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https://www.archdaily.cl/cl/1035584/restaurante-rubra-ignacio-urquiza-plus-apda-ana-paula-de-alba
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Área
Área del proyecto de arquitecturaÁrea:
536 m² -
Año
Año del Proyecto de arquitecturaAño:
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Fotógrafos
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Proveedores
Marcas y productos usados en este proyecto de arquitecturaProveedores: Mobiliario: Ana Paula de Alba, Ignacio Urquiza, Rituales Contemporáneos, Unknown (Removed)
Ubicado en la costa del Pacífico mexicano, Rubra es un restaurante diseñado por Ana Paula de Alba e Ignacio Urquiza para la chef Daniela Soto-Innes.
El proyecto se encuentra en la península de Punta Mita, en uno de los extremos de bahía de Banderas. Para llegar hay que recorrer un camino flanqueado por abundante vegetación. Ya sea caminando, en bicicleta o en un carrito de golf, ese tramo desconecta del contexto urbanizado a quien lo transita para encontrar, al final, una fachada ciega que provoca curiosidad por saber lo que esconde detrás.
Después de atravesar un túnel bajo (de 2.1 metros de altura y 6 de largo), se desemboca en la terraza principal, un área amplia con vistas a la Sierra Madre Occidental y al horizonte marino de la bahía.
Para componer el espacio se erigieron volúmenes de diferentes alturas, formas y dimensiones, elementos que definen la estructura del lugar y albergan el programa: cocina abierta, cava, barras y jardineras. Estos últimos fungen como estaciones de servicio, a la vez que forman las bancas o principales asientos de los comensales.
Con estos volúmenes se ordena el conjunto y su acomodo, además de estratégico es preciso, porque crea la composición del espacio y dirige las vistas hacia el contexto natural, omitiendo los alrededores construidos y dando la sensación de ser los únicos en el lugar. Esto genera asimismo aperturas por donde entra la brisa, refrescando el ambiente mediante una ventilación cruzada.
Corte Longitudinal A
Planta Baja
Corte Transversal C
Librando un claro de 10 x 15 metros, una gran cubierta techa el conjunto, estructurada por una retícula pergolada que encuadra celosías de madera y permite la entrada continua de una luz tenue durante el día. Algunos de los volúmenes —como la cava, el bar y la cocina abierta— fungen como los elementos estructurales que la soportan, proyectando la sombra ideal en el exterior techado.
Cuando las condiciones climáticas lo vuelven necesario, una fachada corrediza de cristal permite cerrar el salón principal, generando un interior protegido y climatizado que mantiene la sensación de seguir en un espacio exterior.
Rubra está construido de un solo material, y con la ayuda de Pablo Kobayashi en la producción del mismo, el proyecto es un monolito monocromático de concreto entintado y texturizado, que representa una clara alusión a la arena. Su modulación es rígida y precisa, pero las formas se suavizan con las esquinas boleadas de los volúmenes, que hacen referencia a la arquitectura mexicana clásica de la costa del Pacífico.
Para acompañar y vestir la estructura color arena, se buscó el equilibrio en la paleta de color con el mobiliario de madera y los verdes de la vegetación. El paisaje interior, dirigido por Thalia Davidoff, incluye ejemplares de plantas endémicas de la zona, como si a cada jardinera y área verde se hubiera traído un pedazo de la selva nayarita, borrando los límites entre el exterior y el interior y entre lo natural y lo construido. Con ello se crea la sensación de estar inmersos en el borde tan característico de esta costa: en la playa, entre el mar y la selva.
Todos los accesorios se concibieron especialmente y con un cuidado meticuloso para este proyecto. El mobiliario —compuesto por sillas, bancos, mesas, accesorios de mesa y servicio, muebles de guardado, percheros y otros— estuvo a cargo de Ana Paula y nuestro estudio. La vajilla, las ollas, las esculturas y otros utensilios fueron creados expresamente por un grupo de talentosos diseñadores invitados, como Claire Lippman (CHerie), Nouvel Glass, Mauviel y Carlos Matos.
De esta forma, el visitante encuentra una experiencia culinaria única con el sello de Daniela y su equipo, que incluye desde la distribución del espacio hasta el detalle más pequeño. La vegetación, el mar y la privacidad lograda se reúnen bajo la luz tenue y fresca que evocan las enramadas playeras.
Rubra es así una intervención discreta, en la que el uso repetido de un solo material crea una arquitectura silenciosa, que logra desaparecer suavemente las distracciones para vivir una experiencia gastronómica única y sencilla a la vez, perfectamente equilibrada.





© Rafael Gamo
© Rafael Gamo
© Rafael Gamo
© Rafael Gamo
© Rafael Gamo
© Rafael Gamo
© Rafael Gamo
© Rafael Gamo
© Rafael Gamo
© Rafael Gamo
© Rafael Gamo
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