En este 1 de noviembre, Día de Todos los Santos, los extremeños visitan los cementerios de la región para honrar a sus familiares fallecidos … y algunos lo hacen rodeados de esculturas funerarias. Arte eternos en los camposantos de las región, un ámbito que el profesor de Historia del Arte de la UEx Moisés Bazán de Huerta ha recogido en un artículo científico para mostrar ocho ejemplos firmados por importantes autores del siglo XX.

El artículo, publicado en la revista ‘Arte, Individuo y Sociedad’ que edita la Universidad Complutense, recoge obras de artistas como José Frápolli, Eulogio Blasco, Juan de Ávalos, Gabino Amaya o Enrique Pérez Comendador. «Contamos con ejemplos de una calidad más que notable, equiparable a otras zonas del panorama nacional, aunque no sean demasiados», indica Bazán de Huerta, que es nieto del escultor Moisés de Huerta y se ha movido desde sus inicios en el ámbito de la escultura contemporánea.

El investigador distingue creaciones de artistas como Eulogio Blasco, Juan de Ávalos, Gabino Amaya o Pérez Comendador

En Extremadura, para expresar el estatus o la distinción, las familias tendían a construir panteones

Ahora recupera un género poco estudiado y plasma un recorrido por esculturas funerarias en Extremadura, donde para expresar el estatus o la distinción se tendía a la construcción de panteones más que a la escultura individualizada. «Si no hay demasiada en la zona es también porque la sociedad no posee el grado de desarrollo de otras regiones, ni cuenta con una clase burguesa especialmente solvente», añade el profesor de la UEx.

Indica que los sepulcros más destacados se ubican en las ciudades con más habitantes y riqueza, aunque algunos de los principales ejemplos están ligados a tumbas de escultores o su propia familia, independientemente del nivel de la localidad.

Badajoz

En Badajoz, en el cementerio de San Juan, conocido como viejo, destacan sepulcros firmados por talleres portugueses asentados en Lisboa o Badajoz por su condición fronteriza, pero Bazán de Huerta resalta el papel del escultor Antonio Zoido, responsable de un amplio número de obras, y de José Frápolli, nacido en Suiza pero vinculado a las canteras de Carrara, en Italia, con una empresa de mármoles que en España tenía sucursales en Sevilla, Málaga y Bilbao.

Trabajó sobre todo para Andalucía, con varias obras en cementerios malagueños y la que creó en Extremadura fue para el mausoleo de Reinerio Marcos, fallecido a los 21 años tras ingresar en la Escuela de Ingeniería de Minas. En ella se observa el retrato del difunto con un ángel guardián de resonancias italianas.

Mausoleo de Reinerio Marcos en Badajoz, fallecido a los 21 años.

Mausoleo de Reinerio Marcos en Badajoz, fallecido a los 21 años.

M. B.

La obra fue encargada por su madre, en mármol de Carrara, se culminó en 1885 y fue posible por la posición económica de la familia, ligada a la banca. «Pidió que la escultura fuera especialmente alta para poder verla desde la calle san Juan, donde al parecer residía. El mausoleo luce hoy en buen estado, gracias a la restauración y limpieza asumida por el ayuntamiento en 2008», apunta el profesor de la UEx.

Cáceres

En Cáceres, junto a una de las entradas principales del cementerio, destaca el panteón de la familia Berjano, de la que forma parte Daniel Berjano Escobar (Oviedo, 1853-San Sebastián, 1938), que ejerció como historiador, arqueólogo, escritor, periodista y académico; o Víctor Berjano Gómez, que fue nombrado en 1930 presidente de la Diputación cacereña, aunque dimitió al llegar la República.

Panteón de la familia Berjano, en Cáceres.

Panteón de la familia Berjano, en Cáceres.

M. B.

La escultura de esta familia es una hermética y potente estructura troncopiramidal creada por el autor catalán Josep Llimona, con una amplia producción funeraria en Cataluña, según apunta Bazán de Huerta antes de añadir que la creada en Cáceres «es una singular excepción en su trayectoria, por localizarse en una zona geográfica muy alejada de la habitual».

Lápida del nicho familiar del artista Eulogio Blasco.

Lápida del nicho familiar del artista Eulogio Blasco.

M. B.

También en ese camposanto el profesor de Arte alude a la lápida para el nicho familiar del artista Eulogio Blasco. Se trata de «una tumba a nivel del suelo que ocupa dos alturas y ostenta en su frente una placa en bajorrelieve alusiva a las familias López y Blasco, alterando el orden de los apellidos». En ella alberga en la parte superior una cruz, flanqueada por motivos simétricos ornamentales, y muestra a María Magdalena arrodillada y con las manos unidas ante el pecho tras velar el sepulcro y recibiendo la bendición de Cristo.

Mérida

El investigador destaca en Mérida al escultor Juan de Ávalos, que recupera uno de los modelos para La Piedad del Valle de los Caídos, ahora llamado Cuelgamuros, para ser instalada en la tumba familiar. Labrada en piedra en torno a 1953, se ubica en la parte antigua del camposanto.

Modelo de La Piedad en Mérida.

Modelo de La Piedad en Mérida.

M. B.

También cita otro diseño de Ávalos en el cementerio emeritense, en la tumba de Pirrongelli-Crollo, donde «se alza una reproducción dorada de la Virgen de la Soledad tallada por el artista en 1975 para un paso de la Semana Santa malagueña».

Imagen realizada por Juan de Ávalos, en Mérida.

Imagen realizada por Juan de Ávalos, en Mérida.

M. B.

Azuaga y Granja de Torrehermosa

En Azuaga, el escultor Gabino Amaya realizó una escultura para la capilla-panteón de Hilario Molina y la familia Spínola. «El conjunto incluye dos orantes en bronce y la pared del fondo muestra cuatro querubines labrados en mármol blanco, que en realidad son retratos de los hijos del matrimonio», indica el profesor de Arte en su artículo.

Escultura hecha por Gabino Amaya en Azuaga.

Escultura hecha por Gabino Amaya en Azuaga.

M. B.

Además, Gabino Amaya también dejó su huella en el cementerio de Granja de Torrehermosa, donde la imagen de un cristo yacente fue realizada en 1958 para la familia de Emilia Gala Llera, esposa de Gabino Amaya.

Imagen de cristo yacente en Granja de Torrehermosa.

Imagen de cristo yacente en Granja de Torrehermosa.

M. B.

Hervás

Por último, el profesor Bazán de Huerta concluye el recorrido con la tumba personal de Enrique Pérez Comendador, en la localidad de Hervás, que muestra un grupo en bronce con el Santo Entierro. «El modelo en realidad procede de un paso procesional con más figuras en madera policromada para una cofradía de Santander», apunta el profesor de Arte, quien indica que continuará con la investigación de las esculturas funerarias. «De hecho, he estudiado ya una variante, próxima a publicarse, centrada en la iconografía de los ángeles», concluye.