Tras varias semanas muy irregulares, el Real Madrid al fin volvió a sonreír. Lo hizo a lo grande tras arrasar a un pobre Fenerbahçe (84-58), victoria que le permitió cortar una decepcionante racha de tres derrotas consecutivas en la Euroliga. Los blancos, … observados de cerca por su nuevo compañero, el ucraniano Alex Len, recuperaron para la causa a Campazzo y Tavares, ambos muy incisivos, y vieron cómo la sangre nueva, representada por Maledon y Lyles, mostró carácter y determinación a la hora de golpear al actual campeón. En esta ocasión no hubo desconexiones, solo buen baloncesto de principio a fin.

  • Real Madrid
    Campazzo (11), Abalde (9), Deck (5), Lyles (14), Tavares (13); Kramer (0), Procida (2), Hezonja (5), Maledon (15), Garuba (10), Llull (0), Feliz (0).
  • Fenerbahçe
    Wilbekin (2), Baldwin (14), Biberovic (2), Jantunen (0), Bacot (10); Birsen (0), Melli (3), Horton-Tucker (10), Bitim (5), Hall (4), Colson (7), Birch (1).

Muy poderosa fue la presentación del Madrid, liderado el club blanco por un Campazzo estelar. El argentino anotó dos triples de mucho mérito y, poco después, fue Lyles, el jugador más en forma de la escuadra, el que golpeó desde la larga distancia. El parcial, tras solo tres minutos, era de 12-2 y todo parecía funcionar a la perfección. Los locales defendían con ímpetu, reboteaban sin especular y sus transiciones eran tan letales que al Fenerbahçe solo le quedaba aplaudir el excelso nivel de sus rivales. Las rotaciones turcas no supusieron un cambio sustancial gracias, en parte, al tremendo trabajo de Tavares bajo los tableros, aunque dos triples consecutivos de Horton-Tucker y otro de Colson maquillaron el electrónico antes del segundo cuarto (25-16).

No le sentó bien el paso por los banquillos a los chicos de Scariolo, que se volvieron demasiado individualistas, sobre todo Hezonja. En cambio, Garuba sí estaba imperial en ambos lados de la cancha, muy buenos minutos del internacional español que fueron coronados con un espectacular tapón sobre Wilbekin. Gracias a sus esfuerzos, el Madrid recobró su versión más alegre y, tras un nuevo misil de Campazzo desde la esquina, la ventaja ascendió hasta los 14 puntos. El Fenerbahçe estaba negado de cara a canasta, desperdiciaba incluso tiros desde debajo del aro, mientras los blancos, con una sonrisa en la cara, levantaban con regularidad a las gradas del Movistar Arena (49-22).

Como era lógico, el Madrid soltó el acelerador, el encuentro estaba sellado y el calendario no suele regalar un plácido enfrentamiento como el que propuso el Fenerbahçe. Los turcos, sumisos, acabados pese a que aún ostentan la corona continental, se dedicaron a dar espacio para que los locales se luciesen. Maledon, un artista el francés, no desperdició la ocasión y mostró al público todo su repertorio ofensivo, desde tiros lejanos hasta penetraciones de una coordinación sobrehumana. Jasikevicius, siempre pasional, no tuvo más remedio que bajar la mirada y esperar a la llegada de la bocina final.