Salvatore Garau es uno de los artistas más destacados actualmente en el mundo del arte contemporáneo. A sus 71 años, el escultor italiano busca crear una disciplina que va más allá de lo que puede verse. Aunque, lo que no podría imaginarse es que su concepto inmaterial superaría cualquier límite con su última creación, Io Sono (Yo soy).
Y es que, a diferencia del resto de sus obras, esta se trata de una escultura invisible que, a pesar de que no se pueda ver ni tocar Garau asegura que sí que existe realmente, simplemente está hecha de «aire y espíritu». «Escultura inmaterial para colocar en un espacio libre de cualquier estorbo», definió el autor en su certificado de autenticidad.
De hecho, en el resguardo explicó cada detalle de la obra para que el comprador pudiera saber de qué se trataba. «Dimensiones variables, aproximadamente 200 x 200 cm. Obra acompañada de un certificado de autenticidad emitido por el artista. Obra archivada con el n. IM5. Procedencia: Colección particular, Milán». Así, con todos los datos, salió a la venta en 2021 con una estimación de 12.000 a 16.000 euros.
Finalmente, la obra se vendió por 15.000 a un comprador anónimo. Aunque, lejos de las críticas, para el artista la obra no tenía un sentido físico, sino conceptual. De hecho, lo único que adquirió el comprador fue el certifciado donde se explicaba cómo y donde exhibir la figura. Así, lejos de ser una «paradoja» como señalaron algunos expertos, para Garu es algo que va mucho más allá.
Según confesó a través de su perfil de Instagram, la idea es dar valor al «vacío» pues la figura más que ser una imagen es una reflexión sobre la percepción del espectador. De este modo se trata de un trabajo completamente subjetivo por el que cada persona pueda tener una visión propia y única.» El vacío no es otra cosa que un espacio lleno de energía que se condensa y se convierte en partículas, en fin, ¡en nosotros! Y aunque lo vaciemos y no quede nada, según el principio de incertidumbre de Heisenberg, esa nada tiene un peso», destacó el autor.
Por ello, más que una figura, es el espacio lo que importa: «Cuando decido exponer una escultura inmaterial en un espacio determinado, ese espacio concentrará una cierta cantidad y densidad de pensamientos en un punto preciso, creando una escultura que desde mi título solo tomará las formas más variadas».