El 2 de noviembre posee un significado especial dentro del calendario de la Iglesia Católica, ya que se celebra el Día de los Fieles Difuntos, una fecha dedicada a la oración y recuerdo de las almas que aún están en proceso de purificación antes de entrar al Cielo.
En esta jornada, las oraciones se dirigen a honrar a quienes nos han precedido, ofreciendo tributo a su vida y legado. Es un tiempo de reflexión y conexión espiritual para los fieles católicos, en memoria de los seres queridos que han partido de este mundo.
El arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses, hizo referencia a los fieles difuntos, por los que la Iglesia reza especialmente este día: “para los creyentes, aquello que da fuerza y sentido a este recuerdo es sobre todo nuestra fe. Esta fe se expresa en una gran confianza en el Dios que es Amor y Bondad infinita, a cuyo amor y bondad confiamos a nuestros queridos difuntos”.