La cruda realidad deportiva contrasta drásticamente con la inversión realizada por la actual propiedad del Real Zaragoza, que llegó en abril de 2022 abrazando un proyecto sustentado en la Nueva Romareda, que ya se está levantando y que acogerá sus primeros partidos en menos de dos años. Podría ser el mayor hito de Real Z LLC -la sociedad propietaria del club- hasta la fecha, porque en el resto de sus decisiones, el suspenso se impone como nota predominante.
Resulta imposible maquillar la situación actual del Real Zaragoza, colista de Segunda División con apenas 6 puntos de los primeros 36 disputados. Tan solo un milagro que permita al conjunto aragonés ganar la mitad de sus partidos en lo que resta de temporada le podría salvar del descenso a Primera Federación.
Y es que por mucho que duela, esa es la realidad de un Real Zaragoza contra el que la afición se manifestó en el último duelo ante el Deportivo. «¡Estamos hartos!», clamaba una afición agotada y que más allá de la plantilla también señala a los máximos dirigentes.
Casi 40 millones de euros en ampliaciones de capital
Una directiva en el punto de mira por su incapacidad en la toma de decisiones deportivas y su silencio ante los cada vez más frecuentes fracasos. La lejanía con la que Jorge Mas sigue al equipo del que es presidente es un fiel reflejo de lo alejado que se encuentra de la realidad un Consejo de Administración sin apenas raíces aragonesas. Ni una palabra, ni un mensaje ha enviado Jorge Mas a sus aficionados desde su última aparición en el partido ante el Valladolid. Un visto y no visto únicamente para figurar.
Desde fuentes cercanas a la propiedad, aseguran a SPORTARAGÓN, que su preocupación e involucración es máxima, como la del resto de consejeros. De ahí que las cifras financieras y de aportación económica, más allá de la situación deportiva, sea el escudo sobre el que se esconden los propietarios para justificar su pleno interés en un Real Zaragoza cuyo presente es desastroso y su futuro incierto.
De hecho, esa aportación es innegable, ya que la actual propiedad ha desembolsado un total de 38.624.810 euros desde abril de 2022 a través de ampliaciones de capital. Por ponerlo en contexto, desde el año 2010 hasta el 2022 apenas se aportaron 4.361.151 euros mediante este mecanismo.
Estas ampliaciones de capital se han ido produciendo en distintos años. En el año 2022, el capital suscrito fue de 14.613.421 euros. En 2023, se sumaron 6.700.000 euros. En 2024, la cifra fue ligeramente menor, de 5.179.516 euros, mientras que en 2025 la ampliación de capital fue de 12.131.873 euros más.
De hecho, se prevé que en la próxima Junta General de Accionistas, que suele celebrarse a mediados de diciembre, se suscriba una cifra que rondaría la del último año, elevando todavía más la aportación económica de la actual propiedad.
Pero todo queda en el aire debido a la crítica situación del Real Zaragoza, que cada partido ve más lejos la salvación en el fútbol profesional. La incertidumbre de no saber dónde jugará el Real Zaragoza la próxima temporada siembra las dudas sobre un proyecto bien dotado económicamente pero que no ha tomado ni una sola decisión acertada en el plano deportivo.
El retraso en los pagos de la Nueva Romareda y 10 millones antes de 2026
Esa decepción continua ya no solo afecta al zaragocismo, sino que genera preocupación más allá de los corrillos deportivos. En la política, por ejemplo, el Real Zaragoza comienza a abrirse paso. «Nos produce una profunda preocupación«, afirmaba Jorge Azcón, presidente de Aragón, recientemente. Mientras que Natalia Chueca, alcaldesa de Zaragoza, tachaba de «deriva deportiva» la situación del Real Zaragoza y comentaba que había que separarla «del proyecto de la Nueva Romareda».
Y no es para menos. La propiedad del Real Zaragoza no abonó al cierre de 2024 los 6,8 millones de euros previstos en aquella anualidad, lo que obligó a reprogramar partidas y elevar a 10 millones el importe que debe desembolsar en 2025, dentro del nuevo cronograma acordado entre las partes. El esquema financiero de la operación fijó un reparto a tercios (33%) entre Gobierno de Aragón, Ayuntamiento de Zaragoza y Real Zaragoza.
Sin embargo, “a expensas de los movimientos futuros”, la balanza se ha desnivelado: mientras la entidad blanquilla ha aportado hasta la fecha 6 millones, la actualización de los compromisos exige que este mismo año el club alcance los 10 millones para acercarse a los 40 millones totales que le corresponden en el plan global. Personas cercanas al proyecto advierten que cumplir con el pago previsto en diciembre es fundamental para no frenar las licitaciones ni la ejecución de las obras, evitar costes financieros adicionales y mantener el equilibrio entre los socios públicos y privados.
Riesgos y medidas de protección
Aunque no se han hecho públicas posibles penalizaciones, en proyectos de este tamaño suelen establecerse mecanismos de garantía, como reprogramaciones condicionadas, avales o compensaciones temporales por parte de las administraciones, con el fin de asegurar que las obras sigan su curso. Por ahora no se ha dado ningún caso de este tipo, ya que se confía en que el Real Zaragoza cumpla con el pago previsto.
El objetivo principal es doble: no perder la ventana de tiempo disponible para construir y garantizar los plazos exigidos por FIFA y UEFA, que son clave para mantener la candidatura de Zaragoza a futuros eventos internacionales.
Porque esa parece ser la preocupación principal de un proyecto en torno al Real Zaragoza que se ha olvidado de lo más importante: lo deportivo. Mientras tanto, el Real Zaragoza no levanta cabeza y acumula ya 5 derrotas consecutivas. La salvación podría estar hoy a 8 puntos y el milagro cada vez tiene que ser mayor para salvar el fútbol de la cuarta ciudad de España.