El onubense Juanjo Velasco ha emprendido una aventura que pocos se atreven a imaginar: recorrer en bicicleta más de 1.200 kilómetros desde Huelva hasta Finisterre, pasando por Portugal y Galicia, en apenas nueve días de viaje. Un reto personal de superación que nació de una caída y terminó convertido en una experiencia vital.
Así ha contado a Huelva Hoy su decisión para hacer este largo viaje en bicicleta: “Fue una decisión espontánea. Decidí hacer el viaje dos días antes. Quería recuperar la confianza en la bicicleta tras una caída en Suiza y, sobre todo, tener tiempo para reflexionar y pensar en el futuro”.
El viaje acumuló más de 11.000 metros de desnivel y una media de siete horas diarias sobre la bicicleta: “Han sido muchas horas pedaleando, pero no se me ha hecho pesado. Pensaba mucho, sobre el pasado, sobre el futuro, lo que iba a comer ese día o cómo agradecer a mis amigos sus donaciones a través de Bizum”.
Y es que el viaje contó con un componente creativo. Con solo 27 euros en la cuenta, Juanjo decidió financiar la aventura gracias a donaciones de amigos en su lista de “Mejores Amigos” de Instagram: “Me apoyaron unas 60 personas. Algunos me mandaban cincuenta céntimos o un euro, otros cinco o diez euros, y la aportación máxima fue 25 euros. Cada aportación venía con una broma o un reto que yo tenía que cumplir”.
La ruta comenzó en Punta Umbría, con idea de seguir la Vía de la Plata. Su alojamiento fue tan improvisado como su travesía. Desde albergues hasta casas de amigos y anfitriones ciclistas de la aplicación Warmshowers, donde comparte experiencias con otros viajeros. “La primera noche dormí en casa de Mario, un francés de 63 años que vive en Canalejas, una aldea de la Sierra de Huelva, que solo tiene 24 personas censadas. Mario hizo un viaje en bicicleta de Tarifa a Estambul. Su historia me inspiró muchísimo”.

Fuente: Juanjo Velasco.
Un consejo en un bar de Calañas cambió el rumbo. “Un señor me dijo que me iba a pillar calor si iba por Extremadura, y me recomendó cruzar por Portugal. Le hice caso y fue una decisión acertadísima”. Desde entonces, la costa portuguesa se convirtió en su aliada. Pedaleó por Abrantes desde Badajoz, Figueira da Foz, Aveiro, Oporto y Viana do Castelo, hasta cruzar en barca desde Caminha a A Guarda, ya en Galicia. Después llegarían Vigo, Pontevedra y, finalmente, Finisterre.
La llegada a Finisterre tuvo además una sorpresa familiar: su hermana Marta, estudiante de Enfermería en Santiago de Compostela, lo esperaba allí por sorpresa. “Fue un momento muy bonito. Me llenó de fuerza verla cuando llegué”.

Fuente: Juanjo Velasco.
Para Juanjo, la bicicleta es “una manera de desconexión, de reflexión y de conocimiento. Te permite conocer mucho en poco tiempo y a mí me hace sentir libre”. Tras extender su ruta hasta Muxía y Santiago, el viaje superó los 1.400 kilómetros. “Si tuviese que darle una nota, le pondría un 9. La perfección no existe, pero esta aventura ha sido lo más cercano a ella”.

Fuente: Juanjo Velasco.
Ahora, con la confianza recuperada, Juanjo Velasco no descarta nuevas expediciones. “Antes no me lo planteaba, pero después de esta experiencia tan enriquecedora, quizás vuelva a lanzarme a por otra aventura parecida”.

Fuente: Juanjo Velasco.