‘Al Origen’. Este es el título de la muestra de Juan Miguel Quiñones, artista que no escultor, como él mismo recalca. Este es un … viaje a donde empezó todo, Vejer de la Frontera, y una ciudad a la que se mudó a vivir con seis años, Estepona, donde el mar llegó a su vida y la playa y la arena se convirtieron en el centro de sus veranos. En torno a ellos ofrece su particular y monumental versión de objetos icónicos estivales elaborados en mármol y diferentes piedras en una exposición que puede verse hasta el 14 de diciembre en el Centro Cultural Mirador del Carmen de Estepona, que celebra así la creatividad de Quiñones con esta muestra comisariada por dos mujeres contemporáneas de su arte, Flor Reiners y Mariella Franzoni.

Un gran recorrido que se divide en tres salas. Una primera, Sala Mar, «porque de un sitio con el mar lejos, Vejer de la Frontera, llegué a Estepona para vivir al lado del mar y a poder estar todos los días en la arena». A continuación, la Sala Mar y Sierra, «que es el barrio donde me crié en Estepona y donde podemos encontrar mi habitación con juguetes de diferentes épocas que acompañan a un niño que crece, mi afición al surf, al skate, a los videojuegos, las pistolas de agua, el bodyboard…».

Y luego la sala de los helados, «la Sala Cuando Calienta el Sol, la famosa canción, el verano eterno, el momento lúdico sin colegio, sin obligaciones ni madrugones, que disfruto con mis amigos y mis primos y el helado como referencia de todos los veranos», cuenta sobre un espacio en el que se exhibe un mítico helado de 3.000 kilos elaborado en mármol.

Son más de 180 figuras, esculturas, creaciones, obras de arte en definitiva, de colecciones públicas y privadas, realizadas en mármol, travertino, alabastro y otras piedras de color preciosas o semipreciosas como el cuarzo, la malaquita, el granito, el lapislázuli, el ónix, el jaspe o las llamadas falsas ágatas.

Piezas producidas mediante diversas técnicas entre las que están el corte con sierras diamantadas o la incrustación al estilo renacentista, pues es el Renacimiento donde empezó todo para él y así lo lleva en su piel tatuado también.

El Renacimiento, clave

«El Renacimiento es una parte muy importante en la escultura, soy autodidacta y me encanta informarme, ver a los grandes maestros, la mella que hizo el arte en piedra que es mi locura, a Gian Lorenzo Bernini, a Miguel Ángel Buonarroti y, cómo no, a Andrés de Vandelvira, mi gran maestro cantero por excelencia», reconoció ayer durante la inauguración de la exposición, en la que el alcalde de Estepona, José María García Urbano, advirtió de que el trabajo de Quiñones no dejará indiferente a ninguno de los visitantes.

Con una proyección internacional que va a más –próximamente se irá a Corea a participar en su Feria de Arte–, reconoce humilde que no sabe si le ha costado mucho salir de España «porque lo único que he hecho ha sido trabajar, lo mío es el taller», su pequeño taller de Estepona desde donde salen estas piezas, puras, elegantes y únicas.

«He sido muy observador siempre, inquieto, un amante del arte y alguien que ha empezado poco a poco en esto. Y ahora gracias a Dios me dedico plenamente al arte, que es mi vida y mi pasión con toda la suerte del mundo y con muchas ganas de crear, que de eso se trata». Crear objetos comunes que recrean momentos perdurables. Quiñones y su esencia.

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