14 de mayo de 2025.- El presidente no ejecutivo de Prisa, Joseph Oughourlian, consolida su control del grupo en una Junta General de Accionistas sin apenas oposición. Atrás quedaban tres meses de confrontaciones con el bando rebelde que -liderado por Global Alconaba- intentó apartarle, pero que tras varias escaramuzas no logró los apoyos suficientes. Sacó adelante todos los acuerdos propuestos, incluyendo una compleja refinanciación marcada por la disputa accionarial y -en una intervención en la que oficiosamente se entronizó como máximo (y único) responsable de la compañía- tendió la mano al resto de accionistas y prometió la presentación de un plan estratégico para después del verano. El dueño de Amber Capital hizo honor a su fama de bróker financiero ya que días antes se sacó de la manga una ampliación de capital exprés y una conversión de bonos convertibles que hizo imposible unir fuerzas en su contra.

4 de junio de 2025.- Oughourlian culmina una profunda reestructuración de todos los cargos relevantes con la salida de Pepa Bueno como directora de El País y la designación de Jan Martínez-Ahrens, hasta entonces director de El País América. Todo había comenzado con la designación de Pilar Gil como consejera delegada de Prisa Media el 20 de mayo, sustituyendo a Carlos Núñez que fue forzado a dimitir al comienzo de la guerra con los rebeldes. Gil mantenía su cargo como directora financiera y vicepresidenta del consejo y se confirmaba como la persona de más confianza del presidente dentro de la compañía. Sería el comienzo de un tándem que ha llevado la representación institucional del grupo Prisa en eventos por toda España.

La nueva CEO se dedicó a ajustar piezas y a eliminar a todas las voces disidentes y cercanas a la anterior administración, al equipo de Núñez en el plano de la gestión y al de José Miguel Contreras (una de las cabezas visibles de Alconaba junto con Andrés Varela Entrecanales) en el apartado editorial. En menos de dos meses todo cambiaba, y salían directivos que llevaban décadas en la compañía como Ignacio Soto y Montserrat Domínguez. Empezaba una nueva etapa consolidando medios de izquierdas, pero -según el presidente- sin servilismos con respecto a Moncloa. Algo que no gustó nada en el entorno del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Resultados de Prisa

28 de octubre de 2025.- Después de un verano de relativa calma y sin ningún tipo de ruido mediático, Prisa presenta sus resultados financieros del tercer trimestre. Y las cifras no son buenas. Nada buenas. Se comunican pérdidas de 48 millones, que se justifican por el efecto distorsionador del laudo de Cofina, al mismo tiempo que los ingresos caen un 4%, el ebitda un 18% y el ebit un 34%. Y la deuda ha vuelto a subir. En total, se quedó en los 774 millones (incluyendo NIIF 16), 24 millones más que en diciembre. Y todo ello pese a la reestructuración que se cerró antes del verano y de la que no se han dado detalles -ni siquiera a los accionistas-, pero que a la vista de los números solo ha significado un aplazamiento , manteniendo las condiciones ya existentes. Los gastos por intereses apenas han caído desde los 20 a los 18 millones y el patrimonio neto sigue siendo negativo en 388 millones.

Han pasado casi seis meses desde el paseo triunfal de Oughourlian en la junta y pese a que hay una aparente calma y un cese de hostilidades, la realidad es que nunca ha dejado de haber movimientos. Los accionistas de Prisa -no solo los rebeldes de Global Alconaba- no están contentos con la gestión del presidente no ejecutivo después de sofocar la rebelión de comienzos de este año. Siguen insistiendo en que hace falta un cambio de rumbo, una necesidad que entienden más acuciante al comprobar que los números de la compañía no mejoran. Creen que -de no mover ficha- el grupo tendrá problemas para pagar sus intereses, y si no soluciona su desfase patrimonial se acerca el fantasma del concurso de acreedores.

Desde mayo, tanto quienes se han significado en contra del franco-armenio como empresarios españoles y extranjeros llevan buscando los recursos necesarios para poner en marcha una nueva ofensiva para recuperar el control de Prisa. Y parece que las piezas ya han comenzado a encajar con acontecimientos que podrían acelerar esta operación. Esta Opa hostil ha constatado que hay un grupo de interesados en que salga adelante entre los que se encuentran bancos locales, al menos un gran grupo editorial extranjero y accionistas del editor. Fuentes conocedoras indican además que está liderada por Global Alconaba y que contaría con el apoyo del dueño de Kiss Media, Blas Herrero, aunque ambos niegan tajantemente su participación. También tendrían a Société Générale como el encargado de articular toda la operación.

Ampliación de capital

Los más optimistas indican que todo podría desencadenarse antes de que cierre el año, aunque otros más cautelosos creen que la extrema complejidad financiera de la operación requiere de más tiempo de maduración. Un asalto que ahora mismo se juega en tres frentes independientes: una ampliación de capital para sanear el balance y reestructurar la compañía; una renegociación de la deuda con Pimco, su principal acreedor; y ofrecer a Oughourlian fórmulas atractivas para convencerle de vender su 30% y abandonar Prisa. Se trata de una solución integral que sus promotores quieren poner sobre la mesa para sanear definitivamente el grupo.

En el caso de la ampliación de capital, las fuentes consultadas indican que sería necesaria una suscripción de 300 a 400 millones de euros, con los que reestablecería el equilibrio patrimonial -actualmente con un desequilibrio de 388 millones- y con el que se obtendrían recursos para «limpiar» la compañía. Unos 100 millones para llevar a cabo una reducción de plantilla, una reorganización de los departamentos y una disminución de la estructura que se adapte a la nueva realidad de la facturación de Prisa. Se trata de adecuar la realidad a los 900 millones que se ingresan actualmente y no a los 1.500 de hace dos décadas. Esta opción cuenta con la aprobación de buena parte de los accionistas, ya que además sería la puerta de entrada para un nuevo socio que pueda inyectar capital.

Pero esta ampliación de capital no sería posible sin solucionar el problema del endeudamiento. Y es ahí donde se habrían producido las mayores novedades. Fuentes financieras indican a este diario que Pimco, propiedad de Allianz, y tenedor de al menos 575 millones de los 774 millones que debe la compañía, ha sido advertido por los reguladores españoles de que no pueden tener más de un 25% de la deuda de Prisa. En su condición de empresa estratégica (como así se ha encargado de señalar el Gobierno), tenedora de licencias públicas de radio y como actor sistémico del aparato mediático español, los temores pasan por el hecho de que si no paga su deuda, el fondo podría ejecutar las garantías y quedarse con la propiedad del editor de El País y Cadena Ser. Informes independientes indican que el grupo no vale más de 320 millones y su valoración bursátil actual es de 500 millones, por lo que, ante una ejecución del principal, la toma de control de los estadounidenses sería inminente.

Quita de la deuda

Algo que no es plato de buen gusto para España, y menos para el Gobierno, que no se plantea que el principal grupo de medios sea controlado por un fondo de Estados Unidos. Por eso, Pimco está buscando opciones para desprenderse de una buena parte de la deuda de Prisa. Así lleva varias semanas. Y aquí emerge la banca española, que garantizaría intereses más favorables y la «españolidad» del pasivo, eso que tanto gusta al Ejecutivo. Que todo se quede dentro de nuestras fronteras y sea supervisado por el oficialismo.

Las principales opciones son el Banco Santander, dueño del 4% en Prisa y que siempre ha querido volver a influir tras la salida de Javier Monzón a finales de 2020; y Caixabank, participada en un 18% por el Estado a través del Frob. Pero no sería una operación directa de compra y venta de deuda ya que quienes están diseñando el movimiento creen que se podría obtener una importante quita del pasivo para acelerar las negociaciones. Si las presiones de los reguladores continúan sobre el fondo, consideran que la balanza podría decantarse de su lado y lograr una reducción sin tener que recurrir a más financiación.

De cumplirse estas dos condiciones, hay dos o tres socios extranjeros que consideran que Prisa tiene potencial, pero siempre que se llegue antes a un acuerdo previo con Oughourlian y se les asegure que no habrá una nueva guerra accionarial. El que está en primera línea es el grupo belga-holandés DPG Media. Esta compañía es el mayor conglomerado de medios de comunicación de los Países Bajos, con múltiples marcas nacionales y regionales en periódicos, radio y medios online y televisión. Un multimedia que puede aportar sinergias y capacidad de crecimiento en el exterior y en mercados donde la española no tiene presencia. Ingresa en torno a los 2.000 millones de euros. La entrada se haría mediante una ampliación de capital en la que se inyectaría buena parte del montante necesario, y se aprovecharía la coyuntura para ofrecer una ventana de salida al presidente no ejecutivo, antes o después de la ampliación. Se trata de articular una oferta «de mercado», pero atractiva para hacer más fácil la venta.

Voluntad de Oughourlian

Sin embargo, aquí el problema vuelve a ser la voluntad negociadora de Oughourlian ya que hasta la fecha ha rechazado todas las propuestas que se le han hecho. Las de los rebeldes liderados por Global Alconaba y otra por su 30% del grupo de Mediahuis, asesorada por Lazard, el banco de inversión de Jaime Castellanos. Mediahuis es otro editor de Flandes que realiza muchos negocios conjuntos con DPG Media y que incluso podría volver a intentarlo si las condiciones son propicias. La diferencia es que la nueva propuesta incide en la necesidad de buscar soluciones conjuntas a la mala situación financiera de Prisa, en especial por lo que vendrá a partir del próximo año. En el sector se cree que la falta de liquidez será acuciante y que para pagar los intereses deberá realizar nuevas ampliaciones que -indican accionistas de la compañía- tendrá que sufragar el presidente no ejecutivo en solitario.

La operación de asalto en marcha juega sus cartas a que un acelerado deterioro de las cuentas podría forzar al presidente a replantearse sus pretensiones iniciales. Recordemos que el empresario ha trasladado por diferentes vías que lo único que le haría negociar sería una opa por la totalidad y a un precio cercano a los 900 millones, que valoraría su 29% en unos 300 millones. Algo totalmente imposible, dicen las fuentes consultadas, en especial si consideramos la situación patrimonial del grupo. Otros creen que Oughourlian quiere aguantar y atrincherarse hasta que el PP vuelva al Gobierno, pero este horizonte es incierto y tampoco hay claridad respecto de qué podría ofrecerle a los populares. Y los populares a él.

Apoyo de Moncloa

¿Y Moncloa? Como no podía ser de otra manera, la operación está avalada por el Gobierno. que tiene gran urgencia por recuperar el control editorial de la compañía, aunque con dudas respecto de quienes finalmente puedan terminar participando en la operación y sus verdaderas vinculaciones políticas. Pese a ello, en un contexto político sumamente hostil y con la opción de convocar elecciones generales sobre la mesa, Moncloa necesita afinar la maquinaria de apoyo mediático; como señaló este diario, RTVE no es suficiente. Prisa (El País y Cadena Ser) es una pieza clave para preparar una batalla electoral o el escenario post-elecciones en la eventualidad de que el PP acabe volviendo al Gobierno.

De hecho, en el Ejecutivo es donde se dan las mayores urgencias para que todo termine cuajando, ya que se han puesto como horizonte tener toda su maquinaria mediática aquilatada el primer trimestre del próximo año, ante el riesgo de que sigan publicándose informes judiciales que puedan alimentar los casos de corrupción que les cercan. En las últimas semanas se ha visto una mayor cercanía entre los medios de la compañía y el Gobierno, e incluso algunos ministros han acudido a sus eventos, pero fuentes cercanas lo atribuyen exclusivamente a la línea editorial progresista y advierten de que la relación entre Oughourlian y Sánchez sigue completamente rota. Un escenario que convierte este asalto a Prisa en una operación directamente impulsada y tutelada desde Moncloa.