La pasión por el toro y la devoción a la Virgen de Argeme se han unido en un proyecto de la diseñadora Emma Prieto que refleja el amor por la tauromaquia y la comunidad. Rafael Cerro, reconocido matador de toros de Saucedilla, ha sido protagonista de una ocasión muy especial: su corrida en la emblemática plaza de Las Ventas, Madrid, este jueves, 31 de julio.
Pero antes de enfrentarse a los toros, Cerro recibió un regalo que lleva consigo un profundo significado: un capote de paseo elaborado con esmero y devoción por Prieto y un artesano de Extremadura.
La iniciativa surgió cuando el cartel anunciando la actuación de Rafael Cerro en Las Ventas llamó la atención de la creadora, quien, junto a su amigo Jesús Naveiro, bordador y artesano, decidió crear un obsequio único para el matador.
«Valentía»
La idea fue inspirada por la labor de Cerro en las fiestas de San Juan de Coria, «donde su valentía y dedicación han salvado a numerosos participantes de posibles embestidas, ganándose el respeto y la admiración de la comunidad», ha explicado Prieto a este periódico.
Imagen del bordado de la Virgen de Argeme. / Cedida
«El diseño del capote es una obra de arte en sí misma«, afirma la diseñadora. La pieza incluye detalles que representan tanto la marca del creador como la de Jesús Naveiro, haciendo un guiño a la cultura y tradición extremeña. En su bordado destacan la tembladera del traje regional, elementos característicos de las chaquetillas taurinas y, en la parte central, la imagen majestuosa de la Virgen de Argeme, patrona de Coria, símbolo de protección y fe.
Seis metros de tejido
El proceso de creación fue minucioso y laborioso. Con más de seis metros de tejido distribuidos en diferentes capas, 120 piedras cosidas a mano, 25 horas de bordado, más de 3.000 metros de hilo y más de 875.000 puntadas, Naveiro y Prieto dedicaron horas de trabajo «con mucho cariño y respeto». «Cada puntada refleja la devoción y el deseo de que Rafael Cerro sienta la protección y el cariño de su tierra en cada pase», señala la diseñadora extremeña.
Rafael Cerro con el capote en Las Ventas / Cedida
Este capote no solo es un objeto de valor artístico, sino también un símbolo de unión entre tradición, fe y pasión por el toro. La comunidad de Coria deseaba que este regalo fuera un amuleto de buena suerte y protección para el matador en Madrid, que saludó la única ovación de la noche, según las críticas taurinas publicadas.
Sin duda, será un recuerdo en la carrera del torero como muestra del amor y respeto que le profesan sus vecinos y amigos.