Un año después de la dana, la herida abierta sigue supurando, pero el escenario político apenas se ha visto alterado. El encastillamiento de Carlos Mazón en la Generalitat ha generado un quebradero de cabeza a Génova, pero también un importante desafío para Ferraz. La … incapacidad para desalojar al presidente valenciano o forzarle a asumir algún tipo de responsabilidad política es transversal e interpela, si cabe, en mayor medida a unos rivales políticos, que asisten impasibles a su consolidación en el cargo, después del acontecimiento traumático más importante que ha sufrido la región.

Con los datos en la mano, el clima en el PSOE es de preocupación. El desgaste que sufre la figura de Mazón no revierte en un incremento directo de las expectativas de voto socialistas, sino que quien rentabiliza políticamente la situación de debilidad del líder popular es Vox en exclusiva.

Así se desprende de la última encuesta de GAD 3 para ABC, en la que los siete diputados que perdería el PP se trasvasan directamente a Vox y en la que, para mayor alarma, los socialistas retrocederían hasta cuatro diputados, que recogería Compromís. Más allá de lo cuantitativo, en los cualitativos que manejan en el PSOE, es el partido a su izquierda, quien despierta una mejor valoración y simpatía entre los votantes. Joan Baldoví se sitúa por delante de Diana Morant. Esto también se confirma en el barómetro de este diario, en el que el síndic de Compromís no solo es el más valorado, 4,2, por delante de la candidata del PSOE (3,7), sino que entre los propios electores socialistas se prefiere a Baldoví (6,1) sobre Morant (5,8).

Esto está generando ya un contexto de abierto cuestionamiento al liderazgo de la también ministra de Ciencia, Innovación y Universidades. Según fuentes consultadas por ABC crecen las dudas internas sobre su viabilidad como futura candidata a la Generalitat. «No tira, está totalmente diluida», señalan. La doble condición de ministra y líder territorial juega en este, como en otros casos, en contra de las aspiraciones electorales. La externalización del Consejo de Ministros para las federaciones socialistas genera distorsiones y da ya síntomas de agotamiento. «Ni está sobre el terreno ni controla el partido», recelan en la formación. «Está desaparecida», tercia otro dirigente, que llama a asumir una necesaria remodelación del Gobierno por parte de Pedro Sánchez que «libere» a Morant de sus atribuciones en el Ejecutivo, en Madrid, para que pueda centrarse en el territorio y articular una alternativa consolidada en la Comunidad Valenciana.

Con un movimiento cívico muy potente en la región, con movilizaciones mensuales pidiendo la dimisión de Mazón, las fuentes socialistas consultadas lamentan la ausencia de su líder en la calle. «Con un acto de partido a la semana no vale», aseguran. Las dudas sobre el papel de Morant se suman a la pujanza de la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, que, además, se ve acompañada de un mayor peso específico en el PSOE, donde asumió la cartera de Igualdad en la Ejecutiva federal. «Ella sí que está, con las botas puestas», resume, gráficamente otro dirigente, que recuerda que la oposición a Mazón en los momentos más crudos de la dana la lideró Bernabé. «La gente la conoce, la para por la calle», señalan, poniendo en valor su papel en Valencia, en contraposición al vacío de Morant. Sin embargo, Bernabé está llamada a asumir la candidatura para la Alcaldía de la capital, por lo que, a priori, no supone una amenaza interna para la ministra. «Sería desvestir un santo para vestir otro», zanjan.

La falta de presencia sobre el terreno y en las Corts se trata de paliar por parte de Sánchez otorgándole un papel protagonista en la mesa del Consejo de Ministros y con presencia en los actos institucionales que se desarrollan en la Comunidad Valenciana, aunque no tengan que ver con sus cartera ministerial. Sin embargo, la ministra sigue siendo una desconocida para el común de los españoles Según el último barómetro del CIS, que tanto mima electoralmente a los socialistas, la titular de Ciencia, Innovación y Universidades le es ajena al 69,2 por ciento de los encuestados. Tampoco su estrategia postdana le ha ayudado a ganar notoriedad. Los bandazos han sido continuos para tratar, sin éxito, de descabalgar a Mazón.

De ofrecer sus votos a Feijóo para apoyar a un candidato alternativo, se pasó a rectificar, porque apuntalar a otro candidato del PP no parecía la mejor decisión. Posteriormente se optó por exigir la dimisión del presidente valenciano, como mera expresión de voluntad, y cuando la frustración fue ‘in crescendo’ se dejó volar la expectativa de que se presentaría una moción de censura imposible. «Si Feijóo no mueve ficha, será el PSPV quien la mueva», amenazó. El órdago quedó superado por la realidad, la realidad de necesitar los votos de Vox para que prosperase la iniciativa. Unos votos que no se iban a buscar. La «ficha» se limitó a pedir la convocatoria de elecciones. Otro brindis al sol.

Su falta de solvencia no solo tiene un impacto externo, a nivel de relevancia pública; también a nivel interno, donde sí la conocen bien y su posición se ve seriamente comprometida por la falta de liderazgo. «No controla el partido», critican, recordando los problemas que hubo durante las primarias de Valencia y la sensación que le acompaña, desde el inicio, de ser una líder impuesta y teledirigida desde la Moncloa. La gestión de la salida del comisionado para la dana y presidente del PSPV-PSOE, José María Ángel, también puso de relieve sus carencias internas. En el partido le afearon su falta de reacción, ligada a la vinculación personal que le unía con el afectado y que le llevó a dar explicaciones cuando Ángel ya había renunciado por la falsificación de un título universitario en el expediente que le permitió acceder a su plaza de funcionario. Cuando por fin compareció ante los medios, lo hizo para lanzar una defensa cerrada de la trayectoria del quien ella eligiera para detentar la Presidencia del partido.

Sin discurso propio

En clave de discurso, las fuentes consultadas también aprecian contradicciones con los términos que el PSPV ha mantenido tradicionalmente. El asunto más controvertido se produce en todo lo que tiene que ver con la financiación autonómica. La Comunidad Valenciana, a la cabeza de las regiones infrafinanciadas, ha sido -también con el anterior presidente socialista, Ximo Puig- muy combativa en la denuncia de los agravios y en la reclamación de sus derechos.

Sin embargo, este espíritu reactivo se ha diluido con la llegada de una líder autonómica que tiene asiento en el Consejo de Ministros donde se toman decisiones como avanzar hacia la financiación singular para Cataluña.