Yates, Pidcock, Alaphilippe y Narváez fueron los mejores fichajes de 2025
El mercado ciclista dejó un año de fichajes vario, movimientos potentes, apuestas arriesgadas y nombres que llegaron con cartel de estrellas. Algunos respondieron con victorias, otros con presencia, y alguno incluso cambió el rumbo de su equipo. Hemos reunido a los cuatro fichajes que más han marcado la temporada: cuatro historias distintas, pero con un punto en común —impacto puro, del que se nota desde la primera pedalada—.
Ahí va Simon Yates, como un fichaje estrella.
Llegaba para ayudar a Vingegaard en el Tour, mientras su hermano hacía lo propio para el gran rival, para ser escudero de lujo, pero acabó escribiendo su propia historia. Lo que iba a ser apoyo terminó siendo conquista.
El británico se llevó un Giro de Italia con una lectura de carrera magistral —de esas que no sólo ganan las piernas, sino la cabeza—, y remató con una etapa en el Tour, demostrando que su talento no entiende de jerarquías.
En la montaña ayudó a Jonas todo lo que pudo frente al vendaval Pogacar, pero, mientras tanto, fue llenando su palmarés de brillo.
Un año redondo, de esos que te cambian el cartel. Ahora su nombre pesa más. Mucho más.
Tom Pidcock, por su parte, ha hecho algo parecido en otra dimensión.
Su llegada al Q36.5 le dio prestigio inmediato, aroma a World Tour.
Y el británico respondió a la apuesta: podio en una gran vuelta, victorias de calidad, y actuaciones de las que marcan.
Donde se pone un Pidcock, se nota.
Diferencial, elegante, con ese toque de genio indomable que convierte cualquier carrera en un espectáculo. Ha sido el fichaje que transformó un proyecto.
Julian Alaphilippe ha vivido un año de altibajos, sí, pero con destellos de campeón.
No ha sido tan consistente como Pidcock, pero cuando apareció, fue a lo grande.
La victoria en Quebec fue puro Alaphilippe: instinto, ataque, clase.
Y cada vez que la cámara del Tour lo enfocó, supo estar.
Brilló cuando tocaba brillar, devolviendo a Tudor ese aire de equipo con alma.
Y luego está Jonathan Narváez.
El ecuatoriano ha sido mucho más que un gregario de Pogacar en el UAE.
Fue quien lanzó al capo en Hautacam, destrozando el grupo y dejando a Vingegaard sin aliento.
Pero también fue quien tiró del carro cuando se necesitaba liderazgo, quien aguantó en cabeza cuando el resto miraba al suelo.
Un corredor total, el símbolo de esa mezcla de talento y sacrificio que define al bloque del UAE.
Cuatro fichajes, cuatro historias.
Y un mismo denominador: impacto. Yates devolviendo el aura, Pidcock dando jerarquía, Alaphilippe encendiendo el foco y Narváez haciendo equipo.
La temporada se mide en victorias, sí, pero también en nombres que dejan huella. Y estos, sin duda, la dejaron.



