Laura Gil (Murcia, 33 años) volvió esta semana a su ciudad natal para enfrentarse al Hozono Global Jairis de Alcantarilla en competición europea. La jugadora … con más medallas en la historia del baloncesto español (ocho logradas en categoría absoluta) viste este curso la camiseta del AZS UMCS Lublin de Polonia, donde está viviendo la segunda temporada de su carrera en el extranjero. En estos días tan especiales para ella, atiende a LA VERDAD para contar cómo se siente y en qué momento de su vida se encuentra ahora mismo. El miércoles perdió con su equipo en el Fausto Vicent, donde no obstante recibió el cariño y el afecto de la afición murciana.

-¿Cómo ha sido el regreso a casa?

-Muy bonito, como en casa no hay mejor sitio. Es cierto que ya he jugado en Alcantarilla partidos de Liga Femenina pero poder hacerlo ahora en Eurocup viviendo fuera de España es especial. Pedí después del partido quedarme un día y regresar a Polonia por mi cuenta porque quería aprovechar el viaje para ver a mi familia y amigos. Incluso me escapé a la playa. Me subí al avión con 0 grados en Lublin y aterricé casi con 40 en Murcia, hay que aprovecharlo (ríe).

-¿Cuánto público en el Fausto Vicent fue al partido del miércoles solamente por ver a Laura Gil?

-Yo solicité a mi club 20 entradas y luego hay personas que sé que compraron las entradas por su cuenta. Así que, mucha gente y eso me puso muy feliz.

VUELTA A CASA

«Pasé por delante de Santo Ángel, donde está el pabellón con mi nombre, y lo sentí muy especial»

-Cuando no pasaron la previa de la Euroliga y cayeron al grupo de Eurocup del Hozono Global Jairis, ¿se alegró?

-Fue un palo bastante duro no entrar en la Euroliga, sinceramente. Cuando fiché en Lublín y vi las jugadoras que íbamos a conformar la plantilla creí que podíamos hacer un mejor papel, pero las húngaras se lo merecieron más. Después de eso, venir a Murcia siempre era un extra porque al final, es mejor poder estar compitiendo al nivel en el que realmente está el equipo.

-Cuando en mayo se publicó la noticia de que no continuaría en Salamanca, mucha gente la imaginó en el Jairis. ¿Por qué ha decidido jugar en Polonia esta temporada?

-Sinceramente, porque no tuve oferta del Hozono Global Jairis ni de otro equipo en España. Yo quería seguir jugando y seguir disfrutando del y con el baloncesto, salió esta oportunidad en Lublin de jugar la previa de la Euroliga y, si no se lograba, jugar en la Eurocup y acepté. Es una gran experiencia, he salido del todo, en Polonia puedo ser yo misma y jugar.

-Es su segunda experiencia fuera de España, ya jugó en Francia cuando superó la lesión del tendón de Aquiles. ¿Qué tal es jugar y vivir en Lublin?

-Fiché allí sabiendo todo lo que conllevaba estar tan lejos. Lublin es una ciudad pequeña, pero lo suficientemente grande como para tener de todo. Vivo en el centro y hasta ahora los paseos están siendo agradables, aunque ya empieza el frío. Me he llevado a mi perro conmigo y eso me ayuda mucho en el día a día. Entre los entrenamientos, los partidos, estudiar (Grado de psicología, en la UCAM) y estar con él se me pasa el tiempo.

-¿Cómo se vive el baloncesto femenino en Polonia? Porque usted ha vivido en España la experiencia de clubes de élite como Perfumerías Avenida o Valencia Basket que se vuelcan con sus jugadoras, que viajan con el equipo y que llenan pabellones.

-En Lublin el pabellón es pequeño y no se llena. Este club tiene balonmano, voleibol y atletismo, hay mucha oferta. Sobre todo la afición se vuelca con el voleibol, es muy potente, ganaron la liga el año pasado. Nuestra forma de jugar al baloncesto también es diferente a la española. Hace unos años había un equipo polaco muy potente, el Wisla, ahora se están reconstruyendo y están intentando volver a hacer competitiva la liga doméstica.

SUS MEDALLAS

«Están guardadas en cajas. Cuando esté preparada , y si me apetece, las colgaré. Si no, ahí se quedan»

-A nivel individual, ¿cómo ha sido su arranque de temporada en el Lublin?

-Yo me veo bien, soy por unos meses la veterana del equipo. Lo que sí reconozco es que es una pena porque el baloncesto, como yo lo conozco y como yo lo entiendo, se está perdiendo. Cada vez se trabaja mucho más a nivel técnico con las jugadoras y hay muchísimo talento, pero lo que es el entendimiento del juego es diferente. Veo un juego muy diferente al que a lo mejor ahora mismo están viendo mis compañeras polacas, por ejemplo, que son más jóvenes. Intento ayudarles a que vean el baloncesto de otro modo y la verdad es que lo aceptan muy bien y a mí como me encanta ayudar, en eso estamos. El otro día, en el último partido en Liga, hice ocho asistencias y me escribió un amigo: «oye tía, estás hecha una base». Y es que ahora, en este tramo de mi carrera, es lo que me gusta, leer el juego con total tranquilidad y disfrutarlo.

-¿Cuántos años ha firmado en el Lublin, deja abierta la oportunidad de regresar a España?

-He firmado por esta temporada. Mi teléfono siempre estará disponible, pero estoy en un punto de mi carrera en el que veo que va quedando menos, por el hecho de cómo va evolucionando el baloncesto. Estoy terminando bien físicamente, me encuentro muy bien y sigo siendo muy competitiva, pero esto está llegando a su fin .

-¿Cómo va evolucionando el baloncesto?

-De forma diferente a como yo lo entiendo, ni para bien ni para mal, distinto. Ahora mismo se valora mucho más ese talento individual, el toma el balón y juégatela tú y el resto que mire. Yo me he dado cuenta que esos básicos de toda la vida, del defender, del poner un buen bloqueo, del dar un buen pase, ya no se trabaja, por lo tanto no se valora. Solo se valora si el balón entra adentro. Y para que eso pase, antes tiene que haber habido lo otro. Por eso, me cuesta el día a día eso y por ello creo que va a ser momento de decir: «bueno, pues aquí os quedáis, que yo me voy».

UN PALMARÉS INIGUALABLE

«En Murcia siempre os habéis acordado de mí, pero fuera de aquí los focos no se han puesto en mí»

-¿Ya piensa en el después?

-No, no. Ahora estoy donde estoy, en Lublin y juego la liga y la Eurocup. Tengo toda la temporada por delante y si en verano me ofrecen un proyecto que me motive, seguiré. Y si no llega nada, pues se acabará. Pero sin dramas, como otra etapa más de la vida. Han sido muchos años con el baloncesto y cuando termine, tocará empezar un nuevo capítulo que me apasione pues igual que lo ha hecho éste.

-¿Y no sería bonito cerrar el círculo en casa, en el Hozono Global Jairis? Sería un broche de oro en su carrera retirarse en casa, sin duda.

-El martes cuando iba a entrenar, aquí en Murcia, y pasé por delante de Santo Ángel, que es donde empecé a jugar, donde está el pabellón con mi nombre, lo sentí muy especial. Aquí arrancó todo, recuerdo cuando veía a la selección en la tele y pensaba que ojalá pudiera estar ahí. Y hoy, después de todos estos años, veo lo he conseguido y estoy orgullosa de mi proceso. Solo tengo que dar las gracias a mi familia y a la gente que ha estado siempre apoyándome.

-Es usted la jugadora española más laureada de la historia. ¿Quién guarda todas las medallas y todo lo que ha conseguido en su carrera, sus padres en Murcia?

-Si le soy sincera está todo en cajas en el armario. Cuesta mucho ganarlas, pero detrás de cada una también hay muchas historias. Conforme pasa el tiempo, se valora mucho más el proceso. Y ha sido muy duro, solo lo sé yo y mi familia. Entonces, de momento los títulos y las medallas están ahí guardados y cuando esté preparada, y si me apetece, las colgaré.Y si no, ahí se quedarán.

EL JUEGO HA CAMBIADO

«El baloncesto, como yo lo conozco y como yo lo entiendo, se está perdiendo. Y me da mucha pena»

-¿Es gratificante haber vivido desde dentro el crecimiento del baloncesto femenino en nuestro país, tanto a nivel de selección (ha formado parte de todos los éxitos y ha sido importante en todos los grandes torneos) como a nivel de clubes?

-Realmente, tampoco he sido del todo consciente. Es cierto que en Murcia sí que os habéis acordado siempre de mí y estoy muy agradecida porque en mi tierra siempre se me ha valorado y siempre que he vuelto después de los veranos había un reconocimiento. Y eso ha sido especial siempre. Pero en el resto de lo que viene siendo el baloncesto, tampoco se han puesto en mí los focos. Entonces ahora, conforme lo veo de lejos y conforme la gente me habla, soy consciente de que he formado parte de esa historia. Estoy tremendamente orgullosa de todo lo que se consiguió y de la forma en la que se hizo, porque hubo un baloncesto muy atractivo del que hablábamos antes. Ahora todas estas chicas jóvenes que llegan, tienen toda la repercusión mediática, antes luchábamos por ello. Cuando yo empecé en el 2013 eso no estaba. Es bonito que se haya llegado a esa normalidad, pero se tiene que ser consciente de que ha habido un camino de mucho trabajo hasta llegar ahí.