Hace unos días se hizo viral un vídeo de un partido de la liga argentina entre el Huracán y el Boca Juniors. El motivo no … fue un golazo, ni una entrada de las que causan escalofríos. Tampoco unos cánticos, al menos de esos tan ingeniosos que usan en el país sudamericano contra el árbitro o el rival de turno. No, la afición de Huracán empezó a corear uno de los himnos de Nino Bravo, ‘Un beso y una flor’. No deja de sorprender el calado del artista de Aielo de Malferit, que este 3 de agosto habría cumplido 81 años y que falleció hace ya más de medio siglo en aquel desgraciado accidente camino de Madrid.

Luis Manuel Ferri Llopis era un talento natural. Autodidacta a la hora de poner las manos sobre las teclas del piano, su extraordinaria voz era herencia de su bisabuela y su tatarabuela, que fue cantante de ópera. Tras muchos años persiguiendo el éxito, este al fin lo había cogido en volandas en el ecuador entre la veintena y la treintena. En aquel abril de 1973 había aplazado su expansión por América vía Miami porque tenía otros asuntos pendientes en Valencia. Por eso llama la atención, al menos a los profanos en el universo Nino Bravo, ese furor que genera más allá del Atlántico. «Nosotras estamos más acostumbradas. Precisamente ‘Un beso y una flor’ se ha convertido en un himno en Mestalla, y hay mucha gente que te cuenta anécdotas como que se casó con tal canción», cuenta Eva Ferri, una de las hijas de Nino Bravo.

De tal palo tal astilla, la hija pequeña del artista también canta. Habla con devoción del artista Nino Bravo, pero también del padre Luis Manuel Ferri, que ni siquiera pudo llegar a acunarla: «Mi hermana, Amparo, tenía año y medio y sí que conserva alguna foto con él. Nosotras queremos a nuestro padre como si hubiera estado. Nos ha llegado que era una persona con muchas ideas, buena gente y que ayudaba a todo el que podía». Fundó una productora con la intención de apoyar a artistas valencianos y tenía como proyecto una gran discoteca de dos alturas en la ciudad. Se iba a llamar Julio Verne, pues admiraba las aventuras imaginadas y escritas por el genio francés, especialmente ‘20.000 leguas de viaje submarino’.

Proyectos, proyectos y más proyectos que generan una pregunta: ¿A qué se dedicaría hoy Luis Manuel Ferri, en el momento de soplar 81 velas? «Quizás seguiría cantando, o estaría vinculado al mundo del espectáculo…», desliza Eva Ferri. Lo cierto es que su efímero bocado de fama le convirtió en un mito imborrable, algo que no deja de conmover a sus tres familiares más cercanos, a su viuda, María Amparo, y a sus dos hijas, Amparo y Eva. «Que artistas con 60 canciones tengan ese recorrido y que haya conseguido mantenerse en la actualidad, es uno entre un millón. Yo no conozco un caso igual. Bueno, sí, está Michael Jackson. ¡Es tan grande!», proclama Eva Ferri, que insiste: «Que siga estando tan presente es para nosotras un orgullo».

Como lo va ser para ella cantar en el concierto que abrirá el Roig Arena, el espacio multiusos con el que contará Valencia, la ciudad de Nino Bravo, a partir de septiembre, y que nace con vocación de tener actividad los 365 días del año. «Es cierto que le han hecho ya muchos reconocimientos, y tenemos varios tributos que lo hacen genial… pero este va a ser el homenaje definitivo. Vienen artistas jóvenes y todos ellos consagrados, cada uno a cantar un tema adecuado para sus características. Para nosotras es brutal que en estos tiempos que corren se hayan sumado», subraya Eva Ferri.

La cita en el Roig Arena es el próximo 6 de septiembre, y ya no hay entradas. Bajo el título ‘Bravo, Nino. Vuelve la leyenda’, artistas de la talla de David Bisbal, Malú, Marta Sánchez, Chambao, Víctor Manuel o Revólver, junto a Eva Ferri protagonizarán un tributo conjunto con el que se dará por inaugurado definitivamente el recinto que será la casa del Valencia Basket. «Para nosotras es nuestro padre, pero somos conscientes de que dejó canciones que se han convertido en himnos para muchas personas», resalta la hija pequeña del mito, que no había nacido cuando se produjo el fatídico accidente.

Pero a quien siguen emocionando esas continuas muestras de cariño, como que Seguridad Social cierre cada uno de sus conciertos con su versión de ‘Un beso y una flor’. «Nino Bravo está presente en muchas situaciones de la vida valenciana, unas buenas y otras malas. Como la dana, cuando ‘Mi tierra’ se convirtió en un himno, y se grabó una versión solidaria», recuerda Eva Ferri. Se refiere a ‘Mi tierra, feta germanor’, obra de Varry Brava, La Casa Azul y La Habitación Roja: los beneficios por las reproducciones en Spotify y Youtube van destinados a los afectados por la catástrofe de octubre, así como lo que se recaudó en un concierto que se celebró en Torrent, al que acudieron 10.000 personas.

Son más del triple de corredores, 33.000 el pasado año, los que desde hace varias ediciones inician su reto del Maratón Valencia Trinidad Alfonso Zurich el primer domingo de diciembre escuchando los acordes de ‘Libre’. «Nos invitaron a dar la salida por el 50 aniversario de la carrera», subraya Eva Ferri. Ahora Nino Bravo también ‘cortará la cinta’ del Roig Arena. ¿Casualidad? Las casualidades pocas veces existen. Indicador inequívoco de la admiración de la familia Roig, como miles de valencianos, hacia uno de sus mitos universales. Si Sorolla dibujaba la luz de Valencia sobre un lienzo, Luis Manuel Ferri la dejó grabada para siempre en las ondas sonoras.

Parque de Nino Bravo, actualmente en obras, visto desde la calle Sagunt.

Parque de Nino Bravo, actualmente en obras, visto desde la calle Sagunt.

JL BORT

El Parque Nino Bravo, reformado a finales de septiembre

Una de las deudas que se había auto impuesto la ciudad de Valencia con Nino Bravo era acondicionar el parque que preside desde hace décadas. Entre las calles Sagunto y Lleida, la pequeña zona ajardinada era insípida, permanecía inadvertida para ser un homenaje para un artista de la talla del cantante nacido en Aielo de Malferit. En la pasada legislatura, se aprobó una remodelación después de que saliese adelante una moción presentada por Fernando Giner como portavoz de Ciudadanos.

Las obras estaban pendientes y arrancaron en mayo, con vocación de que estén acabadas en septiembre, cuando los niños vuelvan al colegio. Y precisamente ellos serán los más beneficiados por este Parque Nino Bravo, con el que se eliminarán plazas de aparcamiento a cambio de ampliar la zona ajardinada.

«La verdad es que era una zona un poco deprimida, no invitaba precisamente a llevar a los niños ahí. Ahora va a quedar mucho mejor, era necesario», comenta un vecino, que prefiere quedar en el anonimato. Está en el corrillo con otro hombre y una mujer, que es maestra y tampoco acepta a que salga su nombre de pila: «Estamos contentos de que se ponga en valor el jardín de Nino Bravo, que vivía por el barrio. Uno de sus nietos fue alumno mío. Un chiquillo muy listo, que se pasaba el día cantando los temas de su abuelo».

El busto de Nino Bravo fue retirado hace un par de meses. Será sometido a un proceso de restauración y permanecerá bajo custodia de Patrimonio hasta que acaben las obras, ejecutadas bajo el abrigo de la Concejalía de Parques, Jardines y Espacios Naturales. Patrimonio también las está supervisando ante la posibilidad de que aparezcan restos arqueológicos al mover tierra. Los trabajos arrancaron en mayo y la intensidad no se ha reducido con la entrada de agosto: estas actuaciones deben estar acabadas a finales de septiembre.

Para entonces la zona habrá sufrido una profunda transformación. Ya no habrá ni rastro del cine de verano que dejó de instalarse ya hace muchos años. Sí contarán los vecinos con un paseo de tierra y también un espacio de juegos para niños, a un nivel superior al del tráfico, mejorando ostensiblemente la seguridad para los menores. Se anunció para el proyecto una inversión de algo más de 250.000 euros, con diferentes opciones recreativas, entre ellas un rocódromo infantil. Pero sin duda, lo que seguirá presidiendo este espacio será el busto del eterno Nino Bravo, que dará nombre al recinto.