La declaración de la víctima de la supuesta violación tras una cita en Tinder y el registro realizado en la casa del sospechoso en … Benalmádena dibujan una personalidad en el presunto agresor que la policía califica de «violenta», con una «ideología supremacista» y con alusiones a su «superioridad genética».

La joven, que manifestó haber sido violada hasta en ocho ocasiones durante el tiempo que duró su cautiverio, contó a los investigadores que conoció al individuo a través de la App de citas y decidieron quedar el 11 de octubre para comer, tomar café y unas copas en establecimientos de la localidad.

Pasaron la tarde juntos. Ya en el coche de él, y siempre según su relato, se habría producido la primera de las agresiones sexuales. Desde allí, condujo hasta el domicilio del sospechoso, donde se produjeron las supuestas violaciones de forma continuada que ella describió en la denuncia y que se habrían producido con «gran violencia».

La joven declaró que le propinó mordiscos mientras la agredía sexualmente -el parte médico refleja nueve lesiones compatibles con los bocados-, que le dio fuertes tirones del pelo, ocasionándole heridas, y que mientras la sujetaba del cabello le habría realizado intentos de estrangulamiento, sin que ella llegara a perder la conciencia.

Siguiendo su relato, al que tanto la policía como la jueza dieron credibilidad, el hombre presuntamente hizo comentarios supremacistas mientras llevaba a cabo las violaciones denunciadas, como por ejemplo: «Sé que quieres mis genes superiores». Al parecer, no tomó ningún tipo de profilaxis durante los actos sexuales.

Las declaraciones de la mujer cobraron más sentido después de que la policía detuviera al individuo y realizara un registro en su domicilio, donde -según fuentes cercanas al caso- se localizaron numerosos efectos de simbología nazi o de grupos de extrema derecha. También se encontró un arma corta, munición y una importante suma de dinero en efectivo.

La denunciante describió más actos humillantes y degradantes durante su cautiverio. Según su versión, el hombre la obligó a ducharse con él, a hacerle la cama y limpiarle la habitación tras las supuestas agresiones sexuales. Y también refirió amenazas graves, advirtiéndole de que al día siguiente acabaría en el hospital o haciendo alusión a que quizá protagonizaría un titular del tipo: «… fue vista por última vez en Benalmádena».

El sospechoso, en cambio, manifestó que lo relatado por la joven era completamente falso y que las relaciones fueron en todo momento consentidas. La policía lo arrestó por detención ilegal, un delito continuado de agresión sexual, lesiones, trato degradante, amenazas graves y coacciones. La titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 3 de Málaga lo ha enviado a prisión y le ha impuesto una orden de alejamiento de 500 metros respecto a la víctima.