A las puertas del inicio de la campaña de gripe, la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), lanza un mensaje claro: «No podemos permitirnos como profesionales ser un vector de transmisión en entornos donde hay personas vulnerables. Nuestra responsabilidad es protegernos para proteger …

A las puertas del inicio de la campaña de gripe, la
Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), lanza un
mensaje claro: «No podemos permitirnos como profesionales ser un vector de
transmisión en entornos donde hay personas vulnerables. Nuestra
responsabilidad es protegernos para proteger a pacientes, familiares y
compañeros de trabajo». Así lo expresa Ana Pilar Javierre Miranda, médica de
familia y coordinadora del Grupo de Prevención de Enfermedades Infecciosas
del Programa de Actividades Preventivas y de Promoción de la Salud (PAPPS) de
la semFYC.

Según Javierre, las bajas tasas de vacunación entre el
personal sanitario pueden atribuirse a «la desinformación sobre las vacunas,
sus indicaciones en sanitarios y la falta de formación y actualización en
este ámbito; la desconfianza; la falta de tiempo o la infravaloración de la
gravedad de enfermedades prevenibles como la gripe». Además, indica que «una
baja cobertura vacunal afecta directamente a la capacidad asistencial de los
equipos, especialmente en momentos de alta presión estacional» y añade que
«velar por la continuidad del servicio también forma parte de nuestra ética
profesional».

El descenso progresivo en la cobertura vacunal entre el
personal sanitario
— que había alcanzado una cifra de 65,6 en 2020 y desde
entonces ha descendido una media de 6 puntos porcentuales interanuales hasta
alcanzar una cobertura vacunal de 39,5 en la última campañ
contrasta con la
tendencia observada en la población general
, que mantuvo cifras elevadas de
vacunación antigripal hasta registrar un marcado descenso la campaña pasada
de 2024. Mientras que en la población mayor de 65 y 75 años se alcanzaron máximos
históricos en 2021, coincidiendo con un alto grado de concienciación social
tras la pandemia, entre los profesionales sanitarios la caída comenzó ya ese
mismo año y se ha mantenido de forma sostenida. Esta evolución evidencia «una
pérdida de percepción del riesgo y de compromiso dentro del propio colectivo,
lo que refuerza la necesidad de apelar a la responsabilidad individual y
profesional de quienes trabajan en el ámbito sanitario», alertan desde la
semFYC.

Experiencias en otros países

La búsqueda de estrategias eficaces para mejorar las
coberturas vacunales entre profesionales sanitarios ha llevado a distintos
países a adoptar medidas diversas, desde incentivos económicos hasta días
libres para quienes se vacunan. Sin embargo, algunas experiencias con la
obligatoriedad han demostrado efectos contraproducentes, generando aún más
reticencia vacunal. En este contexto, la semFYC apuesta por la
corresponsabilidad y la concienciación profesional. «Creo que, como
sanitarios, debemos ser responsables y protegernos para proteger», afirma Ana
Pilar Javierre, quien subraya que «el compromiso individual de los y las
profesionales es clave».

Más allá de la gripe 

La semFYC recuerda que, más allá de la vacuna frente a la
gripe, los sanitarios deben mantener actualizadas otras inmunizaciones
esenciales
, como las de la COVID-19, hepatitis B, tétanos-difteria, varicela,
sarampión, rubeola y parotiditis, entre otras, dependiendo del ámbito de
ejercicio profesional (unidades de neonatología, oncología, hematología,
microbiología…).

Con este posicionamiento, la semFYC hace un llamamiento a
todos los y las profesionales del ámbito sanitario, especialmente de la
Atención Primaria, para que asuman activamente su papel en la prevención de
enfermedades transmisibles.