Boris Becker fue una leyenda del tenis. Un talento prematuro que destacó con tan solo 17 años, levantando el título de Wimbledon y lanzando un mensaje al mundo del tenis. Había aparecido en el circuito para hacer historia. Y la hizo: seis títulos de Grand Slam y un talento que desbordaba personalidad y carisma. El alemán no dejaba a nadie indiferente y así siguió tras su retirada.

Nunca quiso desvincularse del tenis. El deporte de raqueta había sido su vida y seguiría siéndolo hasta el final de sus días. Por eso se hizo entrenador, y no de cualquiera. Junto a Novak Djokovic lograron grandes éxitos, en uno de los períodos más exitosos de la carrera del serbio. Se juntaron dos tenistas legendarios para seguir haciendo historia en el circuito. Hasta que en el año 2016 separaron sus caminos.

Su conocimiento sobre el tenis le valió para que su voz la escucharan miles de hogares en todo el mundo. En televisión, también aportó su grano de arena para compartir su pasión por un deporte que estaba al alza. El ‘Big Three’ al completo estaba a punto de despedirse a raíz de Roger Federer, pero los espíritus de Nadal y Djokovic seguían muy vivos. Aunque todo se torció en el año 2022.

En abril de ese mismo año, Boris Becker fue condenado a dos años y medio de prisión. Culpable de cuatro cargos al no declarar correctamente parte de su patrimonio en su procedimiento de quiebra. «Claro que era culpable«, confesó años después. «El jurado ni siquiera sabía quién estaba sentado frente a ellos. La mitad tenían menos de 30 años«. Estuvo un total de ocho meses en la prisión de Wandsworth, el peor centro penitenciario de Inglaterra.

Allí vivió un tormento. «Un preso quería matarme y otro me amenazó con violarme. Me explicó verbalmente todo lo que iba a hacerme«, confesó. Sin embargo, el tenis, una vez más, le volvió a salvar. Wimbledon volvía a ser el escenario mundial y los reclusos se reunían en el gimnasio para ver los partidos que proyectaban en la televisión. Todos se acercaban a Becker, preguntándole quién iba a ser el campeón del torneo masculino.

«Los europeos del este apoyaban a Novak a muerte y había mucho cariño hacia Rafa Nadal, porque es Rafa Nadal», aseguraba. También desveló lo importante que fue para él ver a su familia desde la televisión. Novak Djokovic les regalaba entradas tanto a su mujer como a sus hijos para que fueran a ver los partidos. Gracias a eso, tenía la oportunidad de ver cómo estaban si la cámara les enfocaba.

«Recuerdo ver a Rafa luchar a brazo partido contra Taylor Fritz, superando lesiones, dolor y todo tipo de dudas para acabar ganando en la quinta manga. En un tie-break digno de campeón. Detecté el momento en que Fritz empezaba a agobiarse. Le veía nervioso y asustado. Todos esos pensamientos eran una vía de escape para esas horas«, describía en ‘Inside’.

Rafa Nadal, el mejor tenista de la historia al conseguir su 21 Grand Slam.

Rafa Nadal / /

También explicó cómo vivió la final de Wimbledon entre Novak Djokovic y Nick Kyrgios. «Todos estaban viendo el partido. Todos iban con Novak. Todos iban conmigo. Cuando ganó, levanté los brazos, y cuando lo hice, el ruido a lo largo de la galería estalló de nuevo, más fuerte que nunca. Los golpes se prolongaron diez minutos. En las paredes, en las puertas. Me quedé allí plantado y lloré. Todo afloraba: la tensión, las dudas, el estrés, la esperanza. El amor que sentía por Lilian y mis hijos, el amor que sentía por Novak (..). Mi vida estaba entre rejas. Pero también estaba volando. Estaba volando«.

Tras cumplir una tercera parte de su condena, Boris Becker salió de la cárcel ocho meses después. Deportado por Reino Unido, volvió a su Alemania natal para empezar una nueva vida. «Por primera vez puedo pensar en qué quiero hacer el resto de mi vida, dónde vivir, dónde quiero envejecer», comentó al abandonar Inglaterra. Tres años después, ha estrenado un libro y sigue disfrutando del tenis. Ahora desde casa.