El futuro de la energía nuclear en España abre un nuevo camino. Y, en esta ocasión, será como el Gobierno quería: con una petición formal de las propietarias de la central nuclear de Almaraz para prolongar su vida útil. De esta forma, Iberdrola, Endesa … y Naturgy empezarán una negociación con el Ejecutivo para que 2027 no sea el último año de la planta.
Así lo han acordado en el seno de CNAT, la agrupación de interés económico que aúna los intereses de las centrales de Almaraz y Trillo, donde se debía tomar en consideración la propuesta de prórroga. Lo que han remitido al Ministerio para la Transición Ecológica es una extensión de la operación de la central hasta junio de 2030.
Esta decisión, curiosamente, irá en paralelo con la tramitación administrativa para el cierre de la planta que está previsto para 2027. Esta gestión recae en manos del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) que, a su vez, será también el encargado de revisar la gestión de prórroga una vez que el Gobierno la remita a este organismo.
En cuanto al formalismo de la situación, desde CNAT quieren «reiterar su compromiso para seguir operando la central nuclear de Almaraz de forma segura, fiable y eficiente, manteniendo los altos estándares que la sitúan entre las mejores centrales del mundo». En el documento no hacen más precisiones sobre cómo se abordarán los siguientes pasos. Por su parte, desde el Ministerio para la Transición Ecológica simplemente comunicaron el acuse de recibo de la notificación sin entrar en más valoraciones. Tan solo indicaron que ahora darán «traslado de la petición al Consejo de Seguridad Nuclear, al objeto de que el Regulador pueda valorar la solicitud y emitir su preceptivo informe».
Hasta la fecha, el gran condicionante habían sido los impuestos. Ahora estar por ver si en la propuesta final, que es la que recibirá el equipo de la ministra Sara Aagesen, la cuestión fiscal ha sido completamente sacada de la agenda de debate.
En todo caso, ahora será el Gobierno el que deba mover ficha. Hasta la fecha siempre se había escudado en dos cosas: la falta de entendimiento de las compañías; sobre todo, de Naturgy con respecto a Iberdrola y Endesa; y en que no se había hecho nada de forma oficial.
Ahora tiene una solicitud de prórroga firmada por las tres empresas propietarias de Almaraz. Además, todo se ha hecho en tiempo y forma. Y es que el debate sobre el futuro nuclear ha ido creciendo en los últimos meses. Además, el apagón de abril fue el detonante final para que las empresas tuvieran mayor fuerza en sus planteamientos.
Por eso, este movimiento es de suma relevancia para saber si el Gobierno finalmente decide cambiar su política energética o, como tiene marcado en su Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (Pniec) el cierre llega a partir de 2027.
Nuclear necesaria
Sobre la necesidad de la energía nuclear en un momento de crisis energética, nadie tiene dudas. De hecho, el propio operador del sistema, Red Eléctrica, pidió hace unas semanas a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) que cambiase algunas operativas porque la infraestructura estaba replicando los problemas previos al apagón de abril.
En conversación con ABC, el socio de Energía de PwC, Óscar Barrero, señala que nunca se podrá saber qué hubiera pasado si toda la nuclear hubiera estado disponible en abril –no estaba por cuestiones técnicas–, «pero al mismo tiempo es igualmente cierto que hubiéramos contado con más margen de maniobra».
Señala el experto energético que «en otras situaciones críticas que se han vivido como la Dana u otros incidentes, la inercia que aporta la nuclear cuando está funcionando ha tenido un papel fundamental. Con lo cual, creo que cualquier decisión que pueda comprometer la garantía de suministro hoy debería de verse con otros con otros ojos. Está claro que cerrar la nuclear impacta negativamente la garantía de suministro».
España y la cuestión nuclear tienen un espejo donde mirarse. Según diversos análisis de mercado, si Alemania hubiese mantenido el parque nuclear, su generación libre de emisiones en 2024 podría haber sido del 94%, desplazando casi por completo la generación fósil. Con un 61% de generación renovable, el nivel de emisiones de Alemania es muy superior al de países con menos generación renovable, pero con parque nuclear, como Francia, Bélgica o España. Si el parque nuclear que estaba en funcionamiento en 2010 no se hubiera cerrado, el precio medio de la electricidad en Alemania sería 18 €/MWh más bajo.
El último en dejar muy clara la necesidad técnica de mantener abierta la central ha sido el CEO de Endesa, que esta semana calificó de «crítico» reconsiderar el cierre. Explicó, además, que «esta central se ha revelado como clave para reforzar la seguridad de suministro en un área geográfica que cuenta con una amplia presencia de renovables».