Domingo, 2 de noviembre 2025, 01:19
Más del 99% de las personas que han sufrido un ataque cardíaco, un derrame cerebral o una insuficiencia cardíaca tenían un factor de riesgo. Con este llamativo titular, el doctor Philip Greenland, en colaboración con la Northwestern Medicine y la Universidad de Yonsei, ha dado a conocer los resultados de su estudio a gran escala. En dicha investigación se han analizado durante una década a nueve millones de adultos en Corea del Sur y 7.000 personas en Estados Unidos.
Los cuatro factores de riesgo que poseen el 99% de las personas con afecciones cardíacas
Los cuatro factores en cuestión ya son de sobra conocidos por la comunidad científica y por la población: presión arterial alta, colesterol, glucosa y tabaquismo. No obstante, la novedad que ofrece el estudio coreano-estadounidense radica en los baremos que se han constatado para que estos factores puedan llegar a considerarse como de riesgo. Los resultados han sido publicados en la revista ‘The Journal of the American College of Cardiology’ y demuestran que los accidentes cardiovasculares pueden sucederse sin patologías previas.
Los científicos han analizado los niveles de presión arterial, colesterol, glucosa y exposición al tabaco de las personas que han sufrido un evento cardiovascular. Como novedad, el estudio de dichos sujetos se remonta a muchos años antes de que el accidente cardíaco ocurra. Los resultados han sido tajantes: más del 99% de las personas que han desarrollado alguna enfermedad coronaria, insuficiencia cardíaca o accidente cerebrovascular poseían al menos un factor de riesgo no óptimo antes del evento.
El hallazgo sin precedentes del estudio: una muestra más amplia
De este modo, dentro de la muestra se han incluido tanto a fumadores como a exfumadores, a diabéticos pero también a aquellos pacientes con un nivel de azúcar en sangre superior a 100mg/dL en ayunas. También, a individuos con el colesterol clínicamente alto (más de 240mg/dL), simplemente alto (más de 200mg/dL) y a aquellos que lo tienen bajo por estar bajo tratamiento. Y a todos aquellos con una presión arterial igual o superior a 120/80mm Hg (se suele considerar clínicamente alta 140/90mm Hg) o baja por estar en tratamiento.
Este nuevo método ha podido aclarar a qué parte de la población corresponde ese 25% restante que no había sido previamente estudiada pero que también había sufrido algún evento cardiovascular. Cabe puntualizar que estudios anteriores arrojaban una cifra de tan solo 75% de pacientes que sufren un accidente cardiovascular y poseen algún factor de riesgo previo. «Las investigaciones recientes estaban pasando por alto estas exposiciones», explica el doctor Philip Greenland, profesor de cardiología en la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern.
Esto significa que el 99% de las personas que sufren un accidente cardiovascular no solo poseen unos niveles elevados de presión arterial, colesterol total, glucemia en ayunas, diagnóstico de diabetes o en tratamiento y consumo de tabaco pasado o actual, sino que simplemente superan el nivel óptimo recomendado y establecido por la Asociación Americana del Corazón. «Creemos que el estudio demuestra de manera muy convincente que la exposición a uno o más factores de riesgo no óptimos antes de estos resultados cardiovasculares es casi del 100%», señala el cardiólogo.
El factor de riesgo más común: la hipertensión
Además, más del 93% poseía dos o más factores de riesgo. Por su parte, la presión arterial alta -hipertensión- se ha posicionado como la causa más común, afectando a más del 95% de los pacientes en Corea del Sur y a más del 93% en los Estados Unidos. Lo mismo ocurre con las mujeres: más del 95% poseía al menos un factor no óptimo antes de la insuficiencia cardíaca o del accidente cerebrovascular.
Al elevar el estándar a niveles clínicamente elevados, el patrón se mantuvo. Lo que confirma que al menos el 90% de los pacientes seguía presentando al menos un factor de riesgo antes de su primer evento cardíaco, independientemente de que el nivel tan solo superase levemente la media o la superara con creces. «La idea de nuestro estudio fue utilizar el nivel no óptimo como el mejor indicador de cierto nivel de riesgo aumentado, en lugar del nivel al que se suelen recetar los medicamentos», concluye el investigador.
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