Ángel Hidalgo, un fotógrafo de Alcaudete (Jaén) de 29 años, logró la imagen del año en España. Esto se puede decir sin ánimo a equivocarse porque la repercusión mundial que ha tenido así lo confirma. Este joven iba a primera hora de la mañana del día 22 de octubre por uno de los montes próximos a Jaén cuando ante sus ojos se encontró a unos 150 metros con un lince con todo el pelaje blanco

Pudo disfrutar de él alrededor de un minuto, tal y como captó en un vídeo en el que se ve al animal mirando primero a la cámara fijamente y después al suelo. Tras esos segundos desapareció, casi como si fuera una escena mística más propia de una leyenda procedente del pasado que de la vida real. 

Sin embargo, el animal es de carne y hueso. Se trata de una hembra que nació en 2021 y que fue bautizada con el nombre de Satureja. «El fantasma blanco del bosque mediterráneo», lo definió Hidalgo en la publicación de Instagram (@angeliyo_o) en la que informaba a sus seguidores de su hallazgo.

«Siempre se le ha llamado así al ser un felino tan esquivo y difícil de observar en los bosques mediterráneos, así que cuando lo vi me vino de inmediato a la cabeza ese nombre«, explica a El HuffPost este encargado de una planta de yeso laminado, que desde pequeño ha sido aficionado a la naturaleza y a la fotografía en el monte. 

Desde un primer momento se pensó que se trataba de un ejemplar de lince ibérico leucístico, probablemente el único en todo el mundo. Esta particularidad genética se debe a un gen recesivo, que acaba dando un color blanco al pelaje y que es diferente al albinismo, ya que no afecta al color de los ojos. La realidad, en cambio, y según han confirmado desde el Plan de Recuperación del Lince Ibérico en Andalucía, es que se trataría de un animal que ha cambiado la pigmentación de su pelo por factores externos como el estrés, pero que puede volver a su color natural.

«No es albinismo ni leucismo, y estamos investigando qué es lo que ha podido ocurrir y pensamos que podría estar relacionado con la exposición a algo ambiental», ha contado su director, Javier Salcedo.

Hidalgo añade que le han confirmado que hubo otro caso similar en Córdoba y que seguramente este felino pueda estar emparentado con ese caso: «En aquella ocasión volvió a su pelo original, por eso es una imagen exclusiva porque si vuelve desaparecería el lince blanco».

Fuentes de la Consejería también han indicado a la Agencia EFE que es un ejemplar que se está investigando para conocer las causas de su cambio de pigmentación. «Las causas no están claras, si es genética o por algún otro motivo. Hasta que no se analicen las muestras que puedan extraer del ejemplar no sabremos el motivo», han apuntado. 

Un encuentro que se empezó a fraguar hace un mes

Todo comenzó hace aproximadamente un mes, cuando Hidalgo instaló en una nueva zona de monte de Jaén -no la quiere especificar por motivos de seguridad- cámaras de fototrampeo. Lo hizo, como hace habitualmente, para conocer la fauna y los animales que hay antes de lanzarse a hacer fotos. En una de esas revisiones que hizo a principios de octubre fue cuando se llevó esta grata sorpresa. 

«En una de esas revisiones encontré una especie de animal, que era como un lince o un perro blanco, y no le di mucha importancia porque me imaginaba que sería un perro. Después al llegar a casa y ver las imágenes en tamaño grande en el ordenador ya vi que era un lince. Me quedé impresionado y no me lo podía ni creer», confiesa. 

Desde ese instante lo quiso ver con sus propios ojos y fue todos los días en su tiempo libre a ver si se topaba con él. Le costó unas tres semanas lograrlo: «Iba todos los días una media de cinco, seis o hasta siete horas diarias. Todo el tiempo que me permitía mi trabajo lo dedicaba a la búsqueda de este lince blanco».

Fue ese miércoles 22 cuando tras una fría y lluviosa noche Hidalgo se animó a ir al monte y se lo encontró: «Ese día salí muy temprano a pesar de que había hecho una noche malísima. Cuando hace este tiempo me gusta más porque los animales están más tranquilos porque saben que la gente no va a ir al monte, salvo excepciones. Entonces dio la casualidad de que me lo encontré a lo lejos, a unos 150 metros».

Ángel Hidalgo, el autor de la fotografía del lince ibérico blanco.Imagen cedida por Ángel Hidalgo

«Saqué la cámara y estaba nervioso, temblando porque al verlo me quedé en shock, casi paralizado. Cuando volví a mirar tras unos segundos ya había desaparecido. En el vídeo que hice se ve que sale movido porque lo tomé a pulso, sin trípode y estando muy nervioso. Tomé varias fotografías y revisé todo y cuando volví a mirar ya había desaparecido», añade. 

Según explica se debe a que si el lince ya de por si es un animal esquivo y complicado de ver, este al tener el pelo blanco lo es todavía más. «Sabe que es más vulnerable, le cuesta más cazar y por eso es mucho más nocturno«, justifica este fotógrafo, que se puso al momento en contacto con las autoridades y organizaciones de protección del lince. 

En estos diez días desde que hizo esa foto Hidalgo ha vuelto a tener un segundo encuentro con el animal en el que ha podido verlo más calmado y sacar nuevo material que aún no ha visto la luz.

«Estoy teniendo cuidado para que no me siga nadie»

La foto que publicó en sus redes sociales ha tenido un alcance mundial. Le han escrito desde países tan diferentes como China, Colombia, Reino Unido, Brasil o Estados Unidos. También desde aquí de España y desde su entorno hasta el punto de que, se ríe, «la batería del móvil no aguanta el ritmo». 

Esa presión y esa fama que ha logrado le ha obligado a controlar sus movimientos a la hora de volver a ir al monte en busca del lince por motivos de seguridad. «Estoy teniendo mucho cuidado para que no me siga nadie, por el bienestar del animal y de los especialistas que lo están estudiando», asegura.

Por ello, no ha querido decirlo y lo ha mantenido en total secreto: «Me piden que los lleven a esa zona para verlo, pero no lo hago. Ni por dinero ni nada. Yo lo que hago es por el bien de la especie y porque me gusta mucho la naturaleza y el lince ibérico, no por dinero y no voy a llevar a nadie ni lo voy a decir».

De hecho, hasta ya avanza que va a dejar de visitar la zona y va a dejar tranquilo al animal porque «puede ser peligroso, ya que además de fotógrafos y curiosos pueden ir cazadores furtivos, solo hace falta recordar que el lince ibérico estuvo en peligro de extinción hasta hace muy poco».

Aunque no lo vuelva a ver más, Ángel Hidalgo se ha convertido en la primera persona en fotografiar un lince ibérico blanco.

Ángel Hidalgo, tomando una foto en la naturaleza.Imagen cedida por Ángel Hidalgo