Después de cuatro décadas en la élite gastronómica, el chef suizo Rico Zandonella ha perdido su estrella Michelin. La noticia, conocida durante la gala de la prestigiosa guía celebrada en la Escuela de Hostelería de Lausana, ha sido un golpe inesperado para el cocinero de 64 años, una figura icónica de la alta cocina zuriquesa y antiguo chef de cabecera de Tina Turner.

Mientras nuevos nombres como Valentin Sträuli (Igniv by Andreas Caminada, Andermatt) y Reto Brändli (Ecco, Ascona) lograban incluso estrenar dos estrellas de golpe, Zandonella quedaba fuera por primera vez en cuarenta años. Su restaurante, Rico’s, antes conocido como Kunststuben, había sido durante décadas una referencia indiscutible en la escena gastronómica suiza.

“Estoy devastado. No tengo explicación”, confesó el chef a la revista Gault Millau. La decepción fue aún mayor al enterarse de la noticia sin una llamada previa. “El año pasado me dijeron que querían hacer espacio para la nueva generación. No pensé que sería tan pronto”, lamentó.

Aun así, el veterano cocinero no muestra señales de rendirse. La propia Gault Millau le otorgó recientemente 18 puntos y elogió su «afán de perfección» y su energía intacta tras décadas al frente de los fogones. «Sigo trabajando duro y, de hecho, siento que cocino cada vez mejor», asegura Zandonella, convencido de que su arte no ha perdido fuerza.

La decisión de Michelin reabre el debate sobre la renovación generacional en la alta cocina suiza, donde jóvenes talentos ganan protagonismo mientras veteranos consagrados luchan por mantenerse en la cima.

Lejos de retirarse, Zandonella planea aprovechar el momento para reinventarse. «La tendencia se aleja de los menús largos», explica. Su intención ahora es renovar la carta de Rico’s, apostar por propuestas más flexibles y explorar nuevas fórmulas.

Con la serenidad de quien lleva toda una vida entre platos, el chef zuriqués acepta el golpe con elegancia. «Perder una estrella duele», admite, “pero lo importante es seguir disfrutando del oficio. La pasión por cocinar sigue intacta”.