Pocas veces la botella medio vacía ha empezado a verse medio llena con tanta rapidez. El mal comportamiento inicial de las compañías renovables a raíz de la llegada al poder de Donald Trump —ferviente defensor de los combustibles fósiles— ha tornado en euforia en pocos meses para estas compañías dedicadas a producir energía limpia, ya sea fotovoltaica, eólica o hidráulica. El índice S&P Global Clean Energy Transition registra un alza en el año del 42%. Tanto en Europa como en Estados Unidos las revalorizaciones de estos valores han sido significativas, superando a los índices globales. Como muestra, en España Solaria se apunta una ganancia del 88% en el año y Grenergy (posible candidato a formar parte del selectivo Ibex 35) recoge un alza del 122%.
Pasado el susto inicial con el negacionismo climático de Trump, las energías limpias han encontrado un poderoso revulsivo en la fuerte demanda de electricidad que se prevé para los próximos años, en gran medida por el desarrollo de la inteligencia artificial. “El repunte en los índices de renovables está impulsado por la visión de un crecimiento masivo y obligatorio de las energías limpias a nivel global, respaldado por políticas potentes (como la IRA en Estados Unidos) y el récord de instalaciones de capacidad, que superan con creces los desafíos coyunturales, como la fluctuación de los precios de la electricidad en mercados específicos”, explica Ángel Pérez Llamazares, analista de Renta 4.
El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) de España para 2030 prevé un crecimiento de la demanda eléctrica del orden del 34% en comparación con 2019, fruto de la intensificación de la electrificación del transporte, la edificación y la industria. Pascal Dudle, director de impacto e inversión temática en la gestora Vontobel, indica que la electrificación está impulsando el aumento de la demanda energética en todos los sectores, siendo un ejemplo clave los centros de datos, el lugar en el que se cocina el desarrollo de la inteligencia artificial. En Estados Unidos, los centros de datos consumieron el 4,4% de la electricidad en 2023, una cifra que podría alcanzar el 12% en 2028. A nivel mundial, su demanda energética podría duplicarse con creces para 2030, superando el consumo total de electricidad de Japón.
Mientras tanto, el sector de las renovables está sufriendo lo que se conoce como canibalización de precios, un fenómeno que ha adquirido dimensión estructural según un estudio de la consultora Alvarez & Marsal y por el que la abundante capacidad merma las expectativas de ingresos. En 2024, el precio capturado por la generación solar se redujo hasta los 45 euros/MWh —frente a los 58 euros/MWh del año anterior—, y durante los primeros meses de 2025 descendió incluso por debajo de los 35 euros/MWh. Pero este mismo estudio —bajo el título “Spanish Energy Deal Pulse”— hace referencia al próximo ciclo inversor en las renovables, marcado por la expansión del consumo eléctrico vinculado a la digitalización y a la electrificación industrial, el crecimiento del almacenamiento energético y el refuerzo de las redes de transporte y distribución.
El analista Eduardo Imedio baja a tierra estas ideas y destaca que el coste de las baterías para almacenamiento ha bajado un 50% en los dos últimos años. “Con ello las renovables podrían también vender su energía por la tarde y por noche a precios más altos”, indica. En compañías tan intensivas de capital, “el recorte de los tipos también ha sido un factor decisivo que ayuda a abaratar la financiación y la demanda de centros de datos, ligados a la Inteligencia Artificial (IA), así como el previsto cierre de nucleares en España pueden convertirse en otro acicate para el sector”, explica Ángel Pérez Llamazares.
En paralelo al mercado, los analistas de Barclays también han virado su visión sobre las renovables. “Después de tres años en los que las renovables han sido nuestro subsector menos preferido, adoptamos una visión constructiva. Vemos una mejora del entorno estadounidense para la eólica terrestre y la solar, un aumento de la demanda eléctrica a mediano plazo impulsada por centros de datos y la IA y precios de PPAs (acuerdos cerrados de venta de energía con empresas u otros clientes) en alza”, indican. Barclays considera que las renovables mantienen un potencial alcista considerable gracias a su exposición a megatendencias estructurales y a la mejora del entorno operativo global. El banco británico mantiene su predilección por renovables como la española Solaria y RWE y por energéticas integradas como SSE, Enel, Engie y Veolia, aunque rebaja su consejo sobre Redeia y Endesa.
Donde más potencial aprecia Barclays es en la alemana RWE, que ahora cotiza en los 40 euros y que Barclays sitúa en los 47 con clara recomendación de compra. “Creemos que los inversores siguen subestimando el potencial de crecimiento y transformación de la compañía”, afirma el banco británico a propósito de la alemana. En cuanto a EDP Renováveis, a la que tiene en sobreponderar, Barclays destaca “que nuestras estimaciones de BPA (beneficio por acción) ajustado para 2026 y 2027 son aproximadamente 13% y 12% superiores al consenso de Bloomberg, respectivamente, lo que ofrece un fuerte respaldo a nuestra calificación”.
A propósito de Solaria, Barclays sustenta su visión positiva “en un perfil de riesgo/rentabilidad atractivo dentro de sus ambiciones de crecimiento más allá de la energía solar, que aún no están descontadas en el precio actual de la acción”. Y recuerda que además de la energía solar, Solaria tiene ambiciones de expansión a mediano plazo en BESS (baterías), energía eólica, centros de datos e infraestructura inmobiliaria, “lo cual podría ser transformador para la empresa”
Guillermo Barrio, analista de Intermoney, coloca a Solaria con un precio objetivo de 13 euros, por debajo de su cotización actual, aunque considera que es una opción de compra. La firma GVC Gaesco también apuesta por Solaria, de la que resalta su avance en la estrategia de baterías. “El negocio de estos activos será cambiante, ya que en un principio estará basado en la recolocación de producción desde las horas más baratas a las caras, pero a medida que aumente la planta de baterías y la demanda, podría ser un negocio de regulación de mercado y cobro por capacidad”, indica. La francesa Rubis, que también participa en el mercado petrolífero, es otra de las apuestas de GVC Gaesco. Ven muy positiva su diversificación hacia las renovables con Rubis Photosol, cuya capacidad operativa ha aumentado un 62% desde su adquisición en 2022.
No todas las renovables disfrutan este año de rotundos ascensos en Bolsa, lo que para algunos gestores es precisamente una oportunidad de compra. Christian Rom, gestor del fondo DNB Fund Renewable Energy, identifica oportunidades de entrada en empresas como Vestas, proveedor líder de aerogeneradores, cuya cotización suma un más modesto 23%. La también danesa Orsted, empresa de referencia en energía eólica marina, retrocede casi el 40%. Vestas y Orsted son dos de las empresas favoritas de Miraltabank, que enfoca su cartera en compañías que tengan ahora un entorno regulatorio favorable, que se beneficien de un desequilibrio claro entre oferta y demanda en la actividad que realizan y que disfruten de una posición de monopolio o cuasimonopolio, con poder de fijación de precios.
El banco estadounidense Goldman Sachs apuesta por Vestas y a Siemens Energy le dan un valor a un año de 124 euros frente a los 101 actuales y después de duplicar su valor en Bolsa en el año. El banco estadounidense pone también el foco en Nordex: “se está beneficiando de los mismos factores favorables que vemos que impulsan la industria de aerogeneradores en general. Los precios han mejorado un 21% con respecto a 2020, y observamos que los pedidos europeos se ven respaldados por la mejora de los permisos a nivel de la UE. En términos generales, los costes clave (acero y logística) se han moderado significativamente con respecto a los niveles de 2022”. Dentro del segmento solar tienen en compra tanto Solaria como EDPR, pero sus precios objetivos se acercan mucho al nivel de cotización actual de estas compañías: 15 euros y 12,75 euros, respectivamente.
La fiebre alcista también se ha dejado ver en el mercado estadounidense. NextEra Energy, líder mundial en energía limpia que invierte fuertemente en tecnología solar, eólica y de almacenamiento de baterías, cuenta con el favor de Morgan Stanley y JP Morgan, mientras que Barclays y Jefferies la tienen en neutral. Otra de las firmas destacadas al otro lado del Atlántico es First Solar que cotiza a 229 dólares y ha subido en el año un 22%. Esta empresa se dedica al diseño y fabricación de módulos fotovoltaicos. Tanto JP Morgan (278 dólares de precio objetivo) como Morgan Stanley (253 dólares) o Citigroup (con 300 dólares) recomiendan su compra.
Las renovables han dado también la sorpresa este año con fuertes revalorizaciones por un futuro irreversible de energías limpias y una mayor demanda. Únicamente cambios regulatorios adversos o una inesperada subida de los tipos podrían poner fin al optimismo.