En el sector miran con recelo el momento elegido para lanzar la licitación y dudan de la rentabilidad que pueda tener el nuevo canal que quiere poner en marcha el Gobierno.

Ahora mismo todas las miradas están puestas en un nombre: Blas Herrero, presidente del grupo Radio Blanca que cuenta con Kiss FM y el canal DKiss.

Una atención que concentra porque es el mejor posicionado dado que ya cuenta con infraestructura suficiente como para lanzarse a un concurso y promover un canal de televisión sin llevar a cabo una gran inversión.

Muestra del interés que suscitan sus movimientos, es lo ocurrido este fin de semana Oviedo. Tras los Premios Princesa de Asturias, Blas Herrero coincidía en el aeropuerto para volver a Madrid con varios ‘popes’ del sector.

Entre ellos, Pedro J. Ramírez y Cruz Sánchez de Lara, presidente y vicepresidenta de EL ESPAÑOL; Joseph Oughourlian, presidente de Prisa; Manuel Mirat, consejero de Vocento y la consejera delegada de Unidad Editorial, Laura Múgica.

Allí le preguntaron por sus intenciones de hacerse con el canal de TDT, y con la probabilidad más que elevada de que sea quien se lleve el gato al agua dado que ninguno de ellos se va a presentar.

¿Y qué dijo Herrero? Pues que hay que esperar porque aún no ha tomado ninguna decisión.

Unas palabras que coinciden con las que llegan desde su grupo. Fuentes cercanas a la compañía insisten en que en este momento están haciendo cálculos y analizando si son capaces de presentar una propuesta atractiva.

Además, cuenta con el 29% de la sociedad Pulsa, una comercializadora de publicidad en televisión que gestiona, según su información, los espacios de 14 grupos de comunicación diferentes. Entre ellos, Kiss Media, Trece TV, BOM Cine o Squirrel.

En Radio Blanca preocupa el tipo de televisión que propondrán, pero también su coste. En el grupo de Herrero dan por hecho que quien decida presentarse tendrá que prepararse para perder unos 30 millones de euros en dos años.

Una cifra asumible para Radio Blanca, pero que obliga a hacer muy bien el análisis de la operación para evitar sustos en el futuro que puedan poner en riesgo a los medios que ya forman parte de su perímetro.

Eso es lo que hace que todavía haya muchas dudas sobre si abordar -o no la operación- pese a que su presidente, Blas Herrero, ha sido un clásico de los concursos de las licencias de televisión a nivel nacional y regional.

Pero si a Herrero le asaltan las dudas, las cosas no están mucho mejor en los que se supone que iban a ser los ‘vencedores’ de la batalla.

Hablamos de los rebeldes de Prisa agrupados en Global Alconaba, que están liderados por Andrés Varela Entrecanales y entre los que se encuentra el productor José Manuel Contreras.

Tras el ‘no’ de Oughourlian a adentrarse en un proyecto audiovisual -como querían los rebeldes- ahora no cuentan con la infraestructura económica ni industrial para poder poner en marcha una televisión.

Andrés Varela Entrecanales.

Andrés Varela Entrecanales.

Fuentes cercanas reconocen que han tenido contactos previos con distintos grupos de comunicación internacionales, pero hasta ahora ninguno ha dado luz verde a la propuesta.

Asumen que en estos momentos, y descartada la opción de ir de la mano del grupo que preside Joseph Oughourlian, para ellos resulta muy complicado lanzar una oferta. Aunque no lo descartan.

«Habrá que acelerar» en los próximos días y tomar una decisión, explican, porque «los plazos son muy ajustados«.

Sin embargo, los ‘corrillos’ sectoriales explican que es bastante probable que acabe dando el paso pues ya cuenta con estructura para desarrollar el proyecto gracias a que emite a través del canal televisivo DKiss.

Tatxo Benet en una imagen de archivo.

Poco más en este momento. No parece que ningún gran grupo de comunicación vaya a dar el paso. Ni Atresmedia ni Mediaset. Tampoco Vocento, cuyo CEO, Manuel Mirat, ya ha descartado por completo presentarse.

Los cambios en Mediapro con la llegada de Sergio Oslé a la presidencia y el más que previsible aterrizaje del ex CEO de Prisa, Carlos Núñez, hacen que muchos se pregunten si la productora podría lanzarse a licitar.

Sin embargo, desde la compañía niegan rotundamente esa opción. Máxime después de haber abandonado el alquiler de su licencia a Unidad Editorial para emitir Gol Play. «Estamos centrados en otros proyectos», insisten.

Tampoco muestran interés grupos como Telefónica, Henneo o Secuoya. Squirrel, por su parte, podría planteárselo, pero todavía no ha tomado una decisión definitiva.

Existe coincidencia en el sector de los medios en que el momento elegido por el Gobierno para lanzar el nuevo canal no es el más adecuado.

«Llevamos con esto algo más de un año dando vueltas a este tema y las condiciones han cambiado sustancialmente», explican.

Caída de la publicidad

¿Por qué? Porque en este tiempo el mercado publicitario se ha dado la vuelta. En el primer semestre del año la inversión publicitaria en televisión fue de algo más de 886 millones, según datos de InfoAdex.

Esta cifra supone una caída del 5,9% respecto al año anterior y las perspectivas de cara al segundo semestre no son mucho más halagüeñas.

Si a eso le unimos la progresiva caída de audiencia de televisión por el trasvase a las plataformas, tenemos el cóctel perfecto para dudar de la rentabilidad de los proyectos.

Conviene tener en cuenta que en los últimos meses distintas televisiones han renunciado o han anunciado que van a renunciar a su televisión. La última en hacerlo, como adelantó este diario, Paramount, que dejará de emitir el 31 de diciembre.

Se complica, por tanto, la idea que tenía Moncloa de crear un nuevo canal afín al PSOE que rompa lo que consideran el ‘duopolio’ de la derecha con Atresmedia y Mediaset.

La intención inicial era que fuera el Grupo Prisa el destinatario de ese canal. Pero el golpe en la mesa lanzado por Joseph Oughourlian para frenar el ataque de los rebeldes afines a Moncloa desbarató todos los planes.

Se puso fin así al proyecto de lanzar un canal de televisión en abierto que preparaba el entonces director de contenidos, Joseph Oughourlian.

En el sector audiovisual se preguntan ahora quién será el afortunado. Porque se da por hecho que el Gobierno tiene intención de lograr que algún grupo afín sea el beneficiario del concurso.

Se considera que se va a primar un modelo de televisión ligado a actualidad, que sea capaz de repetir un modelo parecido al aplicado por parte de RTVE en este momento.

Es decir, que sea capaz de emitir informativos y tertulias durante la mayor parte del tiempo. Un modelo similar al de CNews que promueve Vincent Bolloré en Francia y que era la idea que tenía Contreras para Prisa.

De hecho, hay quien vaticina que se pretende crear un pequeño embrión para que -una vez que haya cambio de Gobierno- se pueda recuperar a los profesionales que salgan de la pública para relanzar un canal centrado en la oposición a un ejecutivo liderado por el Partido Popular (PP).

Blas Herrero, el eterno candidato

El presidente del grupo Radio Blanca, Blas Herrero, es el ‘eterno candidato’ a hacerse con cualquier licencia o medio de comunicación que salga al mercado.

Durante el ejercicio 2021 estuvo negociando con Unidad Editorial la compra de sus dos canales de TDT. En aquel entonces alquilados a Discovery y Mediapro. La operación no llegó a buen puerto por su elevado coste.

En 2020 Blas Herrero fue el protagonista en el culebrón del Grupo Prisa. Presentó una oferta formal para adquirir las divisiones de prensa y radio (incluyendo El País y la Cadena Ser).

Puso encima de la mesa 200 millones de euros, cifra muy lejana de la que quiere Joseph Oughourlian. De hecho, su propuesta fue rechazada por el consejo de administración.

Ahora bien, Blas Herrero ha estado presente en operaciones de adquisición o de licencias desde 1989. Ese año fue uno de los más beneficiados de la adjudicación de emisoras de Frecuencia Modulada. Era el embrión de su actual red de emisoras.

Llegó, incluso, a asociarse con Onda Cero para lanzar Onda Melodía -un proyecto previo a Kiss FM-. Existía un contrato según el cual la cadena verde pagaba a Herrero 18 euros por oyente conseguido. El contrato se extendía hasta 2011.

La emisora fue un éxito. Y empezaron las discusiones. Onda Cero defendía que el pago era sobre audiencia media, y Herrero sobre audiencia acumulada.

Tras un laudo judicial, la emisora fue condenada a pagar a Blas Herrero más de 190 millones de euros.

Un dinero que le sirvió para poner en marcha Kiss FM, y presentarse a distintos concursos de TDT. En 2008 se presentó al concurso para gestionar la autonómica de Castilla y León, en la que no resultó vencedor.

En 2015 lograba su primera licencia de TDT a nivel nacional, y en 2021 logró licencias de TDT local en las nueve provincias de Castilla y León. Unido todo ello a varias emisoras a nivel local.