En el vídeo solo se veía a un hombre comiendo una hamburguesa, pero la realidad era cruel, macabra y sádica. Los investigadores quedaron en shock. «Se me revuelve el estómago», reconoce uno de ellos a ABC un año después de aquella operación contra … el cártel de los Balcanes, donde se detuvo a miembros del clan Kavak y en el que uno amenazaba con ese vídeo a los rivales de Skaljari. Dos familias del crimen organizado envueltas en una guerra mafiosa que, según las cifras estimadas, cuenta con más de 40 muertos. Los investigadores de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, que se hicieron con el vídeo en un móvil incautado en la operación Adriatique, recuerdan el tipo que comía aquella hamburguesa aseguraba que la carne picada que estaba ingiriendo era de uno de los rivales que habían asesinado. Fue mandado como mensaje de hasta dónde son capaces de llegar para preservar sus intereses.
Dos de las organizaciones más peligrosas de Europa. «Son objetivo prioritario en todos los países», explican fuentes de Unidad de Crimen Organizado y Drogas (Udyco) de la Policía Nacional. El grupo de fugitivos de este Cuerpo es el último que ha golpeado estas estructuras. Lo hizo en Málaga, cuando detuvo este mes a uno de los líderes más destacados del clan Kavak, tras un rastreo que se remonta a 2020.
Los investigadores siguieron a su pareja en Tirana (Albania) comenzando un viaje. Ahí se activó la Red Europea de Equipos de Búsqueda Activa de Fugitivos. La mujer fue hasta Croacia y desde allí en un vuelo a Marsella (Francia). En el seguimiento la vieron coger un taxi, que la llevó a Barcelona. Desde ahí, en otro taxi fue hasta Málaga. El aviso llegó desde Montenegro el pasado 10 octubre. Y eso lo precipitó todo. Localizaron a la pareja y la siguieron hasta Málaga de forma discreta, sin levantar sospechas.
Ahí vieron cómo se reunió con el fugado, reclamado para entrar en prisión en Montenegro por asesinato y organización criminal. El sujeto se enfrenta en su país a 40 años de cárcel. Según la orden internacional de detención habría participado activamente en la planificación y organización de un asesinato en la ciudad de Kotor, en la costa Adriática de Montenegro. Torturaron a la víctima durante 24 horas.
En Málaga, la pareja se vio en un apartamento en la capital de la Costa del Sol. Las fotos del encuentro permitieron confirmar la identidad del sospechoso. Entonces, se montó el operativo y lo detuvieron cuando salieron juntos a dar un romántico paseo. «No estuvieron mucho rato juntos», apuntan las fuentes consultadas.
En las órdenes de detención, procedentes de las autoridades judiciales de su país, se le define como una de las pieza principales del clan Kavak, pues esta considerado el ‘limpiador’ de los crímenes de la organización. «Como en las películas, la información que tenemos es que era quien se encargaba de eliminar los cuerpos de los asesinados y torturados para no dejar pruebas», afirman los agentes que lo arrestaron.
Estas organizaciones está formadas por excombatientes, con formación militar y experiencia en las guerras de Los Balcanes. Se emplean contra sus rivales sin piedad y son duros. Uno de ellos llegó a sobrevivir a un atentado en Kiev (Ucrania) en el que recibió cinco disparos. Entre sus prácticas están las torturas y las mutilaciones. «Usan máquinas para picar carne para los miembros amputados. Y esa carne se la mandan también al otro clan como aviso», añaden las fuentes de la UCO.
Cadáveres que arrojan una guerra cruel, que se libra sobre todo en Los Balcanes, pero también en otros lugares de Europa. Las dos organizaciones trabajaban juntas hasta que surgieron fricciones. Las dos comenzaron a traicionarse para favorecer sus intereses. La respuesta a los engaños fue hacer correr la sangre. Sembraron de muertos países como Serbia o Croacia y hasta hubo un intento de asesinato con una bomba en Ucrania.
Vuelco en España
El primer incidente entre ellos en España se produjo en 2014. Los investigadores de la UCO de la Guardia Civil recuerdan un intento de secuestro de un camión cargado de droga. Ese ‘ vuelco’ fue lo que los hizo estallar en España, pero sus broncas son internacionales, como sus negocios.
Estos clanes se organizan por redes de confianza. La operación Adriatique pudo definir sus estructuras, así como el peso de este cártel y de los miembros del clan Kavak en el narcotráfico internacional. «Son grupos basados en relaciones muy estrecha. No tienen por qué ser familiares, sino que pueden ser los amigos desde la infancia o personas muy cercanas. Son grupos independientes conectados por lazos de amistad antiguos», explican las fuentes.
De hecho las dos organizaciones enfrentadas tienen su origen en Kotor, una ciudad medieval de unos 20.000 habitantes. Los nombres de Kavak y Skaljari son los dos barrios en los que nacieron estos grupos como pandillas dedicadas al crimen, que fueron creciendo hasta ser una de las principales redes de tráfico de drogas en el mundo. «Son grupos que nacen en pueblos de la zona, pequeñas redes familiares y de amistad estrecha que se van uniendo en organizaciones más grandes», añaden las fuentes.
Según los atestados de la operación Adriatique, la UCO achacó a este cártel formado por esos pequeños grupos el control del 50% del tráfico de cocaína que se producía en Europa hasta 2024.
La investigación de UCO contra estos clanes se iniciaron en 2020 cuando se interceptó el velero ‘Magic’ con 1.000 kilos de cocaína pasados desde un carguero en aguas del Golfo de Guinea. La Fiscalía Especial Antidroga y el Juzgado Central de Instrucción 6 de la Audiencia Nacional abrieron las primeras diligencias contra este cártel de balcánicos. El capitán de aquel barco tenía en el móvil Sky ECC, para encriptar las comunicaciones.
Sky ECC es una plataforma de intercambio de mensajes encriptados en telefonía móvil de Sky Global. Los mensajes resultaban cifrados por la aplicación y eliminados automáticamente después de treinta segundos. Además, incorporaba la posibilidad de utilizar la contraseña de «pánico» que propiciaba el borrado automático del contenido del dispositivo. A eso se suma que, en el caso de no acceder a la app en 48 horas, el propio teléfono procedía al borrado del contenido.
Era el sistema más seguro de comunicación para el crimen organizado, hasta que Europol consiguió quebrar sus sistemas para acceder al interior de los teléfonos. «Aquí fue la primera vez que nos topamos con este sistema», reconocen en la UCO.
Cuando los investigadores descifraron aquel móvil se vio la dimensión de la organización a la que se estaban enfrentado, así como su forma operar en una red mundial de tráfico de drogas protegida por la ley de la barbarie más absoluta.
La investigación apuntó a que estas organizaciones captaban inversiones de grupos de Los Balcanes en Turquía, Dubái o Europa, desde países como Bélgica, Croacia, Serbia, Alemania o Italia se mandaba sumas de dinero de esos pequeño grupos para poder adquirir grandes cargamentos en Sudamérica. Funcionaban con un sistema de ‘brókers’ conectados entre sí por relaciones de estrecha confianza que movían la droga de Brasil hasta cualquier parte de Europa.
El primer intermediario de la organización estaba en Brasil, el origen de la cocaína. El proveedor de la droga era el ‘Primer Comando Capital’ (PCC). Según informes del Gobierno de Brasil, cuenta con casi 30.000 miembros y se financia con el narcotráfico, robos de carga, bancos y secuestros. El grupo está presente en el 90% de las cárceles de São Paulo. Nació en prisión, pero controla las rutas por 22 de los 27 estados Brasil para mover la cocaína desde Paraguay y Bolivia. Los lazos con los balcánicos eran tan estrechos que hasta pagaron el rescate de intermediario de los Kavak en Brasil tras ser secuestrado.
Desde Brasil, la cocaína se enviaba por el Atlántico en rutas secretas hasta África Occidental. La UCO tuvo conocimiento de que un barco llamado ‘Rosio’ había conseguido desembarcar 500 kilos de cocaína. Cuando lo detectaron en ruta lo siguieron. El ‘broker’ de Brasil había vuelto a usar ese barco para mandar otros 700 kilos a su homólogo de África. «Estos brókers eran los líderes de la organización en un territorio. Ellos lo controlaban todo ahí», afirman los investigadores.
Ruta a España
Los desembarcos se hacían en Sierra Leona o en Costa de Marfil. Allí todo estaba bajo el mando de un albanés. Otra vez las relaciones de confianza eran claves para el negocio. Este era que el organizaba todo en la parte africana, desde los centros de acopio o ‘guarderías’ de la droga, a los transportes, control de puertos o la mediación con el siguiente paso, que era ya meter la cocaína en el gran mercado de Europa en colaboración con la Ndrangheta.
La mafia de Calabria, una de las grandes organizaciones históricas de Italia, era parte de los procesos y los negocios de este cártel antes del paso de los cargamentos a Europa. Tenía una persona de confianza que colaboraba con el albanés en África.
El paso a Europa se hacía por Canarias de la mano de otro albanés de confianza del que operaba en la costa africana. Desde las islas salían las embarcaciones que llevaban la cocaína a Península Ibérica, una vez dentro del continente ya se distribuía por las rutas de la organización al resto de Europa, donde los inversores que habían puesto dinero para comprar en Brasil recibían su parte del cargamento.
Aquella operación se saldó con trece detenidos en Mijas, Las Palmas y Tenerife. Las descargas en suelo español se hacían en narcolanchas desde barcos nodriza en alta mar. Tras cuatro años de investigación, el imperio balcánico de la droga se descifra también en los 12,5 millones de euros en efectivo incautado en España, los tres más de Brasil y los más de 50 milones de euros bloqueados en Serbia