Algunos incluso le cantaban fragmentos de “Love Story” creyendo que estaban frente a la mismísima Taylor Swift. Hoy, esa confusión se transformó en un negocio rentable que le permite ganar más de 500 dólares por hora, consolidándola como la doble oficial de la artista más famosa del pop durante la gira “The Tortured Poet’s Department”.
Thrasher, de 41 años y residente en Prairie Village, Kansas (EE. UU.), convirtió lo que antes era un malentendido constante en una estrategia profesional. Desde junio de 2024, trabaja como imitadora oficial de Swift en eventos vinculados con la gira mundial, cobrando 550 dólares por hora, una tarifa muy por encima del salario promedio estadounidense, que ronda los 28 dólares.
“Durante más de una década me han confundido con Taylor. Al principio era incómodo, pero después entendí que podía transformar esa confusión en una oportunidad”, confesó Kelley en una entrevista reciente. Su salto al mundo del espectáculo no fue improvisado: contrató a una maquilladora profesional, replicó los atuendos y peinados icónicos de la intérprete de “Anti-Hero”, y empezó a presentarse en convenciones, fiestas privadas y eventos temáticos.
El reconocimiento de Kelley Thrasher se disparó en octubre de 2024, tras el lanzamiento del documental “La vida de una corista”, una producción que expuso su rutina entre sesiones de maquillaje, ensayos y apariciones públicas. Desde entonces, su agenda se ha saturado al punto de rechazar contrataciones por falta de tiempo.
Te puede interesar: Justin Bieber en Twitch: el cantante anuncia transmisiones diarias y revoluciona el streaming
Te puede interesar: Cristian Castro sorprendido por propuesta de matrimonio en pleno concierto: ‘¡Sí, acepto!’
Su figura también se volvió viral durante el último Super Bowl, celebrado en febrero, cuando se mezcló con seguidores de los Kansas City Chiefs, el equipo donde juega Travis Kelce, prometido de Taylor Swift. Decenas de fanáticos se abalanzaron para tomarse fotografías con ella creyendo que se trataba de la verdadera cantante. “Fue una locura total. Nadie podía creer que no fuera Taylor”, relató entre risas.
Durante años, Thrasher ignoró las recomendaciones de sus amigos, quienes insistían en que aprovechara su parecido con la artista. La idea de ganar dinero “por ser otra persona” le parecía absurda… hasta que un encuentro fortuito con Bruno Mars cambió su destino.
El intérprete de “Just the Way You Are” la reconoció en un restaurante y, sorprendido por su parecido con Swift, le dijo: “Deberías monopolizar esto y sacarle provecho”.
Aquel comentario se convirtió en una revelación. “Fue el impulso que necesitaba. Si alguien como Bruno Mars me lo decía, debía tomarlo en serio”, recordó.
El éxito de Kelley Thrasher no solo refleja su esfuerzo, sino también el poder del fenómeno Taylor Swift, una figura que ha redefinido el impacto de la música pop y la cultura de masas. Su “doble” se ha beneficiado del mismo efecto mediático que genera la cantante en cada aparición pública, logrando transformar una coincidencia genética en una marca personal rentable.
Hoy, Kelley administra su propia agenda de eventos, contrata personal de apoyo y estudia nuevas oportunidades de negocio vinculadas a la moda y la publicidad. “No se trata solo de parecerme a ella, sino de crear una experiencia para los fans”, afirma.
Mientras Taylor Swift continúa rompiendo récords en la industria musical, su doble oficial se consolida como una celebridad paralela, capaz de capitalizar la admiración y el fervor de los seguidores. Con una carrera que combina estrategia, carisma y marketing, Kelley Thrasher demuestra que, a veces, parecerse a una estrella puede ser el comienzo de un imperio.