Sonia González Balibrea |
Madrid (EFE).- La banda de rock bilbaína Fito y Fitipaldis está de vuelta con ‘El monte de los aullidos’, un nuevo disco -tras cuatro años de silencio creativo- en el que las melodías de bajos, baterías y guitarras eléctricas van acompañadas de letras íntimas y nostálgicas que, en palabras del líder del grupo, Fito Cabrales, se han escrito «con mucha pena».
«No es un disco muy divertido, me ha venido muy bien escribirlo. Los textos los he escrito con mucha pena, aunque todo lo demás ha sido increíble», ha confesado a EFE Cabrales, quien dentro del disco decide hablar de temas como la guerra, el amor y el paso del tiempo, y también deja espacio para una pieza absolutamente instrumental, titulada ‘Ardi’ y dedicada a su perra.
‘Los cuervos se lo pasan bien’ es el primer sencillo e inaugura este nuevo disco con un Fito que, sin pretenderlo, juega a los contrastes. Mientras habla sobre tocar fondo y sentirse extraño en su vida, cohabita una «música divertida» con un telón sonoro que no parece acompañar ese texto de tono gris.
La banda de rock bilbaína Fito y Fitipaldis está de vuelta con ‘El monte de los aullidos’, un nuevo disco -tras cuatro años de silencio creativo. EFE/ Víctor Lerena
Adentrándose en el significado del título ‘El monte de los aullidos’, el músico vizcaíno explica que más que un lugar físico, se trata de una sensación casi «espiritual» que experimenta al comenzar a componer: «Siempre que estoy escribiendo, estoy como tres centímetros elevado, y si no consigo eso, es que estoy escribiendo de oficio. Me parece bonito pensar que es un monte y que te vas a aullar».
Un disco en el que han tenido cabida melodías más suaves o simplemente «bonitas». Es el caso de ‘La noche perfecta’, una canción que, según él, busca la belleza en la sencillez, con una letra «con la que te puedes identificar», una voz suave y con pocas notas que tocar.
‘Marea imparable’ sigue la misma línea, con guitarras, bajo y una batería muy contenida. «Tenía la sensación de que lo que estaba diciendo era tan importante para mí, que tenía que ser muy suave lo que sucediese detrás», asegura.
El cantante subraya que para él la música trasciende del entretenimiento. «No solo es rock, salir de gira, la energía que te da la gente en directo, grabar discos (…), escribir canciones me tiene que valer y me tiene que dar una recompensa», remarca.
«Quiero que mi obra me defina a mí»
El músico vizcaíno, aunque intenta innovar y agregar cambios en cada producción, asegura que necesita que cada proyecto defina la persona que es, sin querer parecerse a ningún otro artista.
«A veces pienso, vas a hacer un disco, tienes un lienzo en blanco, eres libre, pero realmente no es así, no existe ese lienzo en blanco, todo el mundo tiene sus limitaciones. Yo no quiero hacer un disco de la hostia que parezca Queen. Yo quiero ser yo», apostilla Fito Cabrales, quien celebra que en este álbum se le vuelve a reconocer.
Sobre el proceso creativo, el que fuera cantante de ‘Platero y yo’ confiesa que rara vez tiene claro lo que va a escribir, ya que cada disco surge de un proceso largo de absorción, una fase que él mismo -entre risas- la denomina «Bob Esponja».
«Cuando estoy relajado, todo lo que sucede a mi alrededor es susceptible de que caiga en una letra. Puede ser una película, un anuncio en la tele o una conversación», afirma el vizcaíno, quien destaca que la mejor forma de componer es cuando el artista está atento y «lo siente todo».
La banda de rock bilbaína Fito y Fitipaldis está de vuelta con ‘El monte de los aullidos’, un nuevo disco -tras cuatro años de silencio creativo-. EFE/ Víctor Lerena
Dentro de ese viaje de composición está, sin duda, Carlos Raya, el guitarrista de la banda y uno de los apoyos más importantes para Fito Cabrales.
«No me imagino sin él por su forma de comprenderme y aguantarme. No me imagino tocar sin Carlos ahora mismo», concluye el músico.