El Gobierno de Javier Milei ha sido acusado de forma constante y recurrente de estar ‘vendiendo’ Argentina a los extranjeros y de incrementar la deuda con instituciones y organismos de fuera a través de préstamos (con la banca) o acuerdos de swaps (con el Tesoro de EEUU o China). Titulares como ‘JP Morgan amplía sus dominios y avanza una nueva estafa de deuda en Argentina’ han corrido por las redes y los medios del país en las últimas semanas. Sin embargo, la jugada de Milei parece impecable y prácticamente sin fisuras. Argentina no está incrementado su deuda (no es la primera vez que hace esta jugada). El Gobierno no usará esos fondos (el préstamo de JP Morgan) para incrementar el gasto corriente, ni para construir carreteras… ese dinero se usará para recomprar buena parte de la deuda emitida en moneda extranjera que cotiza en los mercados secundarios con descuento (se puede recomprar por menos de lo que se emitió y rebajar, de este modo, la deuda total del país de una forma más consistente que incluso repagando esos bonos a vencimiento). La explicación de esta jugada maestra que está ayudando a reducir el riesgo país parece una operación ‘win-win’ para Argentina.

Pablo Quirno, secretario de Finanzas de Argentina, explicaba tras alcanzar los acuerdos para el préstamo en dólares que «esta es una operación de recompra de deuda soberana destinada a reducir el coste de financiación del país y fortalecer la inversión en educación… Esta operación, comúnmente llamada ‘Deuda por Educación’, consiste en recomprar deuda soberana argentina en el mercado y reemplazarla por financiamiento a tasas más bajas gracias al apoyo de agencias y organismos multilaterales. Para su estructuración, se ha designado a JP Morgan como el banco que nos asistirá en este proceso», detalló el secretario de Finanzas. Sin embargo, el impacto de esta estrategia puede ser incluso mayor.

¿Cómo se reduce deuda pidiendo prestado?

El Gobierno de Argentina ha llegado a un acuerdo (con JP Morgan como actor principal) para lograr un préstamo por unos 20.000 millones de dólares, poco después de haber acordado con el Tesoro de EEUU un swap (un intercambio) de pesos por dólares en una cuantía similar. Con esta operación se recomprará deuda argentina en el mercado secundario, aprovechando los fuertes descuentos (se va a recomprar el bono por menos de lo que se emitió) a los que cotizan los bonos soberanos, y con ello reducir el pasivo total del Estado de una forma cuantiosa.

El economista Juan Ramón Rallo recuerda que no se puede «confundir refinanciación con nuevo endeudamiento es un error que no debería cometerse». Lo que prepara el Ejecutivo, subraya, ni siquiera es un simple canje de deuda, sino «una operación que reduciría de una manera muy importante el endeudamiento público total de Argentina». El mecanismo es relativamente sencillo de entender si se traslada al terreno doméstico. Como apunta Rallo, pedir un crédito hipotecario a un banco en mejores condiciones para cancelar otro préstamo anterior no implica mayor deuda neta, sino un cambio en las condiciones financieras. En este caso, el Gobierno argentino utilizaría los dólares prestados por la banca norteamericana para recomprar sus propios bonos, que hoy cotizan (en el mercado secundario) a un precio que está muy por debajo al de emisión.

Un ejemplo para comprender la jugada

Un ejemplo sencillo y ficticio, pero que se asemeja bastante a la realidad. Argentina emite un bono con un valor nominal de 100 dólares. Tras emitirlo, los inversores empiezan a desconfiar de la capacidad del país para afrontar el vencimiento, ya sea por un empeoramiento de la economía y las finanzas, por el riesgo de que vuelve al peronismo al poder… y ese bono empieza a intercambiarse en el mercado secundario a 60 dólares. Aunque el precio se desploma, el Tesoro de Argentina a vencimiento tiene que seguir pagando 100 (en caso de que no caiga en default). ¿Qué pasa si en lugar de esperar al vencimiento, el Tesoro argentino recompra esos bonos? Pues que se ahorra un buen dinero, pero esto no puede suceder porque cuando un bono soberano cae tanto de precio es porque el Gobierno que lo ha emitido tiene serios problemas de liquidez. Sin embargo, el Gobierno de Milei ha encontrado quien le preste dinero y a unas condiciones ventajosas.

La lógica es evidente: si el Estado argentino recompra en el mercado títulos por 60 dólares que equivalen a un compromiso futuro de 100, está reduciendo su deuda neta en 40. «Con esta operación, el endeudamiento público de Argentina se reduciría en términos netos», afirma Rallo. El tamaño de la oportunidad es enorme. En la actualidad, los bonos argentinos en circulación suman unos 92.000 millones de dólares de valor nominal, pero su precio en el mercado no supera los 57.000 millones. En teoría, con esa cifra el Gobierno podría cancelar una gran cantidad de pasivos logrando una ‘quita’ sin incurrir en ningún tipo de default o negociación con acreedores que más tarde genere problemas para encontrar nueva financiación. Aunque los anuncios de recompra encarecen el precio de los bonos, el margen de mejora para el balance argentino es sustancial.

Además, la jugada tiene un efecto colateral: si los precios de los bonos suben (como está sucediendo), la prima de riesgo argentina se reduce de forma automática, porque el tipo de interés implícito de esos títulos baja. «Si el riesgo país se redujera mucho, entonces el gobierno de Javier Milei podría refinanciar los vencimientos de su deuda pública a tipos de interés mucho más bajos», sostiene Rallo.

La operación, por tanto, se presenta como un movimiento de equilibrio: si los bonos siguen baratos, se recompran con el crédito de la banca; si suben de precio, Argentina se beneficia de un desplome de su riesgo país que le permitiría refinanciarse en condiciones mucho más benignas. «En cualquier caso, que la banca estadounidense esté dispuesta a darte un préstamo finalista, no para financiar tu déficit público, sino para recomprar la deuda pública ya emitida, es una buena noticia para las finanzas públicas argentinas», concluye el economista.

Habrá quién se pregunte que qué pasa con el dinero prestado por JP Morgan. Lo cierto es que Argentina tendrá que devolverlo, pero las condiciones de este préstamo son, en todo, caso mucho más ventajosas que las condiciones de mercado a las que se estaba enfrentando Argentina hace unas semanas, en las que los bonos tenían que ofrecer tipos de interés superiores al 15% para atraer a los inversores.

Para el Ejecutivo libertario, la estrategia persigue tres objetivos de fondo: mantener el superávit presupuestario, alargar los plazos de vencimiento de la deuda y reducir el coste de los intereses. Se trata, en definitiva, de ganar tiempo para pagar y recuperar credibilidad en los mercados internacionales.

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