
El fotógrafo andaluz Ángel Garrido Hidalgo captó en Jaén la primera imagen de un lince ibérico blanco, un hecho inédito que coincide con el mejor momento de conservación de la especie, tras su reclasificación en 2024 como “vulnerable” por la UICN.
Foto: Ángel Garrido Hidalgo
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El hallazgo de un lince ibérico blanco en Jaén sorprendió a investigadores y fotógrafos de vida silvestre en España. La imagen, captada por el aficionado Ángel Garrido Hidalgo y divulgada por National Geographic, muestra por primera vez a un ejemplar con esta coloración nunca antes documentada en la especie. Aunque su aspecto recuerda al de los animales albinos, los expertos consultados por la revista descartaron esa condición, así como el leucismo, una alteración genética que impide la producción de pigmento. Por ahora, se desconocen las causas exactas de esta variación.
El lince fue observado en una de las cinco poblaciones andaluzas registradas dentro del programa de recuperación del Lynx pardinus, una iniciativa coordinada por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) y distintas comunidades autónomas. Para protegerlo de la caza furtiva (todavía una amenaza latente) no se ha revelado la ubicación precisa del avistamiento.
La aparición de este ejemplar coincide con uno de los hitos recientes más importantes para la biodiversidad ibérica: la reclasificación del lince ibérico, que pasó de “en peligro de extinción” a “vulnerable” en 2024, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). En apenas un año, la población aumentó un 18,8 %, con más de 2.400 individuos y 470 hembras registradas, de acuerdo con el MITECO. El objetivo del programa es alcanzar los 3.500 ejemplares y al menos 750 hembras reproductoras para garantizar la estabilidad a largo plazo de la especie.
El Lynx pardinus es un felino de tamaño medio, endémico de la península ibérica. Presenta un pelaje amarillento con motas oscuras, orejas rematadas en penachos negros y una cola corta con punta oscura. Los adultos pesan entre 10 y 13 kilogramos y dependen casi exclusivamente del conejo europeo, que constituye más del 80 % de su dieta. Habita zonas de matorral mediterráneo y bosques con cobertura densa, donde encuentra refugio y alimento.
Aunque su recuperación es un ejemplo mundial de conservación de grandes carnívoros, el camino no está libre de riesgos. Como señalaron los expertos a National Geographic, la pérdida de hábitat, la escasez de presas y los atropellos continúan siendo amenazas serias. El avistamiento del lince blanco, más que una curiosidad genética, es también símbolo de una especie que sigue luchando por su permanencia en la península ibérica.
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