Los ecos de los botes contra la tarima resuenan entre las paredes del pabellón de Novo Mesoiro. Lo hacen también las zapatillas frenando sobre la pintura y la pelota acariciando la red tras un gol. Los choques de mano y las palabras de ánimo. Los aplausos y los abrazos. Porque el OAR Attica 21 volvió ayer al trabajo después del ascenso del pasado mes de mayo y A Coruña empieza a respirar el aroma a División de Honor Plata.
A más de un mes de que empiece la competición (el conjunto de Nando González debutará el fin de semana del 13 de septiembre ante el Cisne en Pontevedra), el cuadro oarista ya pisa la pista para iniciar un nuevo curso y un exigente desafío, en el segundo peldaño del balonmano español, donde la meta es la permanencia.
Los héroes de San Francisco Javier (de momento en obras) ya trabajan juntos en busca de otra temporada histórica. A ellos, durante el mercado estival, se han unido casi una decena de incorporaciones que llegan a la ciudad para aportar experiencia y peso en categorías superiores, con el objetivo de elevar el nivel competitivo del vestuario y lograr un salto de calidad en el equipo. El club está listo para las emociones fuertes. Que comience el juego.