Álex Abrines volverá por unas horas al Palau el próximo viernes, coincidiendo con uno de los platos fuertes de la temporada con la visita del Real Madrid de Sergio Scariolo, correspondiente a la novena jornada de la Euroliga.
Un día siempre especial con la visita del conjunto blanco y todavía más con el merecido homenaje al que fue capitán del Barça, que decidió a final de la temporada pasada retirarse definitivamente a pesar de tener un año más de contrato y que ahora tendrá la oportunidad de despedirse de la afición culé.
Será el momento para que el Palau reconozca al jugador mallorquín sus 10 años al servicio del club blaugrana donde llegó joven, procedente del Unicaja, para después dar el salto a la NBA y regresar de nuevo al Barça para cerrar una década vistiendo la camiseta azulgrana, sin duda una larga y fructífera trayectoria que merece el reconocimiento al escolta.

Abrines se podrá despedir del Palau y agradecer el apoyo que siempre recibió de la afición culé / Valentí Enrich / SPO
Punto y final a su carrera el pasado verano
Abrines decidió el verano pasado que era el momento de poner punto y final a su carrera deportiva después de un año difícil, con problemas físicos, y también para el equipo, y el alero de 32 años decidió que era el momento de poner punto y final a una larga y exitosa carrera con claro corazón blaugrana.
El mallorquín cerró su etapa deportiva y decidió dar un nuevo enfoque a su vida, especialmente centrado en disfrutar de su familia, ver crecer a sus hijos y regresar a Mallorca, su tierra natal. Por unas horas volverá a sentirse blaugrana con el cariño que le otorgará un Palau a reventar con la visita del Madrid.

El mallorquín siempre fue un ejemplo de trabajo y liderazgo en el grupo / Víctor SALGADO / FC BARCELONA / SPO
Abrines, de 32 años, sorprendió por su decisión aunque ya llevaba un tiempo meditando al respecto, aunque se dio unas semanas de tiempo para acabar de tomar la decisión definitiva. Ya renunció a participar en el último Eurobasket donde Sergio Scariolo contaba con su presencia, y semanas después anunciaba oficialmente que dejaba el basket profesional y renunciaba a su último año de contrato. Su cuerpo y mente dijo basta.
Nueva vida en Mallorca
Ahora, acude como un padre más a buscar a sus hijos a la escuela, disfruta del tiempo en casa y empieza a asomar una nueva pasión deportiva, el golf, en el que empieza a dar sus primeros pinitos acompañado del jugador del Mallorca, Sergi Darder.
Una nueva vida donde el basket ha dejado de ser el motor de su vida, aunque seguro que sigue de reojo toda la actualidad blaugrana, porque el corazón sigue tirando hacia el club y el deporte que le dio la fama y la felicidad en la mayor parte de su carrera.

Abrines siempre contó con el apoyo del Palau y gran motivador de la afición y el equipo blaugrana / Valentí Enrich / SPO
Abrines recaló en el Barça en julio de 2012 en un traspaso que envió a Fran Vázquez al Unicaja de Málaga. Su llegada causó impacto en el equipo, siendo nombrado el Mejor Jugador Joven de la Euroliga. Jugó cuatro años de blaugrana (2012-2016) ganando una Liga, una Copa y una Supercopa.
A la NBA, y vuelta a casa
La NBA se fijó en él, y en 2016 ficha por los Oklahoma City Thunder, logrando buenos números en 15 minutos de juego. Aunque su momento estelar llegó en noviembre de 2018 cuando en un duelo ante Atlanta Hawks, lograba su record de triples en la NBA, anotando siete y 21 puntos.
Su carrera en la Liga estadounidense llegó a su final en febrero de 2019 después de ser ‘cortado’ al sufrir problemas de salud mental. Aunque Abrines recobraba las ganas de volver a competir y regresaba al Barça en julio de 2019 donde jugó hasta el pasado verano.
Durante esa etapa sumaba dos Ligas más y su único lunar fue no poder levantar una Euroliga con la camiseta blaugrana. Una carrera culé que merece todo el reconocimiento que seguro le dará la culé en un día que no olvidará, aunque ya sea vestido de calle, como decidió que fuera el pasado verano.