El proyecto para el nuevo Museo Nicanor Piñole en su futura ubicación junto a Tabacalera se diseñará en torno a seis salas abiertas que, se calcula, permitirá albergar unas cien obras al mismo tiempo. Se nutrirán en gran parte de los fondos del pintor en manos municipales pero, también, de piezas en préstamo que, según el gobierno local, «hasta ahora eran difíciles de conseguir por las condiciones del antiguo Asilo Pola». Mientras avanza la licitación del Centro de Arte de Tabacalera, proyecto en el que se enmarca la construcción del nuevo museo, el área de Cultura trabaja con la previsión de diseñar un programa expositivo y de actividades similar al del actual espacio –que acoge con frecuencia excursiones escolares, por ejemplo–, pero con la intención de que la nueva ubicación permita «ofrecer una programación más variada».
Señalaba la concejala de Cultura, Montserrat López Moro, en una entrevista a este periódico el pasado septiembre, que el museo actual tiene unas 80 obras en exposición. Los fondos municipales cuentan con 6.153 piezas: la mayoría son dibujos y bocetos y unas 200 son obra pictórica como tal. Si prospera la idea del gobierno de la anunciada exposición en el Revillagigedo, para el palacete se proyecta exponer también un centenar de oras.
El enfoque para el nuevo museo es similar al que se proyecta para los dos bloques de nueva construcción, que quieren servirse del diseño de las cubiertas para crear espacios diáfanos con luz natural. En los pliegos de la licitación se menciona la posibilidad de «dar forma a los nuevos edificios creando unos volúmenes tallados que se inclinan y fragmentan en su coronación a semejanza de las cubiertas tradicionales del entorno pero proporcionando un uso lumínico a los espacios que cubren».
En las infografías que manejan por ahora los técnicos, el nuevo Piñole luce con un diseño de concepto abierto, paredes claras y una luz cenital y central como principal foco lumínico. En las imágenes figuran también ventanales con vistas el resto del centro de arte. Ese concepto abierto se replica en la comunicación entre las salas, que es el formato que a juicio del Ayuntamiento permitiría dar con propuestas expositivas más variadas que las que permite la infraestructura actual
Fuera de circuito
La obra de Tabacalera, ahora en licitación, salió a concurso público por 21,44 millones de euros de presupuesto y con un plazo de ejecución de hasta 42 meses, pero se estima que la ejecución del edificio de nueva construcción que albergará el museo del pintor gijonés será una de las tareas que primero se culminen. Las últimas previsiones conocidas del gobierno local es que la actuación en la vieja fábrica de tabacos eche a andar en la primavera del próximo año y que la construcción del nuevo bloque sea una realidad en unos 21 meses, con la fecha de finales de 2027 como plazo estimado de fin de obra.
La comisión del Piñole ya ha señalado que el traslado del museo hasta Tabacalera «está fuera de toda duda» y que no tienen ningún reparo en ello. Con el traslado se cumple, de hecho, con un acuerdo cerrado por el Ayuntamiento –con Paz Fernández Felgueroso entonces como regidora– con la propia comisión en 2008. Ambas partes entienden que como el nuevo recinto museístico se configura como un espacio propio –en las salas del Piñole no se albergarán a otros artistas ni se aceptará otros usos– las condiciones de donación pactadas en su día con la familia se siguen cumpliendo.
La idea también es que, de paso, el traslado ayude a solventar un problema que ya se atisbaba en 2008: la afluencia. El actual museo en su ubicación en la plaza de Europa se considera que está «fuera de circuito» y que pese a estar en un espacio transitado no ha logrado integrarse en la ruta cultural de la ciudad. El Piñole tuvo 13.000 visitas y la Casa Natal de Jovellanos, que por sus características es el inmueble más comparable, tuvo 56.000.
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