El salón de actos del Colegio Oficial de Arquitectos de Castilla-La Mancha, acogió ayer un acto para conmemorar el 25º aniversario de las escaleras mecánicas del Paseo de Recaredo.
El encuentro contó con la presencia del presidente del Colegio de Arquitectos de Toledo, Ángel Sánchez, así como del concejal de Urbanismo, Florentino Delgado y los arquitectos que diseñaron el proyecto, José Antonio Martínez Lapeña y Elías Torres.
Ángel Sánchez abrió el acto recordando que esta conmemoración ponía «el broche de oro» al Mes de la Arquitectura, tras un programa de diversas actividades que ha llenado octubre de charlas, visitas y encuentros. «Ha sido un mes largo, pero muy satisfactorio. Y qué mejor forma de cerrarlo que recordando una obra tan significativa y querida para los toledanos».
Durante su intervención, José Antonio Martínez Lapeña destacó que el remonte de Recaredo «es un ejemplo extraordinario de diálogo entre la arquitectura contemporánea y el patrimonio», una obra que los toledanos han incorporado «a su paisaje cotidiano como algo imprescindible».
El arquitecto recordó cómo el encargo del proyecto surgió hace un cuarto de siglo, cuando el Ayuntamiento buscaba una solución que facilitara el acceso al casco histórico sin alterar la muralla. «Al principio se pensó en un túnel con ascensores, pero presentaba problemas de seguridad. De esa necesidad surgieron las escaleras mecánicas», explicó.
Martínez Lapeña detalló que la idea de trazarlas con forma quebrada, en lugar de una línea recta, era la mejor opción. «Una línea recta habría sido más económica, pero podía causar vértigo. Así, el recorrido se fragmentó en tramos, formando una cicatriz que se integra en la ladera».
Por su parte, Elías Torres subrayó la dificultad técnica y simbólica de insertar una infraestructura moderna en un entorno histórico como el de Toledo. «No se podía tocar la muralla, pero había que atravesarla. Logramos hacerlo creando luz y espacio sin dañar el patrimonio», explicó.
Torres también recordó algunos detalles constructivos que, con el tiempo, se han convertido en parte del encanto del remonte: «El color del hormigón se tiñó con pigmentos ocres para que se fundiera con la tierra y el paisaje, como el mazapán de Toledo».
El arquitecto reconoció que «quizá hoy sería más difícil hacer una intervención así», pero valoró de igual manera la confianza y colaboración mostrada aquellos años. «Muchas cosas fueron casualidades: El recorrido, las vistas, incluso el jardín que acompaña la subida. Todo eso se fue sumando con naturalidad», .
El remonte mecánico del Paseo de Recaredo, inaugurado en el 2000, ha transformado la manera en que los toledanos y los turistas acceden al casco histórico, convirtiéndose en una pieza importante de la movilidad y en un ejemplo de cómo la arquitectura puede mejorar la vida urbana sin renunciar al respeto por el entorno.
Unos arquitectos reconocidos mundialmente. José Antonio Martínez Lapeña, Tarragona (1941), y y Elías Torres, Ibiza (1944), se asociaron profesionalmente 1968 y han llevado a cabo proyectos tanto públicos como privados, muchos de ellos merecedores de diversos premios, como la restauración del Park Güell en Barcelona (1993), los Jardines de Vil·la Cecília en Barcelona (1986, Premio FAD de Arquitectura) o el Museo de Arte de Kumamoto en Japón (1992), entre otros.