Durante décadas, los libros de texto nos enseñaron una verdad que, en realidad, no lo era. Pregunta rápida: ¿cuál es el planeta más cercano a la Tierra?
Si respondiste Venus, estás en buena compañía: eso mismo aprendieron millones de estudiantes en todo el mundo. Algunos, más aventureros, incluso dirían Marte. Pero ninguno de los dos es correcto.
El auténtico vecino de la Tierra es Mercurio, el planeta que, paradójicamente, asociamos con el Sol y no con nuestro propio mundo. Y esta conclusión no es una intuición reciente, sino el resultado de un análisis detallado que en 2019 obligó a los científicos a reescribir una de las afirmaciones más repetidas de la astronomía moderna.
El estudio que cambió la lección de los libros
© Thibaut Roger/NCCR PlanetS.
El hallazgo surgió de una investigación realizada por científicos del American Institute of Physics, publicada en la revista Physics Today, y firmada por expertos de la NASA, el Observatorio Nacional de Los Álamos y el Centro de Investigación de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos.
Hasta entonces, la idea de que Venus era el planeta más cercano se basaba en distancias promedio entre las órbitas planetarias, un método que no tenía en cuenta el movimiento real de los cuerpos en el tiempo.
Los investigadores decidieron entonces usar un enfoque más realista: el método de puntos circulares (PCM), un modelo matemático que simula las posiciones de los planetas a lo largo de 10.000 años de órbitas. Al analizar los datos, la sorpresa fue inmediata: Mercurio pasa más tiempo cerca de la Tierra que cualquier otro planeta.
El vecino inesperado
© Greg Stasiewicz and Flourish.
Los resultados fueron contundentes. Según las simulaciones, Mercurio es el planeta más próximo a la Tierra el 46 % del tiempo, mientras que Venus lo es el 36 % y Marte apenas el 18 %.
El profesor David A. Rothery, de la Open University del Reino Unido, verificó después el estudio con sus propios cálculos y confirmó que los datos eran sólidos.
¿La razón? Muy simple: la órbita de Mercurio. Al ser la más pequeña y rápida del Sistema Solar, pasa más tiempo cerca de todos los demás planetas que cualquiera de ellos entre sí. En otras palabras, Mercurio no solo es el más cercano a la Tierra: también es, en promedio, el más próximo a todos los demás mundos del Sistema Solar.
Este fenómeno recibió incluso un nombre informal en homenaje a la serie Rick & Morty: el efecto “whirly-dirly”, por la danza orbital que hace que Mercurio se cruce constantemente con las trayectorias de sus vecinos cósmicos.
Más que una curiosidad astronómica
El estudio no solo desmonta una vieja creencia. También ofrece una herramienta con aplicaciones concretas El método PCM, que permitió estimar las distancias promedio reales entre cuerpos en movimiento, puede usarse para optimizar trayectorias de satélites, mejorar cálculos de comunicación interplanetaria y afinar los modelos de simulación orbital con una precisión superior al 99 %.
En definitiva, el planeta más cercano a la Tierra no es ni el más parecido ni el más romántico. No es el rojo Marte ni el brillante Venus, sino un pequeño mundo metálico y abrasador que, silenciosamente, ha orbitado a nuestro lado durante miles de millones de años sin que casi nadie lo notara.