A finales del año 1975 tuvo lugar el que para muchos consideran «el mayor crimen urbanístico y arquitectónico de la historia de Santiago»: la demolición del edificio Castromil, un edificio modernista de los años veinte ubicado en la antigua Plaza García Prieto, hoy Praza de Galicia. En su lugar se construyó el primer parking subterráneo de la capital gallega. En aquel momento cinco arquitectos –Carlos Almuíña Díaz, Xosé Lois Martínez Suárez, Xosé Manuel Casabella, Ramón Baltar y Xosé Bartolomé, los dos últimos ya fallecidos- elaboraron un proyecto para intentar salvar el edificio, pero ni llegó a ser debatido.

Ahora, como evento de divulgación, «se mostrarán las virtualizaciones que se hicieron de un proyecto de rehabilitación que se hizo in extremis para darle al edificio un uso cultural y demostrar que se podía poner un parking alrededor de un edificio». Así lo explica Paula Franjo, investigadora del proyecto de financiación estatal ‘Arquitecturas soñadas. Proyectos fallidos y pensamiento utópico en la historia de la arquitectura en Galicia’ (ARSOGAL), promovido por el grupo de investigación IDEAHS de la Facultade de Xeografía e Historia de la USC, que, junto a su compañero Santiago Rodríguez, conducirá un evento este viernes en el Auditorio de Museo do Pobo Galego, a partir de las 18.00 horas, en el que se mostrará a la ciudadanía las imágenes de la recreación virtual realizada por el Centro Infográfico Avanzado de Galicia (CIAG), en colaboración con ARSOGAL.

Además, habrá una mesa redonda con los arquitectos «sobre la memoria del edificio y sobre aquel momento de lucha contra el derribo». Franjo recuerda que en aquel momento el Colexio Oficial de Arquitectos de Galicia (COAG)«se había creado hace poco y fue de las primeras cosas que hizo para reivindicar el patrimonio moderno de Galicia».

Imagen en 3D del derrumbado edifico Castromil, ubicado en la actual Praza de Galicia de Santiago.

Imagen en 3D del edifico Castromil, derribado hace 50 años, en el espacio que hoy ocupa el párking de Praza de Galicia. / USC/CIAG

En un principio el edificio albergó un café-bar, para luego convertirse en estación de autobuses. «En el año 72 se abrió la estación que se acaba de derribar en la zona norte de Santiago y en consecuencia el espacio quedó sin uso», explica. Fue en el año 1974 cuando fue expropiado por el Concello de Santiago para su derrumbamiento con esa intención de crear un parking. Además, asegura la investigadora que «mucha gente decía que no le gustaba estéticamente porque no era de piedra, sino de hormigón».

Así, asegura que «había mucha gente que apoyaba la demolición o le era indiferente, pero cuando el COAG intentó crear debate empezaron a salir voces a favor del edificio y cuando se tiró fue cuando hubo un arrepentimiento general».

A pesar de que estos arquitectos no lograron salvar el edificio, Franjo señala que «sí encendieron una chispa». Sin embargo, considera que la sociedad en general no es conocedora de que hubiera arquitectos que intentaron mantener este edificio emblemático en pie. Para muchos era «la mejor obra arquitectónica de uso público de la que dispuso el Ensanche».

El evento, que lleva por título ‘Virtualizando o Edificio Castromil 50 anos despois da súa demolición’, será de entrada libre hasta completar aforo. Los asistentes podrán conocer de primera mano los avances tecnológicos que permiten recuperar espacios desaparecidos y reimaginar su lugar en la ciudad actual.