El pasado 9 de abril sucedió algo que cambió para siempre la vida personal y familiar de la presentadora Isabel Jiménez (43 años): se hizo público que ella y su hasta entonces marido, Álex Cruz, habían decidido tomar caminos separados tras 16 años de matrimonio y dos hijos en común.
Un quiebre amoroso que llamó poderosamente la atención, pues la dupla proyectaba una imagen de absoluta solidez en su historia de amor. No obstante, como pudo averiguar EL ESPAÑOL hace unas semanas, a veces el amor no es suficiente para seguir unidos.
No hubo ni desenamoramiento ni terceras personas. Se insistió, en la línea, que hay cordialidad entre ellos. De hecho, una revista del corazón los captó hace poco tiempo, juntos durante una escapada con amigos. Siguen siendo familia, en aras del bienestar de sus vástagos, Hugo y Daniel.
El todavía matrimonio posando en una imagen de sus redes sociales.
«Pase lo que pase, siempre vamos a ser una familia. Hemos sido un equipo durante 20 años y vamos a seguir siéndolo«, publicó ¡HOLA! como palabras de la propia Isabel. EL ESPAÑOL contrastó semanas atrás que no habían tramitado el divorcio.
«Yo no pregunto esas cosas, pero ellos se llevan bien, de verdad», apunta la persona con la que se contacta. Tan bien que, de acuerdo a la información de este medio, van a pasar tiempo juntos este verano.
«Habrá vacaciones por separado con los chicos y también juntos«, se asevera. En esa línea, hay un enclave vacacional que siempre fue punto de reunión en verano para la otrora familia Jiménez Cruz: la localidad almeriense de Agua Amarga.
El arraigo por esta pedanía española perteneciente al municipio de Níjar, en la provincia de Almería, lo siente especialmente Álex Cruz. La expareja de Isabel es natural de Almería, pero siempre ha veraneado en Agua Amarga. Y hasta allí se ha desplazado, verano tras verano, toda la familia.
Isabel Jiménez junto a su todavía marido, Álex Cruz, en una fotografía de sus redes sociales.
Incluso, grandes amigos de ambos, como Sara Carbonero (41) y su exmarido, Iker Casillas (44). De hecho, la periodista toledana -hoy, felizmente enamorada del empresario canario José Luis Cabrera (41)- siempre ha manifestado su pasión por esta tierra almeriense.
Por ejemplo, el año pasado Carbonero fue inmortalizada en una revista del corazón durante una jornada de baño en las playas de Almería, siempre de la mano de su íntima amiga y socia, Isabel Jiménez. Volviendo al presente de Isabel y Álex, este medio se pregunta: ¿irán este año a Agua Amarga?
«Isabel no lo sé, lo mismo sí; Álex, claro», es el mensaje que llega a este periódico. Los hijos de ambos se lo pasan en grande en Almería. Tal y como se relata, la expareja de Jiménez no dispone de una casa allí en propiedad: «Está en alquiler«, se detalla.
Por su parte, el verano de Isabel Jiménez no puede ser más intenso. Acaba de compartir en Instagram un viaje a las islas Maldivas. «Gracias por la aventura, por la energía, por las charlas y por las risas. Hemos visto amanecer casi cada día», ha posteado Isabel, en referencia a su amiga.
Y añade: «Hemos aprendido a respirar, a escuchar la vida, a sentir la naturaleza. Nos vamos agradecidas y felices«. Por supuesto, también compartirá tiempo con su íntima amiga Sara y los hijos de ésta, grandes amigos de sus propios vástagos.
Sea como fuere, Isabel poco a poco está recolocando su vida y también sus emociones tras la ruptura. Se insiste en que, más allá de que ya no comparten el mismo techo, siguen en la línea de la unión y de la familia. Se asegura que ambos hacen todo «por el bien de los pequeños«.
Álex Cruz junto a sus hijos, en la playa.
Gtres
Llevarse bien, quedar, pasar tiempo juntos, acudir a compromisos: todo por sus hijos. Es lo primero que tuvieron claro cuando un día tomaron la determinación de caminar por separado. Fue él quien abandonó el domicilio conyugal.
«No hay marcha atrás«, es la expresión que se utilizó en conversación con este diario, semanas atrás, después de comentarse que podría existir una reconciliación entre ellos.
Cuando estalló la historia de su ruptura, Isabel pasó unos días un tanto convulsos, pero explican que ahora, pasado el tsunami, se respira más tranquilidad en su vida.
No le gusta a Isabel verse en los titulares de la crónica social, y menos por una cuestión tan agridulce como la que le ocupa. Lo pasa mal porque ella entiende su proyección pública, pero desea proteger a los suyos, a las personas anónimas; tanto a su marido, Álex, como a sus hijos.
Isabel y Álex sellaron su amor en el año 2009. Ambos son naturales de Almería, por ello celebraron el enlace en dicha ciudad, rodeados de familiares y amigos. Alejandro Cruz o Álex, como lo conoce todo su entorno, es ingeniero y muy discreto.