Kobi Simmons juega cada minuto como si su contrato dependiera de ello pero sin exteriorizar esa presión. El fichaje temporal del Baskonia para mitigar las … bajas de Forrest y Howard se ha hecho con las riendas del equipo nada más llegar. El norteamericano aprende rápido. En uno de los primeros ataques del partido usó el bloqueo de Diop y descubrió que el poste senegalés puede jugar buenas continuaciones también lejos del aro. El grito del pívot tras el mate fue el primer alarido de alivio de un equipo con más orgullo que confianza. Todavía sin compactar, el Baskonia ofreció argumentos para el optimismo, sobre todo por la capacidad de resolver ataques que parecen estancados.
La acción de Diop, con unos primeros minutos de lo más prometedores, sirvió de cerilla para encender a un Buesa Arena con media entrada, pero para nada distante con el baloncesto de Galbiati. El técnico italiano recibió muchos aplausos en el momento de salir a la pista. Como si la grada quisiera mandarle ese mensaje de apoyo reconfortante que se envía cuando algo no va bien. Lo devolvió con las palmas y siendo el primer agitador del partido, tratando de llevar la batuta del equipo y de la afición. Un todo en uno.
Al transalpino le inspira confianza Simmons, ese tipo de jugador que antes de cruzar al campo de ataque mira al banquillo y cuando traspasa la línea divisoria parece tener claro que hay que hacer. El estadounidense destaca en sus tres primeros partidos por estar exento de la falta de confianza del vestuario. Su 6 de 6 en tiros libres fue como un mensaje hacia sus compañeros de calma y sosiego, necesario para sacar al equipo en los atolladeros que fue metiéndose en los finales de los cuartos pares. Tan importantes fueron sus 16 puntos como las 5 asistencias y su complementariedad con Matteo Spagnolo, mucho más estilista y con más bote de balón, al estilo de Luca Vildoza en sus primeros años en Vitoria.
Los vitorianos volvieron a tener una mala noche en el tiro libre, con diez fallos, y en el triple hasta la irrupción de Cabarrot
El impacto del último jugador en llegar suele traer consigo el retroceso de alguno de los que partía con ventaja temporal. Markquis Nowell disputó seis minutos, que sumados a los nueve de Murcia confirman el efecto gaseosa de su papel en el equipo. Su mejor acción fue tirarse al suelo en un intento de robar el balón que al final quedó en nada. Durante la celebración de la victoria, Howard se encargó de abrazarle y animarle. Sin oportunidad de jugar en la segunda mitad, a la irrupción de Simmons se suma un Rafa Villar que parece encontrar su rol como encargado de subir la agresividad en defensa y en las líneas de pase.
El Baskonia logró ganar un partido en el que falló diez tiros libres (22 de 32) y que al descanso se fue con 3 de 12 en triples. Los aficionados azulgranas, sin muchos cánticos de ánimo, no daban crédito a que un Dubái lejos de un baloncesto refinado lograra irse con ventaja al descanso. Fue Cabarrot el que con sus triples volvió a ordenar el equipo y contentar a la grada, que se llevó varias dedicatorias del galo. En ese tercer cuarto también hubo otra celebración con destinatario. Kabengele señaló a Forrest, sentado en el banco de lesionados, tras anotar un triple. El azulgrana, su excompañero en la universidad de Florida, le preguntó al final del encuentro entre risas que cómo se había atrevido. Dos jugadores con un carácter similar. Diakite, en otro mal partido, volvió a mostrar falta de autocontrol por las faltas. Ansiedad por que las cosas aún no están saliendo rodadas. Aunque esta vez saliera indemne de su vulnerabilidad.