Tal día como hoy, hace 125 años, nació el Real Club Deportivo Espanyol -Sociedad Española de Foot-Ball, entonces-. Aquel otoño de 1900 no solo comenzaba la andadura de una entidad deportiva, sino una historia de resistencia y resiliencia. De pasión y familia. Autenticidad … y fidelidad. La historia de este equipo es la de quienes osaron ser diferentes, pero, sobre todo, la de un club exitoso, uno de los grandes de España: cuatro copas de Su Majestad el Rey y 89 temporadas en Primera División -solo Barça, Madrid, Athletic y Valencia han disputado más-. 125 años no se cumplen cada día y menos aún si, como el Espanyol, a diario tiene que lidiar con un entorno político y mediático adverso. «Somos un club único, especial y diferente. No siempre nos han tratado bien, pero hemos sabido sobreponernos, demostrar nuestra fortaleza», reflexiona para ABC Rafa Marañón, máximo goleador de la historia del Espanyol.

Corre por los pasillos de Cornellà una teoría sobre el origen del apodo que recibe la afición de este equipo, los periquitos. Aunque es la más aceptada, su veracidad no es total, pero sirve de metáfora. Resulta que en los años 20 el dibujante Valentí Castanys publicó en la revista satírica ‘Xut!’ una viñeta en que se veía a cuatro gatos, haciendo burla de la reducida afición del club. Aquellos felinos estaban inspirados en la célebre figura del gato Félix -llamado en España el gato Perico– y posaban sentados ante un cartel con la inscripción ‘Real Club Deportivo Español’. Se dice que aquello se fue quedando y terminó dando nombre a la parroquia espanyolista.

Como fuera, en los años 20 ya caía sobre el Espanyol la losa de ser el pequeño de la ciudad. Pero todavía iba a atribuírsele otro mantra, completamente falso: el de ser menos catalán. El Espanyol se fundó con la idea de que los autóctonos también pudiesen jugar a un fútbol que estaba entonces en auge, pues la plantilla del Barcelona contaba, sobre todo, con extranjeros. El primer gol de la Liga lo marcó un perico y catalán: Pitus Prat. El -todavía- máximo goleador de la historia de Cataluña es Raúl Tamudo, leyenda periquita. Desde 1910 viste de blanquiazul por ser los colores del escudo de armas de Roger de Llúria, almirante de la flota de la Corona de Aragón. Además, su himno dice: «Ets l’orgull de l’esport i de Catalunya glòria». Sin embargo, su catalanidad siempre se ha puesto en duda, lo cual se ha usado a menudo para hacer del desprestigio un ‘modus operandi’ y proyectar al mundo la idea de que en Barcelona hay un solo equipo.

«Tener un yerno del Espanyol es una desgracia», afirmó siendo alcalde de Barcelona Xavier Trias. Hace un par de años, la Generalitat hizo una campaña turística que contaba solo con el Barça para promocionar la región. «Estamos seguros de que no nos avisasteis porque sabíais que estos días teníamos mucha faena. Cataluña es la tierra del Espanyol y de miles de clubes, con millones de aficionados, cada uno con sus colores», respondió la entidad periquita.

Algunas célebres voces pericas, como el portavoz de Esquerra Republicana en el Congreso de los Diputados, Gabriel Rufián, han salido en repetidas ocasiones en defensa del Espanyol: «Hay un sector del barcelonismo que considera que si eres catalán tienes que ser culé. Por eso para la gente que nos sentimos catalanes e incluso republicanos, progresistas, independentistas… ser del Espanyol es un acto prácticamente revolucionario, pero para mí es mucho más divertido e interesante», explica a ABC.

La historia del Espanyol la forjan aquellas familias catalanas que aceptan el reto de ser diferentes. En 2023, el Centre d’Estudis d’Opinió (CEO) aseguró que el 3 por ciento de los aficionados catalanes al fútbol eran del Espanyol, un 12 del Real Madrid y un 75 del Barça. «Siempre dije que en Barcelona no hay derbi, porque el Espanyol siempre es considerado el visitante, y además un día le pedirán que juegue sin portero», comenta el periodista Tomás Guasch. «Para mí ser del Espanyol siempre ha sido sentir complicidad con un modo de entender el juego y la vida», recalca.

Pudiendo ser de una gran orden del deporte y de lo empresarial como el club culé, los pericos eligen quedarse en su parroquia. Como tantos miles de personas, esa fue la elección de Xavier García Albiol, alcalde de Badalona: «No necesitamos ser los más grandes para sentirnos orgullosos. Ser del Espanyol es elegir la pasión por encima del marketing. No es una moda, es una elección de corazón», cuenta a este periódico.

Sufrir, un atributo más

Tampoco se entiende la historia del Espanyol sin una palabra: sufrimiento. Han sido 125 años de merecida gloria, solo conseguida con el sudor más puro. «Tantos años desafiando lo imposible, plantando cara al sufrimiento», canta una estrofa del himno del aniversario. El Espanyol es el único equipo histórico de la Liga que nunca ha ganado el campeonato. También el que más partidos ha perdido. 1.170. Es decir, que, salvo tramos gloriosos, suele estar al límite. Además, ha caído derrotado en los penaltis en dos finales de Europa League. La angustia es un atributo más de ser perico. Por eso las grandes victorias se toman como una reivindicación -«estamos vivos»- y de ahí que ante una clasificación a UEFA (2019), un ascenso (2023) o una salvación (2024) haya habido brutales invasiones de campo. «Ganar sabe mejor y perder duele menos porque lo vivimos desde la fidelidad a los colores de siempre», añade Albiol.

El momento de esperanza que actualmente vive la entidad aumenta el fervor por estos 125 años. Si bien ahora mismo ocupa la cuarta plaza de la clasificación, viene el Espanyol de pasar sus más precarios años deportivos. Dos de sus seis descensos han ocurrido en los últimos cinco años y bajo la presidencia del empresario chino Chen Yansheng. Tras tres mercados de fichajes sin un euro de inversión, hace un par de semanas se oficializó la adquisición del club por parte de Alan Pace, también dueño del Burnley FC. «Debemos seguir creciendo y aprovechar este buen momento; hay que disfrutar, presumir y poner en valor nuestro club, que cumple 125 años a pesar de muchos problemas y contratiempos», apunta Joan Capdevila, exjugador perico y campeón del mundo con España. Con esta nueva propiedad, se alumbra la esperanza de que el Espanyol pronto recupere su mejor versión y esté a la altura de su historia.