El estreno copero del Alavés sirvió varias historias humanas. Como la de la familia de Carlos Ballestero. El futbolista del filial albiazul debutó este jueves … con el primer equipo, además lo hizo como titular. Un momento «único» que en su casa nadie se quiso perder. Después de comer cogieron el coche y devoraron los 290 kilómetros de carretera que separan Oviedo de Getxo. «Estamos ilusionadísimos. Esto no se olvida. ¡Que va a jugar!», celebraron sus padres, Manuel y Emma. En pocas palabras, por los nervios, lo resumieron todo. Daba igual, sus caras ya hablaban por ellos.

Apenas acababan de abrir las puertas del campo de Gobela y ya entraron para coger asiento. Querían estar lo más cerca posible para grabar en la memoria este momento. Su hermano, móvil en mano, capturó cada segundo para el recuerdo, incluida la asistencia del 0-1. «Mira, mañana –por hoy– tengo examen a las 9.00 horas y me da igual ir con sueño, esto no me lo quería perder, confesó Manuel, luciendo la camiseta del ’30’.

Él fue el culpable de que Carlos comenzase a dar patadas al balón. «Cuando él tenía siete años empezamos a jugar». No tardó en demostrar su destreza. Aunque lo cierto es que siempre mostró una habilidad para destacar en cada terreno. «Le intentamos engañar para que se decantase por el atletismo. Despuntaba mucho. Ganó 17 campeonatos de Asturias, relevos… Era una bala», recordaron. Unas cualidades que ahora explota como lateral albiazul, equipo al que llegó este verano y en el que no ha tardado en destacar.

Foto de familia

Lleva tiempo en dinámica del primer equipo trabajando a las órdenes de Coudet. «Los canteranos han tenido participado porque se lo ganaron», explicó el entrenador argentino. Porque responden a su idea de juego. «Quedó a la vista que saben lo que tienen que hacer», añadió. Uno de esos cometidos era centrar balones al área, alimentar a las ‘presas’ albiazules. «El míster me pide que saque centros. Ha salido muy bien, Mariano ha entrado como un avión», apuntó Ballestero, asistente en el primer gol de la tarde.

Un debut soñado. «Me he encontrado muy cómodo jugando. El objetivo era aprovechar la oportunidad y lo he hecho. Es una plantilla de muchísimo nivel», comentó el protagonista del partido, que mantiene el pie en el acelerador y promete ir a por más. Siempre de la mano de su familia, esos que le esperaron en los exteriores del campo para fundirse en el abrazo más especial antes de emprender el viaje de vuelta. Las ojeras desaparecerán para no el recuerdo de este soñado día.