«POETICA
Me preguntas qué es la poética, y yo creo que no lo sé y tampoco insistiría mucho en saberlo porque, si esto fuera posible, perdería el respeto hacia aquellos que transforman lo rutinario en fascinante, que rozan el más allá, que subliman lo que tocan y con gran humildad encuentran el punto adecuado para entrar en el paraíso de la sabiduría; hacia aquellos que buscando libremente dentro y fuera de ellos mismos llegan a participar de la gran inteligencia, la aventura y la inocencia, que llegan a tocar el origen, que corriendo un riesgo lúcido saben derivar el pensamiento respecto de la razón para alcanzar el punto límite y sentir lo desconocido partiendo de lo evidente; hacia aquellos pocos afortunados que, con toda sencillez y sin siquiera planteárselo, nos la muestran espléndida y mágica en su obra.»
Víctor López Cotelo, en Espíritu Nuevo, núm. 01. Madrid, 1993.
Con estas palabras sobre «poética» comenzaba Víctor López Cotelo la presentación de su propuesta para el concurso del Museo en Berlín en 1992, en un artículo publicado en el primer número de la revista Espíritu Nuevo (1993), que tuve la oportunidad de codirigir junto al arquitecto Alfonso Valdés. En aquel número seleccionamos a dos maestros (Oiza y Sota) y a once excelentes arquitectos, entre los que, naturalmente, se encontraba López Cotelo (aventajado colaborador de Alejandro de la Sota), quienes, con el tiempo, han sido reconocidos como maestros, al igual que sus antecesores.
En aquel momento, hace treinta y tres años, López Cotelo ya contaba con reconocimiento, proyección y labor docente internacional que comenzaba en Alemania, transmitiendo algo que siempre lo ha caracterizado: rigor, sensibilidad y equilibrio.

Centro Nacional de Referencia de Formación en materia de rehabilitación de la Fundación Laboral de la Construcción por Víctor López Cotelo y Ángel Panero Pardo. Fotografía por Fuco Reyes.
El texto continúa con unas palabras que han definido toda su trayectoria:
«¿Cómo es esencialmente el «lugar»? Sin comprenderlo profundamente, parece imposible resolver el problema.
Este lugar tiene una voluntad propia de destino y pone en evidencia todo aquello que se lo dificulta.»
Aquella atención por el lugar, expresada en el malogrado concurso para Berlín, ha sido una constante en su obra, excelentemente reflejada en una de sus creaciones más recientes, la Escuela de Arquitectura de Granada, donde realizó un cuidadoso y equilibrado proyecto de diálogo entre la preexistencia y el programa requerido para una escuela de arquitectura. Incluso la inteligente y brillante decisión de realizar el auditorio hacia abajo, siendo visto desde arriba, muestra el rigor aplicado a la construcción. Comentaré, como anécdota, la transversalidad con la que llevaba a efecto estas ideas, cuando me contaron cómo resolvió el mobiliario del mismo (había poco presupuesto), tirando de ingenio extremo con el carpintero y el suministrador del mobiliario, quien me contaba cómo López Cotelo había dedicado unas horas a aquella discreta tecnología para que el diseño de aquellas butacas tuviese la mejor solución posible.
Una arquitectura silenciosa, contenida y resiliente, en la que se vuelve a demostrar que la buena arquitectura no necesita estridencias. Así que ahora, en este tiempo de estridencias incontroladas, verbales y actorales de gran parte de nuestra sociedad, saber que le han concedido a un buen arquitecto, a Víctor López Cotelo, el Premio Nacional de Arquitectura 2024 es una extraordinaria noticia.

Reconversión del antiguo Hospital Militar para la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Granada realizada por Víctor López Cotelo. Fotografía por Lluís Casals.
El fallo emitido por el Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana (MIVAU) destaca la trayectoria arquitectónica de López Cotelo:
«…profundamente coherente y rigurosa, caracterizada por un cuidado excepcional del detalle y una sensibilidad refinada. Su obra, comedida y sin búsqueda de protagonismo, cuenta con gran calidad espacial y demuestra una capacidad singular para integrar lo nuevo con lo preexistente, abordando cada intervención con sutileza, profundidad y respeto por la memoria del lugar.»