Pisos pequeños: un apartamento de 14 m2 donde la escalera metálica es clave para optimizar el espacio

Después de trabajar como ingeniero y luego como publicitario, Thomas Christiaen fundó hace cinco años su agencia de interiorismo con el objetivo de «darse un capricho y crear proyectos a la vez estéticos y funcionales». Situado en París, este proyecto de 14 m2 es un reflejo del trabajo que realiza desde su firma, Atelier Philibert (ver planos al final del artículo). Destinado a convertirse en un pied-à-terre para su propietario afincado en Montreal, a este espacio tan pequeño no le faltaba potencial. «A pesar de los 14 m2 del piso, tenemos casi 3,80 metros de altura, y dos grandes ventanales que lo convierten en un espacio muy luminoso», explica Thomas Christiaen. Se encuentra en un antiguo convento de principios del siglo XX, dividido en pisos en la planta baja. «Tiene vistas a zonas verdes, lo que le da un aire campestre», añade.

Estancia con sof cama y ventana al fondo en tonos verdes

Nada más entrar, se disfruta de la vista de la vegetación. A la izquierda, la cocina; enfrente, el salón.

© Juan JerezEstancia con altillo con cocina debajo

A la izquierda, la zona de cocina; a la derecha, el cuarto de ducha; arriba, el dormitorio. Al fondo de la estantería, un póster enmarcado de Bernard Moninot.

© Juan JerezUn lugar lleno de consejos y sentido común

Lejos de sentirse intimidado, el reto de optimizar el espacio es, por el contrario, una ventaja para el interiorista. «Disfruto con este tipo de proyectos», afirma, «porque hay que convertirlo en un verdadero piso, un espacio habitable, y darle un sentido». Para lograrlo, optó por una distribución a medida que integraba las funciones esenciales, al tiempo que trabajaba para conseguir una sensación zen y aireada, a pesar de las limitaciones.

Un despacho de verdad, una cocina de verdad, espacio de almacenamiento, una zona de dormitorio y una pequeña zona de estar: ¿cómo se consiguió? Thomas Christiaen diseñó la reforma en torno a un módulo pivotante, que alberga la cocina y el cuarto de baño (oculto por una puerta corredera), y soporta la nueva entreplanta donde se aloja el dormitorio. Además de su diseño contemporáneo, bajo la escalera metálica también encontramos un pequeño estudio y espacio de almacenamiento. «Incluso pueden dormir cuatro personas, ya que hay un sofá cama«, añade. Los elementos técnicos están ocultos en el módulo de madera, por lo que el espacio es diáfano. Con el mismo espíritu, el altillo tiene un cabecero funcional, realzado por algunos armarios y suaves apliques, que convierten el dormitorio en una alcoba íntima.

Cama sobre altillo con hornacina

El altillo se ha embellecido con un cabecero a medida, a la vez gráfico y funcional.

© Juan JerezLa estética de los transatlánticos, brújula del proyecto

Además de la funcionalidad, el trabajo del interiorista se ha guiado evidentemente por el gusto. «Quería dar un rostro al piso, crear una atmósfera», dice el propietario. Por eso eligió contrachapado de abedul para construir el módulo central, que también sirve de librería para exponer objetos atractivos. «La idea era crear un pequeño bloque como el camarote de un barco«. De hecho, la reforma se inspiró en gran medida en la estética de los transatlánticos, sobre todo en el diseño de la escalera. «Cuando llegas a la edad adulta, ya no quieres subir una escalera para irte a la cama», dice Thomas Christiaen. Así que creé ese elemento como un auténtico mueble, una pieza arquitectónica por derecho propio que realza el estudio, sus altos techos y su luz». Para conseguirlo, la escalera se diseñó en dos materiales: los cuatro primeros peldaños son de madera con espacio de almacenamiento, seguidos de una sección más ventilada de metal blanco, que deja pasar la luz del sol al despacho de abajo y al piso de arriba.