«Pablo Picasso es una gran sinfonía y Paul Klee es música de cámara«, con esta comparación Olivier Berggruen, hijo del coleccionista alemán Heinz Berggrue, ha intentado definir a los dos artistas favoritos de su padre.

El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza presenta Picasso y Klee en la colección de Heinz Berggruen, una muestra de más de 60 piezas, junto al Museum Berggruen de Berlín, actualmente en obras, que revela la conexión artística entre estas dos figuras del siglo XX.

La exposición, comisariada por Paloma Alarcó, jefa de Pintura Moderna del Museo Thyssen, y Gabriel Montua, director del museo alemán, podrá verse del 28 de octubre al 1 de febrero en la primera planta de la pinacoteca madrileña.

«Duelo de titanes»

En la presentación, el director del Thyssen, Guillermo Solana, ha indicado que se trata del «segundo duelo de titanes«, tras el de Warhol y Pollock, que se exhibe en la sala principal de exposiciones temporales.

Alarcó ha señalado que «es cierto, que Picasso y Klee no pueden ser más opuestos. Pertenecían a dos mundos muy diferentes y poseían dos personalidades antitéticas: meridional, terrenal, excesivo y sensual, el primero; nórdico, espiritual, introspectivo e intelectual, el segundo».

Experimentación

Más allá de sus diferencias, compartían «un mismo espíritu de experimentación, una análoga estrategia reductora y deformadora que los llevó a dislocar formas y cuerpos», apunta la comisaria. Alarcó destaca el «cruce de miradas» de ambos, su sarcasmo y su capacidad de transgresión.

Picasso y Klee se dedicaron «a destruir la realidad a través de un lenguaje plástico de enorme radicalidad, por lo que transformaron para siempre el modo de mirar y de acercarse al mundo del hombre contemporáneo», según la curadora.

‘Despertar’, Paul Klee, 1920. Museum Berggruen

Retratos, paisajes, bodegones y desnudos

La exposición se divide en cuatro apartados con los géneros que interesaron a ambos y en los que sus creaciones se entrelazan de manera sugerente: Retratos y máscaras; Lugares; Cosas; y, por último, Arlequines y desnudos.

En cada sección se incorpora además una selección de obras de la colección Thyssen, algunas de las cuales fueron propiedad de Berggruen en el pasado. Así, al encuentro entre los pintores se suma el de los coleccionistas.

Como galerista, Heinz Berggruen vendió muchos lienzos al barón Hans Heinrich von Thyssen-Bornemisza, un ejemplo es Arlequín con espejo, un picasso de 1923, que colgaba en el salón de la casa de París del marchante germano.

La presencia de los artistas no está equilibrada en las distintas salas, Picasso domina en la parte dedicada a los retratos, con solo dos cuadros de Klee, mientras que se prodiga menos en el paisaje, con un lienzo solitario y un hermoso dibujo de la costa de Saint-Malo.

‘Vista de Saint-Malo’, 1992. © Sucesión Pablo Picasso, VEGAP, Madrid, 2025

La exhibición también desvela el gran conocimiento del genio malagueño de los maestros antiguos, en especial de los Cranach. En la última sección, La ninfa de la fuente se muestra entre el Gran desnudo tumbado y el dibujo de una Bañista reclinada.

Al iniciar el recorrido, Retrato de mujer según Cranach el Joven se mide con el semblante de la dama original, pintado en 1539.

Picasso y Cranach el Joven pintan a la misma mujer. RTVE.es

Picasso y Klee compartieron espacio en un par de exposiciones colectivas en París en los años 20, pero su último encuentro está fechado en 1935, en Berna, cuando el artista suizo ya estaba aquejado de la enfermedad que acabó con su vida cinco años después.

El español acudió a verle acompañado de un amigo, pero se entretuvieron tomando vinos y llegaron tarde. Pablo cogió un dibujo de Paul, pero no tenía muy claro por dónde mirarlo. El suizo le contestó «lo puede usted mirar por donde quiera, porque ahora mismo todo está patas arriba y da igual. El mundo se viene abajo», lo que, para Alarcó, era «una metáfora de aquel momento histórico».

Klee estaba fascinado por la música, tocaba el violín y usaba la teoría de la composición musical para aplicarla a sus cuadros, mientras que a Picasso le interesaban más los instrumentos, aunque colaboró con los Ballets rusos e incluso realizó el logotipo del sello especializado en jazz Pablo Records, fundado por Norman Granz en 1973.