El equipo europeo todavía degusta su exquisita victoria en la Ryder Cup de hace un mes, cuando en el hostil ambiente de Bethpage Black consiguieron ganar en suelo estadounidense por tan solo cuarta vez en la historia. Con mucha más agonía de lo anticipado, tras un domingo en el que Estados Unidos rozó con remontar los siete puntos de desventaja con los que partía, Europa logró conquistar la Ryder por segunda edición consecutiva, ambas bajo el mandato de Luke Donald. El excelente trabajo del inglés, que todavía no despeja la incógnita de si repetirá en Adare Manor en 2027, no se entiende sin el apoyo de sus vicecapitantes. Dos de ellos, José María Olazábal y Edoardi Molinari, estuvieron este martes en Boadilla del Monte, en un acto organizado por la Real Federación de Golf de Madrid, para hablar largo y tendido sobre el éxito del Viejo Continente en Nueva York.

“No podía mirar”, recordó Olazábal sobre el decisivo putt que embocó Shane Lowry en el 18 el domingo, dándole al equipo el medio punto que ansiaba para retener la copa. El español, que como jugador participó en siete Ryder, ganó cuatro, fue capitán del milagro de Medinah en 2012 y ya hizo las de vicecapitán en Roma, tiene grabado en su memoria ese momento. “Me senté al borde de green, a seis metros de Shane. Por el rabillo del ojo le vi hasta que se colocó encima de la bola, luego cerré los ojos hacia el suelo, solo decía ‘métela, métela, métela’. Levanté la cabeza y ya estaba él saltando”, contó todavía emocionado Chema antes de desvelar una anécdota de aquel putt. “Un poco de fortuna tuvimos porque, al celebrarlo en el green del 18, Shane me levanta y me da un abrazo, nos miramos a los ojos y me dice ‘al tirarlo, te voy a ser honesto, pensaba que la fallaba’”, mencionó el vasco, que aseguró que sufrió más en el domingo de Bethpage que en el de Medinah. “En 2012 no teníamos nada que perder, todo el día fue positivo. Esta vez pasé dos horas y cuarto muy malas, empezamos bien, pero las cosas cambiaron en los nueve segundos y fue muy difícil”.

Tampoco fue una jornada sencilla para Edoardo Molinari, sin duda uno de los grandes artífices del éxito europeo en las dos últimas ediciones. “No había dejado de caminar durante los tres días, pero hubo un momento en el que me tuve que sentar en mi buggy. Las cuentas salían, pero era difícil”, relató el italiano, que además de golfista profesional es un ingeniero experto en el análisis de datos. Con su exhausto análisis de cada detalle, por mínimo que sea, Molinari le brindó a Donald las mejores herramientas posibles. “Mi trabajo es un porcentaje pequeño de todo lo que hace Luke. Secretos no hay. Empezamos muy pronto. Lo más grande de mi trabajo es el emparejamiento. Cuando termina la fase de clasificación hasta cuando decido con Luke el orden y las parejas, esas tres semanas son la clave de mi trabajo. En Bethpage estoy tranquilo y mirando el espectáculo. Hay muchos números. Luke a veces tiene una idea, me pide que mire algo, vemos 50 o 60 cosas distintas. Algunas las desechamos porque no dicen nada, y otras las guardamos”, explica sobre su rol el turinés, ganador de tres torneos en el DP World Tour y uno de los principales candidatos a capitán en caso de que Donald no continúe.

“Hasta Augusta, Sergio estaba claramente en la Ryder”Maximo Garcia de la Paz

“Por ejemplo, con Sepp Straka, que dejó de jugar unas semanas antes de la Ryder por un problema de su hijo. Dodo tenía una estadística de los jugadores que dejan de jugar tres, cuatro, cinco semanas, y la manera en la que vuelven a competir“, explicó Olazábal sobre la brutal recopilación de datos que hace Molinari, que también contó con su hermano Francesco en el equipo de vicecapitanes. El italiano reconoció verse sorprendido por numerosas decisiones estadounidenses, como la configuración de un Bethpage Black que en absoluto resultó difícil. ”Era uno de mis sueños, al verlo el lunes vi que me gustaba. No sé qué les pasó, en América hay una guía que dice que el campo tiene que ser fácil, con mucho birdie, y eso hicieron. La semana de antes ya había poco rough como casi nunca he visto en Europa. En la semana de Ryder había menos todavía, encima con greenes blando. Era una competencia de birdie y putt, no importaba dónde la pegabas desde el tee. A veces era mejor estar en rough que en calle, fue un campeonato de putt y por suerte ganamos. Les quitaba mucha ventaja a los americanos, ellos eran mejores en acierto desde el tee, no sé si se pensaron que no afectaba», afirmó.

“Le dije a Straka ‘ya tenemos otro punto’”

Otra sorpresa para Molinari, clave a la postre tras el ajustado resultado de 13-15, fue la designación de parejas como Harris English con Collin Morikawa, de quienes la estadística avanzada decía que eran la peor dupla posible. “En Europa tenemos ordenadores diferentes”, bromeó Dodo, que también mencionó el intento de juntar a Scottie Scheffler con Bryson DeChambeau. “Fue a la desesperada, sobre todo metiendo a sus dos mejores en fourball, no es una gran idea. En fourball, si uno no está jugando bien se puede llevar punto. Si los dos juegan bien solo ganan un punto, pero si pierden es un desastre. Es presión para ellos, jugando en casa”, explicó el maestro turinés, que se deshizo en elogios hacia su capitán. “Luke invirtió dos años de su vida en la Ryder, todos los días pensaba en ello y hablaba con los jugadores, eso es raro en un capitán. La comunicación fue muy buena. Yo estuve en Irlanda con él y planeamos las parejas. Cenamos con Rory y ya le dijimos con quién iba a jugar, cuando iba a jugar. Eso es bueno para los jugadores, que ven que hay un plan y tienen tiempo para saberlo”. También se sorprendió por el poco detalle que pusieron los estadounidenses en ver quién empezaba a jugar los hoyos pares y quién los impares. “Un día, en el tee del 1, vi el que empezaba a jugar y le dije a Straka ‘ya tenemos otro punto’”.

Como no puede ser de otra manera, Olazábal y Molinari andan ahora pendientes de la decisión de Donald, que todavía no se ha pronunciado sobre si continuará una Ryder más. “Cabe esa posibilidad. Es una decisión de Luke, no ha dicho sí o no. Su trabajo estos cuatro años ha sido espectacular, extraordinario. Tampoco tenemos muchas opciones en estos momentos, con el tema del LIV y de los europeos que se han ido, estamos escasos de posibles capitanes. No descarto que Luke lo vuelva a hacer. Hablando de los de ahora, pueden ser Justin Rose y Francesco Molinari. Viendo a Justin la manera en la que está jugando y la dedicación en su preparación para seguir al alto nivel, si no pasa raro todavía tiene una o dos Ryder más para jugar”, analizó Chema, cuya misión en Nueva York fue la de estar encima de Jon Rahm. “Luke nos encomendó una serie de jugadores a cada uno, a mí solo me encomendó a Jon, estuve ocupado. Lo primero es darles apoyo, al mismo tiempo ver cómo está jugando, recabar información para pasársela al capitán. Hay que cumplir un servicio como de mayordomo. Si necesita un plátano, pues un plátano. Un batido, pues un batido. Que no les falte de nada”, dijo entre risas.

“Hasta Augusta, Sergio estaba claramente en la Ryder”Maximo Garcia de la Paz

Obviamente, uno de los principales temas que fueron tocados es el del público, que destacó de forma negativa con un comportamiento que dejó mucho que desear. “Sin lugar a dudas se han traspasado límites. Hubo Ryder duras. La del 99 fue la peor, el público la tomó con tres o cuatro jugadores, Sergio y Monty entre ellos, y fue duro. La mujer de Monty se tuvo que ir del campo porque lo que escuchaba no era agradable. En este caso se han superado, digámoslo así. Sabíamos que el público de Nueva York siempre es duro, es el que es, cuando juegan los Yankees y no lo hacen bien, se comen a sus jugadores”, valoró José María. “Esta vez se han sobrepasado límites que no dicen nada bueno sobre el público y sobre la dirección que está tomando el ambiente en la Ryder Cup. Veníamos de años normales, pero este año Nueva York se ha llevado el honor o el título de ser un público fuera de lugar”.

“Luke durante dos años les hizo ver que iba a ser muy duro. Alguno usó cascos para ver cómo iba a ser. Los jugadores llegaron muy bien preparados a soportar cualquier cosa. Hasta el sábado a mediodía no hubo ni una reacción, a la tarde del sábado las cosas se pusieron todavía peor. Yo iba con Rory y Shane, en el 4 ya tenían policías con ellos. Le dije al policía que necesitábamos a 25 de ellos, Rory en el 6 tardó 10 minutos en pegar un putt por lo que le decían. Fue demasiado. El sábado se pasó el límite, y desde ahí fue difícil, pero los jugadores estaban bien preparados”, explicó Molinari antes de que su compañero en la vicecapitanía solicitase medidas para frenar esta tendencia. “Siempre se puede hacer algo. Los dos circuitos y la PGA americana sí que pueden hacer algo. Lo que no puede ser es que se deje estar, hay que encarar la situación, hablar del tema y buscar soluciones. Obviamente, es difícil controlar a una masa de 50.000 personas. Una cosa es apoyar al equipo, que eso está fenomenal, y otra incitar es al público a insultar y hacer que se sientan incómodos, que no se respete el proceso de preparación de un golpe”, añadió Olazábal.

A pesar de la alegría generalizada por la proeza de ganar en Estados Unidos, algo que no se lograba desde 2012, en el equipo europeo son conscientes de que la Ryder de Nueva York deja lecciones, sobre todo en un domingo en el que se rozó el desastre. “De todo se aprende, no solo de las derrotas, también de las victorias. Sí que creo que al domingo hay que llegar fresco, y hubo cuatro jugadores que llegaron justos de energía al domingo. Luke o el siguiente capitán tendrá que sentarse a recapacitar sobre eso. Algunos jugadores, aunque sean tus estrellas, tienen que legar un poco más frescos al domingo. Los dos primeros días son muy intensos, 36 hoyos, pero juegas 16 puntos, el domingo son 12. Aunque hayas hecho los deberes, el domingo pueden pasar muchas cosas”, valoró el ganador de dos Masters de Augusta. “El modo celebración terminó un par de días después. Ya he hablado con Luke de lo que pasó en Bethpage, de lo bueno y lo malo. El domingo hay que mejorarlo. Son detalles que para el próximo capitán, ya sea Luke u otro, le pueden dar ayuda y más información”, se sumó Dodo.

“Que Sergio esté en LIV no facilita que sea capitán”

De ese equipo de 12 jugadores en el que tanto Olazábal como Molinari coincidieron en señalar a Rasmus Hojgaard como el único que jugó por debajo de su nivel esperado, pudo formar parte Sergio García. El italiano, de hecho, fue muy sincero sobre la no inclusión del castellonense en la plantilla. “Jugó muy bien el año pasado, y muy bien este año hasta Augusta. Ahí estaba claramente dentro del equipo. Después no sé bien qué pasó. Hablé con él en Múnich. Tras el Masters jugó mal, torneos sin mejoras… Fue una lástima, un jugador como Sergio, si juega bien y está motivado, puede ser determinante en una Ryder. Esperábamos que iba a estar ahí, pero como jugó tras abril, no hubo otra opción. Fitzpatrick en el Masters estaba muy mal, cambió de entrenador y tras el US Open jugó un golf increíble”, reconoció el de Turín. A raíz de ello, Olazábal habló sobre una posible capitanía de García en la Ryder que se disputará en España en 2031, aunque no lo ve del todo claro. “No facilita las cosas que esté en LIV, eso desde luego. En estos momentos no sabemos cuál será la situación en 2031, quedan años. Pero, ahora, no facilita las cosas. Lo hemos visto con Henrik Stenson, que en cuanto se fue a LIV se quedó sin capitanía. Sería un capitán ideal jugándose en España, pero el hecho de que esté en LIV, ahora ha dejado de ser miembro otra vez del circuito europeo, eso no facilita las cosas. Si no cambian las cosas, va a ser difícil”, reconoció el vasco antes de asegurar que él ya no se ve siendo capitán de nuevo.

“Yo he llorado en la Ryder como en ningún otro torneo. No la ganas tú, para ti, la ganas por un país, por un continente, por la gente que quieres, por tus compañeros. Hay momentos que no tienen precio. La Ryder cup, lo que he vivido ahí, está en lo más alto de mi vida. Cuando te abrazas a Seve, Poulter o quien sea después de ganar una Ryder, miras a alrededor y están todos eufóricos, jugadores, caddies, novias, eso no tiene precio”, explicó emocionado Olazábal sobre un torneo que ha marcado su vida, y en el que considera que Europa tiene un factor clave sobre Estados Unidos. “Allí son muy individualistas. Los golfistas lo somos, estamos acostumbrados a competir individualmente, pero la mentalidad en el PGA Tour es que cada uno hace su trabajo, terminan de jugar y se van a casa, no conviven fuera del campo de golf. Esa cultura nos diferencia a los europeos. En dos años, Luke ha creado espíritu de equipo. Hay que contribuir de la manera que sea, aunque sea con medio punto”, puntualizó el guipuzcoano, que también habló sobre los líderes del Viejo Continente. “Todos miran a Rory como líder del equipo. Jon podría ser el líder, o colíder, pero no le gusta jugar ese papel. Él prefiere centrarse en su tarea, en su juego. Cuando le emparejas con quien sea sí que actúa como líder y saca lo mejor de su compañero. Una cosa es el liderazgo del equipo, luego hay una serie de jugadores que aportan muchísimo al equipo sin ser líderes: en ambiente, sacarnos una sonrisa… eso también es muy importante”.

“Hasta Augusta, Sergio estaba claramente en la Ryder”Maximo Garcia de la Paz

Al hilo de ello, Chema también comentó otro tema que ocupó mucho debate, el de los pagos que comenzaron a recibir los estadounidenses por jugar la última Ryder. “Si tienen necesidad de justificarse, por algo será. Los europeos lo tenemos clarisimo, nadie ha pedido cobrar por jugar la Ryder. formar parte del equipo es un privilegio. ellos sabran lo que hacen. espero que en Europa ese espíritu no cambie. No tengo ninguna necesidad de cobrar por jugar la Ryder. Los 12 jugadores cobran más que de sobra para jugar una semana cada dos años sin cobrar, sin representar a tu país y a tu continente”, dijo José María, que también opinó sobre un asunto que generó mucha controversia: la regla del sobre, por la que Europa sumó medio punto el domingo tras el abandono de Viktor Hovland. “Tiene que existir. Sé que les ha sentado como una patada en las partes nobles, pero no es la primera vez que ha ocurrido. Tiene que estar, en una semana pueden pasar muchas cosas, te puede sentar mal una comida, puedes tener fiebre, una lesión… No es que tengas tres, es que tienes uno, un jugador. Me parece injusto que, en match-play, uno se ponga enfermo y, como no puede jugar, punto para el otro. El espíritu de la Ryder no es ese. A un sustituto no lo puedes tener una semana entera viendo el techo, si te descuidas le da una patada al compañero para jugar”.

Por último, el legendario jugador español fue preguntado por los compatriotas que podrían representar a Europa en el futuro. “Tenemos cierto potencial, algunos están en el LIV. Ayora lo está haciendo muy bien, espero que tengamos a Jon muchos años, a ver si Sergio remonta el vuelo, capacidad tiene. De la gente joven, en estos momentos diría Ayora. Ballester tiene un potencial brutal. Tenemos jóvenes que apuntan maneras, pero para llegar a la Ryder el nivel tiene que ser extraordinario”, se mojó antes de que lo hiciese Molinari. “Hay tres jóvenes que algún año la jugarán casi seguro: Ayora, Puig y Ballester. Son jugadores modernos, le pegan a la bola muy fuerte. Estos tres tienen claramente el potencial, tienen muy buena base para luchar por entrar en la Ryder”, dijo Dodo para rematar una tarde especial y repleta de sabiduría y experiencia en Boadilla del Monte.

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