La trágica muerte de Gaspar Rosselló, de 75 años, al resbalar en las rocas en Cala Sant Vicenç cuando pescaba en compañía de su nieto de 15 años, ha causado una profunda conmoción en su Pollença natal, ya que era una persona muy activa en las tradicionales fiestas de Moros y Cristianos, y en la Universitat de Barcelona, donde desempeñó diversos cargos de responsabilidad, incluido el vicerrector hace una década. Rosselló era considerado un «gestor clave» de este campus catalán.

El fatal accidente ha tenido lugar sobre las nueve de la mañana de este viernes en Cala Sant Vicenç. Rosselló había ido a pescar por la mañana acompañado por su nieto de 15 años. De repente un resbalón le hizo precipitarse hacia las rocas y le causó la muerte. El lugar donde cayó era especialmente abrupto, hasta el punto de que efectivos del Grupo de Rescate e Intervención en Montaña (GREIM) de la Guardia Civil se tuvieron que desplazar al lugar para recuperar su cuerpo.

En poco tiempo, la triste noticia de la muerte ha alcanzado al municipio de Pollença y, a continuación, se ha hecho extensiva al ámbito universitario en Barcelona. Si en su pueblo natal era conocido por su bonhomía y su implicación en la celebración de las fiestas patronales de Moros y Cristianos, en el campus catalán gozaba de un prestigio en el que abarcaba los más diversos aspectos. Con 17 años, Rosselló se marchó de Pollença hacia Barcelona a estudiar la carrera de Ciencias Físicas. Hombre pacífico y profundamente conciliador, después de licenciarse en Ciencias Físicas en 1973, se doctoró cum laude en Física en la UB. Los primeros pasos de su carrera académica los dio en el ámbito de la astronomía y de la astrofísica. De ahí pasó a convertirse en profesor titular y miembro activo de la comunidad investigadora del campus en esta disciplina.

Durante varios años participó en proyectos de investigación financiados por entidades tales como el Centro Argentino de Información Científica y Tecnológica, la Comisión Interministerial de Ciencia y Tecnología, la Acción Integrada Hispanofrancesa, la Dirección de General de Investigación Científica y Técnica y la Agencia Espacial Europea (ESA). De hecho lideró como investigador la propuesta Análisis de 7.296 ocultaciones lunares. También dirigió diversas tesis en los campos de la astronomía observacional.

Treinta años de gestión

A esto hay que sumar los más de 30 años que jalonan la dedicación de Rosselló a la gestión universitaria, donde seguía siendo considerado como una de las figuras más respetadas y autorizadas. Desde principios de los años 90, formó parte de varios equipos de gobierno de la Universidad de Barcelona. Ocupó entonces puestos destacados como director de Asuntos Académicos, vicerrector de Política Académica, Estudiantes y Calidad. También fue asesor del rector en el proceso de convergencia europea, que se plasmó con la implantación del polémico ‘plan Bolonia’.

Recientemente, Rosselló había sido nombrado presidente del Ateneo de la Universidad de Barcelona. Este cargo simboliza el reconocimiento al compromiso de toda una vida dedicada a esta universidad. Su implicación comprendía tanto la gestión diaria como la definición de las grandes líneas estratégicas. Su paso por este campus contribuyó sobremanera a su modernización y a la adaptación a nuevos retos europeos e internacionales. De hecho contribuyó en diseñar un modelo más autónomo y eficiente sin menoscabo de la calidad.

Durante su larga trayectoria universitaria, recibió numerosas muestras de reconocimiento. Su inesperado fallecimiento ha dejado un profundo vacío en la comunidad universitaria. De hecho su huella permanece por su «dedicación incansable su espíritu visionario y su calidad humana».

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