabras como «fámula, badulaque, enteco, masovero, chafarrinón», ha comentado entre risas. «Tu obra es necesaria. Para saber más, para comprender más, para aparcar el scroll infinito» y permitir que «la lectura profunda de tus libros nos lleve a hacer inferencias y deducciones», ha añadido.

La última dedicatoria de su discurso ha sido para el profesor Byung-Chul Han, Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades. Conocido por sus criticas a las nuevas tecnologías, la princesa ha bromeado y se ha dirigido a Han para decirle: «permítame que transgreda sus principios y me refiera a ese emoticono que tenemos en los móviles en el que al muñequito le explota el cerebro«. Leonor también ha preguntado al profesor cómo se puede recuperar la «trascendencia» para que la vida no sea «la mera satisfacción de necesidades y la exhibición narcisista «de un «optimismo que confundimos con verdadera esperanza en medio del ruido de los datos y de la información «.

Para finalizar su discurso, Leonor ha dedicado sus últimas palabras a «volver a lo esencial«. La princesa ha puesto en valor la importancia del respeto a aquellos que son y piensan diferente; la educación; la atención de los más necesitados; y la importancia de tratar bien al prójimo. Además, ha señalado que «tiene sentido cuidar y defender los valores que, como españoles y europeos, nos definen y nos guían«.

«Soy consciente de que a veces las palabras pronunciadas tras atril pueden sonar vacías, pero sé también que no está de más repasar y recordar la naturaleza de las dificultades, pero también de las soluciones, e insistir en que no hay fórmulas mágicas para gestionar esa complejidad. Hoy los premiados contribuyen, precisamente, a avivar el entusiasmo«, ha terminado señalando Leonor.