No es la primera vez que Ingrid Alexandra de Noruega concede una entrevista, pero esta vez ha generado todavía más expectación que en ocasiones anteriores. Es cierto que cuando cumplió 18 años había interés por acercarse más a la futura heredera, pero casi cuatro años más tarde lo hay todavía más ya no por ser su primera entrevista desde Australia, donde reside debido a sus estudios, sino porque habla sobre su hermano Marius, que se enfrenta a un juicio en 2026 acusado de 32 delitos.
La hija de Haakon y Mette-Marit de Noruega atendió desde Sydney, donde cursa Ciencias Sociales con especialización en relaciones internacionales y economía política, a los medios noruegos VG y NRK, concediendo entrevistas aprobadas y pactadas por palacio. Y para muestra que ahí estaba Guri Varpe, directora de comunicación de la casa real noruega.
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Haakon y Mette-Marit de Noruega, sus hijos Ingrid Alexandra y Sverre Magnus,y la novia de este, Amalie Giaever MacLeod, en la boda de Marta Luisa de Noruega y Durek Verrett.GTRES
Para empezar, la futura heredera pasa de títulos y se presenta como Ingrid. Si le piden un apellido añade Alexandra, su segundo nombre. Lo cierto es que la familia real noruega pertenece a la dinastía Glücksburg, pero no tiene apellido. Tampoco se le ocurre decir a la gente que conoce en Australia que es una princesa, una condición que allí nadie sabe que tiene porque no le reconocen.
«Me siento libre como estudiante, definitivamente siento que puedo ser yo misma. Ha habido algo de prensa aquí. He tenido muchísima suerte de haber estado muy protegida en Noruega y por la prensa noruega durante todo este tiempo. He tenido algunos encuentros con paparazzi, y ha habido situaciones que pueden parecer un poco incómodas, pero por suerte se ha ido calmando mucho con el tiempo».
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Ingrid Alexandra de Noruega en las celebraciones por el Día Nacional de Noruega 2025.GTRES
Está contenta en Australia pero… ¿fue realmente su elección? Se dijo que el hecho de haber elegido las antípodas para sus estudios universitarios se debía a que querían alejarla del escándalo de su medio hermano Marius. Ella sin embargo ha contado que «Sydney fue la elección correcta para mí. Tienen una universidad increíblemente buena, con buenos profesores y un ambiente estudiantil estupendo», destacando lo internacional que es, con estudiantes de 140 países distintos. «Ayuda tener una perspectiva internacional», añadió.
Marius, Mette-Marit y los problemas de la monarquía
Los entrevistadores no dudaron en preguntarle sobre la situación de su hermano Marius, sobre el que pesan graves cargos, entre ellos cuatro presuntas violaciones. «Es difícil para los que estamos cerca, para mí como hermana y para mis padres. Y por supuesto para todos los afectados por el caso«. Cuestionada sobre lo que sentía al estar tan lejos mientras en Noruega ocurre algo tan grave, cortó el tema al señalar que prefería no entrar en detalles. Tampoco dijo si mantenía contacto con él. Cuando fue entrevistada a los 18 años contó lo mucho que le admiraba. No sabemos si sigue pensando lo mismo después de todo lo que se ha sabido de Marius.
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Mette-Marit de Noruega y su hijo Marius Borg Høiby en Trondheim.Julian Parker
Más habló de su madre, Mette-Marit de Noruega, que sufre una enfermedad crónica llamada fibrosis pulmonar. La dolencia ha avanzado, por lo que la princesa heredera se ha sometido a rehabilitación pulmonar. «Mamá lleva mucho tiempo con una enfermedad crónica. Pero intento mantenerme en contacto con ella, hablamos a menudo por teléfono. Es duro tener a un familiar con una enfermedad así y es difícil estar lejos, pero ella quiere que esté aquí estudiando. Y estoy orgullosa de mi madre, que tiene una fuerza de voluntad increíble para seguir adelante».
Ingrid Alexandra de Noruega señaló que se mantiene en contacto frecuente con sus padres, sobre todo con su madre, que le llama como siete veces al día, como con sus abuelos, los reyes de Noruega, aunque la que está pendiente es la reina Sonia: «La abuela es muy buena enviando mensajes largos de parte de los dos. Luego explica lo que están haciendo y envía fotos, así que mantenemos un buen contacto. Él ayuda a enviar mensajes, pero no se le da muy bien, No es muy digital».
Por otro lado, la princesa Ingrid Alexandra expresó que su «formación será muy relevante para el trabajo que realizaré en el futuro. Creo que es importante tener una comprensión básica del sistema político, de las relaciones internacionales y de cómo funcionan las cosas. Y se aprende muchísimo simplemente conversando, teniendo buenas discusiones incluso cuando no se está de acuerdo. Todo esto me interesa mucho personalmente. Probablemente habría elegido estudiarlo de todos modos«.
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Ingrid Alexandra de Noruega en su 18 cumpleaños con sus padres, sus hermanos y sus abuelos Harald y Sonia de Noruega en Oslo en junio de 2022.Getty Images
Ingrid Alexandra comentó lo positivo que ha sido hasta ahora participar en actos oficiales y lo mucho que ha aprendido, pero que debe formarse todavía más para ser algún día princesa heredera y más adelante reina de Noruega, la primera por sí misma en 600 años: «He tenido muchas experiencias positivas en las asignaciones oficiales que he realizado hasta ahora. Aprendo mucho de mis abuelos. Mi abuela es increíblemente buena, muy organizada. Mi abuelo es muy sociable, muy empático y divertido. Y creo que mi tiempo de estudio me será muy útil en el futuro».
Al mismo tiempo ha reconocido que en el tiempo que lleva estudiando en Sydney no han «aprendido mucho sobre la monarquía. Se ha mencionado algunas veces como forma de gobierno, y la hemos comparado con otras. Pero no hemos tenido muchas conversaciones a favor o en contra de la monarquía«.
En cuanto a los problemas de imagen que atraviesa la casa real noruega por el Caso Marius y también en cierta medida por las polémicas de Marta Luisa de Noruega y el chamán y la posibilidad de que la monarquía sea abolida, ella ha contestado «que Noruega siga siendo una monarquía o no no me corresponde a mí. Es de vital importancia para Noruega que sea un proceso democrático el que decida eso. Es algo en lo que realmente no necesito entrar. Es la decisión de la mayoría en Noruega».