Mudarse a un piso pequeño o reformarlo puede ser un reto, sobre todo cuando la meta no es solo aprovechar cada metro cuadrado, sino también conseguir que el espacio se sienta luminoso, calmado y con alma. A veces no hace falta tirar tabiques ni invertir en grandes obras: basta con entender el poder del color.
En un momento en que los interiores tienden a los tonos neutros, las paletas naturales y la sensación de armonía, la interiorista María del Valle, al frente de su propio estudio homónimo, nos recuerda que el color es mucho más que una cuestión estética. Ahí reside la diferencia entre un piso que parece pequeño y otro que se siente equilibrado y acogedor.
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Su filosofía combina técnica y sensibilidad: analizar cómo se mueve la luz, cómo se habita cada rincón y qué emociones transmite el espacio. En esta entrevista, María comparte sus consejos sobre cómo acertar con los tonos en pisos pequeños, ¡y te prometemos que lo que nos cuenta es de lo más interesante!
El color de las paredes que favorece a un piso pequeño, según la interiorista María del Valle
Foto: María del Valle Interiorismo
¿Qué tonos recomiendas para que un piso pequeño parezca más amplio?
Todo depende siempre de la cantidad de luz y orientación que tenga la vivienda, es lo que suele determinar la elección final. En general, nos gusta recomendar para pisos pequeños tonos luminosos, los colores neutros, claros y desaturados no suelen fallar: blancos rotos, beiges suaves, arenas o grises cálidos. Estos tonos reflejan mejor la luz y aportan una sensación de amplitud y limpieza visual, sin resultar fríos. Pero. Nos gusta el RAL 9010. Suelen encajar siempre.
Foto: COLORESRAL.COM
¿Crees que el blanco sigue siendo el mejor aliado o hay otras gamas que también funcionan?
En el Estudio el blanco más puro lo solemos utilizar poco, principalmente en viviendas en las que el arte en mayúsculas tiene una importancia especial. Para el resto buscamos blancos con matices. Con un fondo más ocre que lo haga cálido si es lo que se busca o con un tono más agrisado si el efecto que se busca es otro. Tonos ligeramente tostados también funcionan muy bien.
Foto: María del Valle Interiorismo
¿Influye el acabado de la pintura en la percepción del espacio?
Por supuesto y algunos casos radicalmente. En espacios pequeños, los acabados mates suelen funcionar muy bien y nos gustan, pero en algunos casos las paredes ligeramente satinadas dan un toque más sofisticado. También nos gusta generar matices con pinturas con textura de distintos gramajes y acabados ecológicos.
¿Qué opinas de pintar el techo o una pared en un tono distinto?
En el Estudio María del Valle Interiorismo, nos encanta dar importancia al techo y que cobre protagonismo. En una vivienda más reducida es una manera de resaltar la quinta pared. Nos gusta poder hacer juegos no solo con el color directamente en el techo, sino también incorporar molduras o papeles pintados o espejos envejecidos que le dan otra dimensión. Pero es importante pensar en la proporción y la luz. Una pared con un papel pintado con un color algo más saturado o un estampado ligero siempre le da un toque especial que puede ampliar el espacio.
Foto: María del Valle Interiorismo
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¿Qué errores sueles ver en pisos pequeños relacionados con el color?
Colores demasiado oscuros o saturados en todas las paredes, usar varios tonos sin conexión entre sí, y olvidarse del efecto del color bajo diferentes tipos de luz. Sobre todo, que los colores no generen armonía con el espacio y la luz y orientación de la vivienda.
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¿Combinaciones de tonos que den armonía y luz?
Establecería una recomendación teniendo en cuenta la orientación de la vivienda, porque no es lo mismo decorar un espacio que recibe sol directo todo el día que otro con luz más fría o escasa. Por tanto, en viviendas orientadas al norte, donde la luz es más fría y escasa, recomendamos tonos cálidos y suaves: blanco roto, beige, crema o melocotón muy claro. Aportan calidez y evitan que el espacio se sienta apagado.
En viviendas orientadas al sur, con luz natural abundante y cálida, podemos usar tonos más frescos o empolvados: verde salvia, gris suave, blanco puro o azul claro. Equilibran la luz y aportan frescura sin restar luminosidad. En términos generales, para una vivienda más ajustada, una paleta monocromática en tonos tierra, combinada con blancos rotos y detalles en madera clara, es infalible.